XXVIII

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Por alguna razón Baekhyun no se durmió después de eso: mantuvo sus ojos abiertos todo el tiempo. Pasó otra hora cuando la enferma volvió para atender sus heridas, cambiar los apósitos, los sueros y darle de comer algo parecido a sopa. Sehun se mantuvo prudentemente alejado como para dejar hacer a la profesional con libertad. Comenzó a vibrar el celular de Baekhyun sobre la mesita con una llamada entrante y lo tomó justo cuando veía el gesto de asco por parte de este. Sonrió, no le gustaba la comida, era natural. Se sintió medianamente bien porque al menos tenía fuerzas para expresar su disgusto.

Salió de la habitación y atendió.

-¿Sí?

-¿Quién habla? ¿Dónde está mi hermano?- Oyó la voz agitada de la que fue su cuñada hace años.

-Ah...- Se rascó la nuca. -Habla Sehun, noonim.

Hubo silencio del otro lado por mucho tiempo y se mordió la lengua. Esperaba que no estuviera al tanto por completo de la situación entre él y Baekhyun.

-Esto...

-¿Qué le pasó a Baek?- Preguntó su voz comedida.

Suspiró.

-Lo han atropellado.- Explicó. -Tiene heridas, algunas graves, pero tratables, y otras más leves. Estuvo inconsciente un tiempo, pero acaba de despertar.

-Bien.- Más silencio. -Tomaré un vuelo rápido y llegaré a la ciudad mañana al mediodía, dile que ya no estará solo y que su sobrina lo extraña.

Sehun se sentía estúpidamente nervioso.

-Haré eso, noonim. Estamos en el hospital general, habitación 405 en terapia intensiva.

-Cuida de él mientras tanto.- Y cortó.

Cuando volvió a la habitación, la enfermera acababa de alimentarlo con paciencia. Ella se fue y volvieron a quedarse a solas. Baek lo miró y sacó su lengua hacia afuera con repulsión, Sehun se rio.

-Los hospitales no son restaurantes, desafortunadamente.- Se sentó a su lado. -Escúchame, hablé con tu hermana. Dijo que mañana al mediodía estará por aquí, tomará un vuelo rápido. También que tu sobrina te extraña.

El rostro de Baekhyun se mostró disgustado y no supo muy bien por qué. Se quedó a su lado un buen rato más, creyó que pasaron horas hasta que volvió a cerrar sus ojos. Al parecer, se rehusaba a volver a dormir. Cuando corroboró que descansaba bien, se puso de pie con lentitud.

Era hora de ir a casa.

Su hermana llegaría mañana, así que podía estar tranquilo de que lo cuidarían y estaría en manos confiables. Por otro lado, tenía que ver a Luhan. Lo necesitaba. Quería sus manos alrededor del cuerpo, tibias y amables. Quería su consuelo y su ternura. Era la única manera que encontraba de poder lograr calmar su interior y volver a sentir calor. Estiró las piernas y los brazos con un pequeño quejido, y movió el cuello agarrotado a ambos lados. Miró a Baek un momento y se acercó para dejarle un suave beso en la frente.

-Adiós, Baek.

Cuando se volteó, sintió como lo tomaban de la sudadera. Se volvió con sorpresa y vio unos blancos y frágiles dedos reteniéndolo con debilidad. Entonces notó su rostro lleno de miedo: ojos grandes y brillosos, el ligero temblor de sus labios.

No quería que se fuera.

Sehun se encontró en medio de una encrucijada. Lo que debía estaba claro, pero tampoco era una opción dejarlo solo cuando estaba tan vulnerable y mal... Menos cuando lo miraba así, suplicante, como si la única manera de dejarlo a su lado fuera rogándole. Sehun no era así. Suspiró y le sonrió, intentando brindarle calma. Cubrió aquella mano temblorosa.

Notas del alma (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora