Capítulo 34: "Podemos huir"

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—No me huele bien —gruñó Daryl.

—A ti nada te huele bien —replicó Julia, malhumorada. «Ni siquiera tú hueles bien», pensó para sí misma.

Llevaban ya dos días en marcha. Habían dormido al raso las dos últimas noches, protegidos por una cuerda que rodeaba los árboles a modo de barrera; dos cuchillos atados muy cerca los habían avisado en las pocas ocasiones en que los caminantes se habían acercado demasiado a ellos.

Julia resopló y se dejó caer en el suelo, quitándose la mochila antes de tumbarse sobre su espalda en el frío asfalto; ya faltaba poco para el anochecer, y los tímidos rayos de sol se escurrían entre las nubes hasta bañarle el rostro en una bonita luz dorada. Suspiró y se incorporó, quedando apoyada sobre los codos para poder ver a Daryl.

El cazador seguía estudiando el cartel que había en la cuneta, bajo el resto de señales. Un enorme letrero pintado en letras negras acompañaba al mapa: Santuario para todos, comunidad para todos. Los que llegan sobreviven.

—¿Por qué iba alguien a poner estos carteles? —preguntó Daryl. Sus ojos, escépticos e inteligentes, se clavaron en los de Julia— Se arriesgan a que lleguen grupos como los del Gobernador y que les vuelen el culo.

—Posiblemente estén bien preparados. Tendrán muros, armas... Joder, yo solo quiero volver a tener un techo —masculló Julia, tumbándose de nuevo.

Un par de gruñidos les llegaron de entre los árboles. Julia se puso en pie inmediatamente y se colocó junto a Daryl, cuya fiel ballesta ya estaba entre sus manos. Observaron en silencio a los tres caminantes salir del bosque; escrutaron la arboleda, pero no había ninguno más. Daryl disparó al primero y Julia saltó hacia delante.

—Pensaba que el plan era buscar a los demás —la voz de Daryl era un gruñido por el esfuerzo de estar forcejeando con el tercer caminante.

—Si no se han encontrado ya, Glenn irá sabiendo que Maggie le buscará allí —replicó Julia, jadeante. Su cuchillo se hundió en la frente del segundo caminante y fue a echar una mano a Daryl con el suyo— y Maggie irá sabiendo que Glenn le buscará allí; si se han encontrado, irán a buscarme —el último caminante estuvo pronto en el suelo, inmóvil, y Daryl gruñó de aquella forma que decía "estoy de acuerdo contigo pero no quiero admitirlo". Julia sonrió y lo hizo alzar la cabeza tomándolo por la barbilla—. Nos encontraremos allí con ellos y luego iremos a buscar a los que falten.

—Si algo sale mal, será tu culpa —masculló Daryl, señalándola con un dedo cubierto de sangre de caminante. Julia sonrió y le apartó la mano para darle un rápido beso que Daryl convirtió en largo sujetándola por la cintura.

—Vamos —susurró todavía sobre los labios de Daryl—, hay que encontrar al resto.

Se separaron para echar un nuevo vistazo al mapa. Decenas de líneas de todos los colores indicaban todos los caminos posibles para llegar a Terminus, aquel santuario prometido. Daryl estudió el mapa con un dedo, siguiendo las líneas hasta encontrar el punto donde ellos estaban.

—Por ahí —sin mirar, señaló hacia uno de los desvíos de la carretera—. Si seguimos hacia el este, llegaremos a las vías del tren. Luego hay que seguirlas hacia el norte —Julia asintió, esperanzada; tal vez encontrasen a alguien en la carretera, tal vez se encontrasen con los demás sin ni siquiera llegar a Terminus.

Se pusieron en marcha con más ganas que los dos días anteriores aunque solo fuesen a buscar el mejor sitio para pasar la noche. Julia se sentía motivada y animada solo de saber que ya tenían una idea, una pista, un plan mejor que dar vueltas por el bosque en busca de algo que no sabían por dónde había ido. Julia siguió a Daryl a través de los árboles con una sonrisa purgando por emerger a sus labios.

The Walking Dead: Protocolo A.Z [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora