Capítulo 28: "No me arrepiento"

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 Lo primero que vio Julia al despertar fue el rostro ojeroso y demacrado de Kit. Se sentía lenta y pesada, con la boca encharcada en una saliva caliente y densa y el brazo palpitando. Parpadeó un par de veces antes de ser capaz de abrir del todo los ojos.

Estaba en la celda que hacía las veces de enfermería. La luz apenas se colaba por los barrotes de la puerta y el ambiente era frío, pero a ella la habían cubierto con una manta. El tacto blando y desagradable de una compresa le ocupaba el espacio entre las piernas y una vía intravenosa conectada a un gotero le mantenía el brazo sano fuera de la manta.

—Cuidado —murmuró Kit al ver que intentaba levantar la cabeza; Julia dejó que la incorporase ligeramente y doblase la almohada para que se apoyase en ella—. ¿Mejor?

—Sí —respondió Julia con voz gangosa—. ¿Qué ha pasado? —inquirió, mirando su brazo vendado con el ceño fruncido— ¿Por qué no estoy muerta? —insistió mientras clavaba la mirada en Kit. El chico se puso nervioso de pronto.

—¿No te acuerdas?

—Me acuerdo de la obra abandonada —su voz se aclaraba a medida que iba hablando; se llevó una mano a la cabeza y se limpió el sudor que le empapaba la frente—, de la garita y de que me mordió un caminante —después de aquello, todo lo que recordaba era un dolor tan insufrible que un escalofrío la recorrió entera—. Nada más.

—Te trajeron enseguida. Había pasado ya más de una hora, pero Hershel y yo queríamos arriesgarnos a amputar —Julia se estremeció de nuevo al imaginar aquella posibilidad—. Ya era muy tarde y podía no funcionar, pero teníamos que intentarlo. Hershel ya tenía la sierra cuando Glenn nos dijo que ya te habían mordido una vez —Julia bajó rápidamente la mirada hacia su mano, donde el guante había desaparecido. La cicatriz, al igual que el resto de su piel, lucía enrojecida—. Rick te preguntó si era verdad —siguió contando Kit; Julia no lo miraba—, parecía como en shock. Dijiste que sí y Rick nos pidió que no amputásemos. Resulta que, en el CDC, el doctor vio que eras inmune y se lo intentó decir a Rick cuando os fuisteis, pero Rick no oyó el nombre. Solo sabía que una de las mujeres del grupo lo era, pero no quién —Julia no fue capaz de responder.

Aquello lo explicaba todo, explicaba por qué no se había convertido tras la caída de la granja. Sus dedos viajaron hacia su mano y allí recorrieron la gruesa y deforme cicatriz, que estaba ligeramente más caliente que el resto de su piel. Y se enfadó con Rick. Se enfadó con él por no decirlo, por esperar tanto para revelar aquel maldito secreto. Si lo hubiese contado, si Julia hubiese sabido mucho antes que era inmune, no hubiese pasado tantos meses obsesionada con algo que nunca iba a suceder; sintió que la sangre le acudía al rostro y su mandíbula se apretaba sola para contener la rabia.

—¿Y por qué yo soy inmune? —se obligó a sí misma a preguntar aquello para distraerse, pues todo lo que deseaba en aquellos momentos era buscar a Rick y lanzarse sobre su cuello para destrozarlo.

—Eso todavía no lo sé —respondió Kit; la pena y la rabia eran casi palpables en su voz—. Esperaba poder hacerte algunas preguntas para averiguarlo —Julia se obligó a sí misma a recomponerse, apartándose el pelo de la cara y dibujando una sonrisa tan falsa que dio lástima.

—Entonces pregúntame.

—Deberías comer algo primero —la detuvo Kit, poniéndose rápidamente en pie y mirando nervioso a su alrededor—; llevas tres días durmiendo —Julia suspiró profundamente y asintió con la cabeza.

Kit avanzó hacia la puerta sin duda con la intención de traerle algo de comida, pero Julia lo detuvo cogiéndolo por la muñeca. Kit se detuvo de inmediato.

—No le digas todavía a nadie que me he despertado.

—Pero los demás...

—Por favor —insistió Julia, mirándolo a los ojos con la súplica tatuada en el rostro. Kit asintió suavemente y Julia lo soltó.

The Walking Dead: Protocolo A.Z [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora