Capítulo 22.

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Lauren POV.

Habían pasado 3 semanas desde que había tenido esa charla con Camila, ella me había permitido acercarme a mi hija y pasar tiempo con ella, al principio se mostraba un poco renuente en dejarme a solas con la bebé pero después de un tiempo se acostumbro al ver que yo la cuidaba bien... o eso creo.

Su novio no había venido estas últimas semanas, las escuche hablar el otro día y Camila le dijo a Dinah que el hombre se había ido a Italia por asuntos personales. No se si él regresaría pronto pero tenía claro que las cosas podrían cambiar cuando él vuelva. No estaba segura de poder contener mis celos.
En cuanto a Dinah, bueno ella aún me odiaba (y no la culpo) pero gracias a Camila ahora sé comportaba de manera decente conmigo y ya no trataba de cortarme el pene.

Sobre el casi beso del baño, entre en pánico. Quería besarla pero no sabría contenerme si mis labios volviesen a tocar los suyos. Camila cada día está más sexy y es algo que no puedo resistir. Aveces al verla arreglarse para ir a trabajar logra que tenga una erección con solo verla. Pero eso es algo que no puedo controlar y es algo que no debería estar diciendo ahora.

Otras veces lograba hacer que Camila viniese a pasar tiempo en familia con nuestra hija y yo. Pero otras veces ella se alejaba. Tal vez porque su novio se podría enojar si todo se malentendia.
Hoy era uno de esos días, después de mucha insistencia había logrado que viniese a comer un helado con nosotras.

Como siempre ella pidió de plátano y yo de vainilla con fresa. A Lana parecía gustarle más el helado de su mamá. En eso eran iguales, ambas tenían un insano amor por las bananas.

Lana tomo una cucharada de mi helado y la extendió hacia mi. Me reí. Estaba tratando de alimentarme. Siguiendo su juego abrí la boca, mi hija guiando la cuchara a la perfección. Era una niña muy inteligente. Me comí el postre helado viendo como la bebé tomaba otra cucharada para mi.

Sin notarlo Camila había empezado a grabar, estaba muerta de risa, la escena era divertidamente adorable. Lana volvió a dirigir la cuchara a mi boca, la abrí una vez más pero me manche un poco la esquina de mi boca.

-ma ucia -paso su manita por mi cara para quitar la pequeña mancha. No podía aguantar la risa.

Quería soltar una carcajada pero eso seria grosero, mi hija se estaba divirtiendo y Camila también.

Lana tomo otra cucharada y esta vez puso su mano bajo mi boca para que yo la comiese con éxito. Suspiré con orgullo, eso de crecer es complicado pero me encantaba ser parte de la vida de mi bebé.
Tal vez no estuve en la etapa de embarazo ni los primeros meses, es cierto que no estuve ahí durante las noches que ella lloraba y Camila tenía que despertar para consolarla, no estuve ahí para cambiar los primeros pañales (que era una cuenta que Camila me estaba saldando ahora), no estuve cuando se enfermaba o para darle de comer. Pero estaba infinitamente agradecida de que me permitiera estar haciéndolo ahora.

Ahora mi hija era la cosa más importante para mi, además de Camila. Eran las dos mujeres más influyentes de mi vida.

Mi teléfono comenzó a sonar.

-¿Quien es? -le pregunte a la castaña mientas saboreaba otra cucharada de helado.

Camila tomo mi teléfono y su ceño se frunció al leer la pantalla.

-Verónica.

Su tono de voz me hacía dudar entre sí estaba celosa, enojada o triste. Tal vez todas, tal vez ninguna.

-Supongo que puedo regresarle la llamada después.

Me encogí de hombros cortando la llamada, Verónica y yo nos habíamos hecho buenas amigas. Me había presentado a su esposa Lucy porque en realidad el bar en el que Vero trabajaba era su negocio familiar junto con su mujer. Eran un dúo muy divertido y estaban estúpidamente enamoradas la una de la otra. Era patético como no podían despegar sus manos, evitar darse besos frente a mi y decirse palabras bonitas.
Me sacaban de quicio porque yo quería tener eso, pero la persona con la que quería hacerlo ya tenía alguien más.

A Good Reason To Go; Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora