Amor Americano

Capítulo XII

Austin

Las experiencias y los conocimientos de una persona se hacen mediante pequeños y grandes sucesos que han transformado su vida. Una vida llena de vivencias proporciona a la persona de enseñanzas e ingenio para enfrentar desde las situaciones más cotidianas, hasta las más extremas de la vida, con una mayor destreza de respuesta y resolución.

Una de las experiencias más enriquecedoras, sin duda es la de poder viajar. Cuando no se ha viajado, nuestro mundo es el entorno inmediato.

En otros sitios sentimos otras temperaturas, oímos el contundente sonido de las cascadas o el silencio de una nevada, son cosas inolvidables, emocionantes, pero emocionante es también ver personas diferentes a los de nuestro entorno habitual, animales diferentes, un tucán en la selva, un albatros o un cóndor en el cielo.

El buen viajero, es el que viaja para conocer y aprender, es el que disfruta de todo lo que visita, de todo lo que ve y vive, por muy difícil que parezca. No importa si es bonito o si es feo, pobre o rico, porque lo que importa es saber cómo es, cada viaje hace más grandes los conocimientos. El mundo propio se hace más extenso, las experiencias bonitas te acompañaran para siempre y todo eso ayuda a ser feliz, a llevar una vida feliz.

Son muy importantes los motivos que nos mueven para realizar cualquier cosa que deseamos realizar. A los que disfrutamos tanto conociendo el mundo, lo más importante de viajar es conocer, vivir nuevas experiencias y que se hagan inolvidables para nosotros.

Debería tener la motivación suficiente y las ganas, para afrontar la situación que se venía, porque de seguro la necesitaría, y tenía la certeza de que sería una experiencia que jamás olvidaría.

Eran las 04:00, los primeros minutos y la clase 329 ya se desmoronaba, intentábamos obedecer y de llevar el paso de los impacientes y estrictos instructores de la escuela, corríamos de un lado para otro sin saber exactamente cuál sería el objetivo de ello, completamente desorientados nos preparábamos para los momentos previos al amanecer. En medio del caos que allí se precipitaba y de la oscuridad tan compacta que se hacía presente, no había lugar para formalismos, no había tiempo para aprenderse los nombres de ninguno, ni siquiera de la persona que se encontraba a nuestro lado, así que, rápidamente nos enumeramos, para luego convertirme en el soldado número 29.

Pronto nos encontrábamos en una especie de patio de asfalto, cada uno haciendo parte de filas las cuales deberían encontrarse perfectamente ordenadas, mientras teníamos a uno de los instructores al frente, ofreciéndonos una breve introducción de los objetivos a cumplir desde ahora.

—Soy el instructor Byington, Jhon Byington. ¡Señores! Seré conciso, ustedes están aquí, porque fueron llamados por el gobierno de los Estados Unidos de América y nuestra misión es entrenar a los líderes de combate del ejército, los guerreros más efectivos.

Luego de aquel prólogo, no había tiempo que perder, así que rápidamente empezaría lo que ellos llaman "Fase de evaluación".

Comenzamos a realizar todo tipo de ejercicios preliminares, como realizar 40 saltos de tijera, 35 flexiones de pecho, 47 abdominales, una y otra vez sin descanso alguno y aquel que comenzara a desistir, seria mojado con agua a presión la cual saldría de una manguera. Cada uno de nosotros albergaba la creencia de poder afrontar el desafío, pero debíamos poner a prueba nuestro compromiso y mientras realizábamos las tan llamativas dominadas o ejercicio de tracción, el cual consistía en efectuar una tracción de manera de elevar el cuerpo entero mediante la flexión de los brazos y la contracción de los músculos de la espalda, hasta que la cabeza quede a la altura de la barra, pudiendo pasar ésta por detrás de la nuca o por el frente de la cara y todo para mejorar nuestra resistencia. Podía ver como el instructor Byington vociferaba frente a los rostros de aquellos hombres que sentían que ya no podían dar más y a pesar de dar su máximo esfuerzo por subir no lo lograban, pero la hipótesis de aquel instructor, era que el cansancio físico era psicológico simplemente.