Amanecía al otro lado de las ventanas cuando Kit al fin abrió los ojos. Julia no se había separado de él un solo segundo de aquella larga noche, ni siquiera para informar a Rick de la situación o comprobar cómo iban Glenn y Dan, pues tenía miedo de lo que pudiese pasar si lo dejaba solo; ellos tenían a Hershel, pero Kit solo la tenía a ella.
No pudo evitar lágrimas de felicidad cuando los párpados de Kit revolotearon sobre sus ojos hasta descubrirlos, limpios y brillantes. Su rostro aniñado había recuperado su color a lo largo de aquellas angustiosas horas y, cuando Kit se incorporó, lo hizo con fuerza y energía. Se miró el brazo, donde todavía tenía la marca de la aguja, y miró el de Julia para comprobar que ella tenía la misma marca.
—¿Qué has hecho? —inquirió, con voz ronca. Julia se encogió de hombros.
—Lo que tenía que hacer.
—¿Cuánta sangre te has sacado? —siguió preguntando, tomándola del brazo y examinando sus venas.
—No mucha —mintió Julia; seguía bastante débil y le había costado mantenerse despierta durante toda la noche—, solo hasta que la fiebre empezó a bajarte.
—Estás loca —murmuró Kit. Se ayudaron mutuamente a ponerse en pie—, pero gracias.
—Iré a por algo de comida —Kit asintió y fue hasta su mesa, donde cogió su mascarilla antes de mirarla de nuevo.
—¿Y Dan?
—Entró ayer al pabellón de infectados —Kit asintió de nuevo al escuchar la noticia y sus ojos brillaron con determinación—. Iré a verle en cuanto hayas comido algo —Kit volvió a asentir y se inclinó sobre sus cosas, concentrado. Julia sonrió fugazmente al verlo tan lleno de vida y salió del laboratorio en dirección a la despensa.
Cogió un par de botellas de bebida isotónica, barritas energéticas de cereales con miel y un paquete de cecina de cerdo; su estómago rugía de hambre, pero no tenía tiempo de llenarlo. Lo metió todo en los bolsillos y salió de la despensa, encontrándose de frente con Rick. El hombre se veía cansado, pero sano.
—Te estuve buscando anoche —dijo él a modo de saludo.
—He estado toda la noche con Kit —le contó Julia.
—¿Está enfermo?
—Lo estaba —Rick asintió a su respuesta sin pedir más explicaciones y Julia echó a correr hacia el laboratorio.
Le faltaban un par de pasillos cuando Kit apareció corriendo por una esquina, casi chocando con ella. Llevaba en la mano una jeringuilla y un bote cerrado al vacío lleno de una sustancia transparente y espesa. Su rostro brillaba, radiante de alegría.
—Tengo una vacuna —anunció. Los labios de Julia dibujaron una sonrisa idéntica a la del chico y ambos echaron a correr hacia el patio, donde estaban las pocas personas que no habían mostrado síntomas de la infección.
—¿Cómo lo has hecho?
—Anoche, justo antes de que llegaras, había conseguido aislar el virus y neutralizarlo. He usado mi propia sangre ahora que aún sigue mezclada con la tuya para separar la proteína del virus y he equilibrado la mezcla de modo que inmuniza contra la gripe, aunque no contra el virus zombie. No es una vacuna como tal, pero servirá.
—Algo es algo —sonrió Julia—. ¿Crees que podrás hacer una cura?
—Es cuestión de tiempo, pero primero hay que vacunar a los que aún están sanos.
Habían llegado al patio interior, donde estaban los no infectados. Mientras Kit los vacunaba a todos, reutilizando algunas agujas por culpa de la escasez de material, Julia comprobó que Maggie, Jossie, Carl y Judith estaban bien y regresó al pabellón de los enfermos.
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The Walking Dead: Protocolo A.Z [EDITANDO]
FanficJulia Watson lleva años preparándose para el apocalipsis. Siempre fue como un juego para ella y sus mejores amigos pero, cuando este finalmente llega, descubrirá que nada podría haberla preparado para lo que le espera: la supervivencia ya no es un j...