-¡Chopin! ¡Este niño será el próximo Fryderyck Franciszek Chopin!
Esas fueron las primeras palabras de esperanza que Oh Jin Goo lanzó al cielo un día de verano como cualquier otro. Al menos, eran las primeras que su familia y en especial su hijo de tan sólo seis años en ese momento, Oh Sehun, recordaba hasta días actuales.
Sehun había aprendido a tocar el piano antes de saber leer y escribir. La humilde familia Oh tenía su hogar en una pequeña casa de rancho apartada de cualquier lugar urbano y altamente civilizado por las tecnologías, eran productores propios y sobrevivían vendiendo sus verduras a los mercados de la ciudad. El entretenimiento en un lugar como ese para un niño consistía en, básicamente, jugar fuera a armar esculturas de barro, patear la pelota de trapo, explorar en busca de insectos o cosas extrañas o, en su defecto, oír la radio. Quitando a sus dos hermanas menores, acostumbradas a corretear como salvajes al aire libre, Sehun amaba especialmente esto último. Solía sentarse junto a su madre mientras esta cosía la ropa rota de sus hijas o se ocupaba de quehaceres calmos, y oía la música que pasaban horas y horas a través de la intermitencia.
La única que solía acompañarlo era su hermana mayor, siempre sentada a su lado mientras memorizaba las letras y tarareaba las melodías. Sehun sólo callaba y oía atentamente... Muy atentamente.
Había una mujer que solía visitarlos, era esposa del mejor comprador que tenían. Según este, la familia Oh vendía las verduras más naturales y jugosas de todas. Nunca supieron por qué, pero ella logró cogerles un gran cariño.
Un día Sehun había acompañado a su padre a la ciudad para hacer una entrega a este mismo comprador; ingresaron en la casa del matrimonio y, mientras su padre hablaba de negocios, Sehun quedó encandilado por un objeto tan fino y atrapante a simple vista, que se vio en la obligación pasional de internarse en aquella habitación ajena y hacer uso de semejante cosa.
Ese día, Sehun conoció lo que era un piano.
Oh Jin Goo había estado absorto en la charla con el señor Ock, al menos, hasta que ambos sintieron abrirse paso una melodía en la estancia. Al dueño del hogar le pareció extraño que algo como eso pasara, puesto que su mujer no estaba en casa y ella era la única que sabía tocar el piano. Cuando ambos mayores se acercaron a la habitación donde este instrumento se hallaba, se encontraron al pequeño Sehun estirando sus cortos bracitos para llegar a tocar las teclas, moviendo sus dedos de niño de cuatro años ávidamente sobre aquellos rectángulos dispuestos en blanco y negro. Ambos quedaron completamente perplejos. El señor Oh sólo atinó a regañar a su hijo por meterse sin permiso en donde no le correspondía y, tirando de su brazo, lo sacó a rastras de allí. Sehun observó con anhelo y algo de misterio a aquel objeto que tanto le había gustado aun sin conocerlo bien.
Al otro día, habían recibido una visita inesperada de la señora Ock, al parecer, su esposo le había comentado lo ocurrido. Lo primero que intentaron hacer fue disculparse, no era opción perder al mejor comprador, pero comieron sus palabras cuando comprobaron que, en realidad, lo que aquella dama quería era llevarse a Sehun por una tarde. Sin comprender del todo la situación, los mayores aceptaron sin más y entregaron a su único hijo varón.
-¡Impresionante, magnífico!- Se acercó exclamando ya entrada la noche, Sehun había pasado todo el día con ella. -Señora,- Se había dirigido a su madre con pasión. -Usted ha dado a luz a un verdadero prodigio.A los cuatro años, Sehun ya había aprendido el funcionamiento básico de un piano e imitado en él una de las tantas canciones que sonaban en la radio. La señora Ock pidió permiso a sus padres para llevárselo un par de días a la semana a darle clases de piano; los mayores parecieron reticentes debido al costo que suponía algo como eso, pero la mujer expresó que aquello era puro capricho suyo y que no debían pagar nada. Así, Sehun tuvo a su primer maestra de piano.
ESTÁS LEYENDO
Notas del alma (HunHan)
Fanfiction»Esta historia es completa y absolutamente producto de mi activa imaginación. Cualquier semejanza con la realidad o alguna otra ficción es pura y mera coincidencia. REGLAS EN LA DESCRIPCIÓN DE MI PERFIL.« Lo único que Sehun sabe hacer es tocar el pi...