XIV

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-Ahora, lleva la lengua al paladar... Justo así, bien. Y entonces, intenta producir el sonido de una L.

Luhan le hizo caso. Cerró un ojo porque la garganta le raspaba, pero debía aceptar que con el pasar de los días se sentía mucho mejor. Luego, Jyu Ni le pidió que juntara los labios e hiciera el sonido de un fonema bilabial; la miró como si le hablara en griego y ella le dijo que sólo pronunciara una M. También lo hizo y le resultó todavía más incómodo. Jyu Ni le explicó que era normal porque sonidos como el de la L eran más nasales y, en su caso, le causaban menos dolor. Siguieron con varios ejercicios más y en cierto punto, Luhan no pudo aguantarse más la risa.

Resopló un "pf" y se volteó con diversión hacia Sehun a un lado.

Desde que Jyu Ni había comenzado a ayudarlo para acostumbrar de a poco el aparato fonador a producir sonido, este había estado presente en cada sesión. Se lo pedía a su hermana en secreto y procuraba parecer distraído durante, pero había momentos en los cuales lo olvidaba y se quedaba viendo a Luhan con fijeza. Enfocaba sus labios y esperaba expectante a que terminara cada sílaba o letra, y cuando lo hacía asentía satisfecho. Luhan pretendía ignorarlo para concentrarse, pero la realidad es que lo sentía todo el tiempo mirándolo, rondando con ganas de decirle algo y, más que ponerlo nervioso, le parecía adorable.

-¿Qué sucede? Sigue.- Dijo como si nada sentado a su lado con la espalda erguida y las piernas cruzadas. El vivo retrato de la elegancia.

Luhan no pudo evitar quedárselo viendo con una tonta sonrisa, ¿acaso no se dio cuenta de que lo había estado viendo sin titubear? Jyu Ni también sonreía divertida, su hermanito era un tonto con todas las letras. Siempre quería parecer indiferente, pero era tan obvio...

-Quizás le pongas nervioso.

Él alzó su rostro con arrogancia. -Entonces me iré y dejaré de molestar.

Se puso de pie con aires ofendidos, pero Luhan lo cogió de la manga y al voltearse se lo encontró viéndolo desde abajo con una mirada apenada, y entonces lo hizo...

-Quédate.- Se oyó su voz delicada y comedida.

Y eso fue todo, se sentó otra vez sin una palabra. ¿Cómo podía hacer lo contrario cuando lo miraba así y le hablaba? Iba a hacer casi una semana desde que Luhan había comenzado a hablar. Seguía doliéndole la garganta porque no lo hacía del todo, supuestamente todavía le daba un poco de miedo, así que sólo largaba un par de palabras de vez en cuando y, en general, dirigidas siempre y sólo a Sehun. Por eso las cosas se retrasaban, pero al menos era constante y mejoraba.

Sehun descubrió que era débil... Muy débil.

No sabía si Luhan lo hacía a propósito, pero el hecho de que sólo le hablara a él le hacía sentir tan estúpidamente feliz, que siempre terminaba haciendo todo lo que quería. Ahora su voz se oía más clara y había corroborado sus teorías: era tranquila y bonita, justo como él. No podía esperar menos. Lo vio de reojo en esos momentos y notó el ligero sonrojo en sus mejillas y la sonrisa pequeña en sus labios... Se veía tan vivo comparado a cuando recién había llegado. Notó un mechón revoltoso de su flequillo sobre su frente y se estiró por instinto para acomodarlo. Luhan lo vio con sorpresa.

-Está... Ahí.- Farfulló después de ponerlo en su lugar. Se volvió a su sitio y el silencio fue incómodo.

Jyu Ni sintió como nunca que sobraba en aquella habitación y se hizo la tonta al decir que iría con Bo Ram para coger algo de limonada. Ni bien cerró la puerta, Sehun se giró hacia Luhan y le apoyó una mano en la mejilla mientras con la otra terminaba de arreglarle el cabello.

-Mira que eres descuidado.- Le balbuceó. -Pareces un niño con el pelo desordenado.

Luhan rio de forma torpe. Nunca solía peinarse. Del otro lado de la puerta Jyu Ni escondió una sonrisa incontenible tras su mano. Minseok pasó por allí y la miró con aburrimiento.

Notas del alma (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora