V

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Luhan se sintió completamente anonadado.

¿Sehun quería ayudarlo? ¿Qué significaba eso? Frunció el ceño contrariado porque segundos antes lo único que había querido era escapar de allí como sea, pero ahora necesitaba saber más, era imperioso y ni siquiera sabía bien por qué. Si hablara, habría soltado un sonoro "aish" de fastidio, aunque en su mente tuvo la misma carga de emociones. Corrió a tomar el cuaderno y el marcador y escribió rápido, logrando que la letra sea casi ininteligible.

Jyu Ni se acercó a leer con curiosidad.

¿A qué se refiere?

Mentalmente sonrió.

-Lo que has oído, Luhan goon.- Mencionó, desprovista a simple vista de cualquier emoción vehemente. -Quien me ha pedido que por favor intente hablar contigo, fue mi hermano, Oh Sehun.

Luhan se hizo hacia atrás con completo pasmo... ¿Por qué esa persona se preocuparía tanto por alguien a quien no conocía para nada? No tenía sentido, ¿acaso le estaban mintiendo para que aceptara la terapia? Pero... En ese caso también quería decir que de verdad estaban intentando ayudarlo, era lo mismo. Frunció ligeramente el ceño y se quedó muy pensativo. De inmediato recordó la escena del pasillo, aquella en la cual Sehun se había mostrado totalmente diferente, su aura había cambiado y había estado preocupado por él, porque no se hiciera daño a sí mismo.

Estaba más que seguro de que ese era el verdadero carácter de ese hombre. Había percibido su alma y sentido que sus sentimientos eran sinceros, por eso se había mostrado a gusto, por eso no había huido... Ahora lo comprendía.

Sehun daba miedo, pero no era malo. Su hermana y él tenían un corazón igual de puro.

-Hace años, nosotros nos quedamos sin padres.- Dijo Jyu Ni de la nada, ganándose una mirada sorprendida por su parte. Su rostro se mostraba nostálgico y angustiado en partes iguales, sus sonrisa era débil en lo que clavaba los ojos en su regazo. -Primero mi papá, y meses después mi mamá. Geonye dijo que ellos eran almas gemelas, que por eso mi madre no había podido evitar seguir a mi padre casi al instante... Tenían que estar juntos.

Almas gemelas... Repitió Luhan por su mente; qué concepto más bonito.

Jyu Ni lo miró con ojos brillantes por las lágrimas, aunque intentó ocultar esto con otra sonrisa. -Todos estuvimos muy tristes, Luhannie goon. Sehun también, mucho.

Jyu Ni sabía que aquello podría verse tranquilamente como una manipulación; su código profesional le prohibía hacerse de motivos personales para proceder con los pacientes, ella debía actuar siempre desde un lugar de completa objetividad, pero aquella no era una sesión de psicoterapia estricta ni pautada, y su vocación le gritaba que ayudase a este chico tan dañado y frágil a como dé lugar, así que no podía hacerse la tonta. Que Sehun optara por su propia cuenta hablarle del fallecimiento de sus padres después de tantos años le había afectado... Luhan era igual a ellos había dicho. Indirectamente había aseverado que se sentía maltrecho y apesadumbrado.

Luhan se hundió en el sillón hasta sentir que se volvía todavía más pequeño de lo que ya se veía. A él también, ¿eh? A él también se los habían arrebatado... Eran iguales. O casi iguales. ¿Sería por eso que el alma de esta noona y la de su hermano estaban tan lastimadas al igual que la suya propia? ¿Compartirían las mismas heridas al final? Si era con ella, entonces hablar un poco (o escribir en su caso) no estaría mal, porque lo entendería a un nivel que quizás otros no. Mordiendo su labio inferior con fuerza y manteniendo la mirada todavía gacha, escribió lentamente un par de palabras, confesándose por fin.

Yo puedo hablar, pero no quiero hacerlo ahora.

Jyu Ni asintió, procesando tal información.

Notas del alma (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora