Capítulo XVII

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Carta de Annie

Te fuiste a un sitio sin ley, sin normas, donde apenas se nota el amor con las puntas de los dedos. Te fuiste de mi lado, te alejaste de la gente que te quiere y que te necesita. Te fuiste a un lugar en donde no tenían por qué llamarte, a donde no te esperaban con ansias, a donde te recibirían personas a las que no le importas, personas que no valoraran tu vida, ni se fijarán en tu sonrisa, ni en el cariño que guarda tu mirada. Solo verán un traje de color verde, con una bandera pegada en uno de los brazos de tu uniforme. Nada más.

Ya son muchas semanas pensando que no estas, maldiciendo a todo, al ejército, al gobierno y las injusticias de la vida. Valorando cada día los minutos y los segundos que pasabas junto a mí, pensando que tal vez eso especial que hemos construido se terminara. Todo el tiempo pensando y pensando. Quién me iba a decir a mí que me iba a preocupar por lo que pasaría al otro lado del mundo. Quién me iba a decir a mí que viviría esta historia de amor de princesas y guerreros. Otra noche más que no logro conciliar el sueño, que temo ese momento en el que me acuesto en la cama y aquellas imágenes en las que te metías en aquel avión junto con tus compañeros pasan por mi mente. Otra noche en la que recuerdo tu adiós, esa despedida que dividió mi corazón en dos.

Esas familias de soldados observando cómo se iban, algunos alegres, otros temiendo y otros sin saber por qué iban allí. A ese lugar donde no pintaban nada, donde tendrían que estar los gobiernos y sus políticos para que probaran lo que es jugar a la guerra en sus propias carnes. Son las dos de la madrugada, en unas horas tendré que levantarme e ir a clase de administración y comercio... y a seguir pensando en ti. ¿Cómo olvidarte? Si eres todo lo que necesito, te necesito para respirar, necesito tus ojos para ver, necesito tus labios para sentir, necesito tu alma para vivir, necesito de tu existencia para sonreír, no sabes cómo necesito tu voz, necesito tus miradas llenas de luz, aquellas palabras que siempre me llenaban, necesito tu paz interior, te necesito para saber amar. No se cuanto pueda durar así.

Nada hará que te olvide o que sienta que no te necesito. Eres una persona única. Qué difícil el momento de la despedida, el temor de no tenerte cerca si te necesito. Pero todo se compensa en el reencuentro, como sólo ocurre entre los que se aman. Me entristece no saber de ti durante tanto tiempo, me es imposible ocupar ese vacío con otras personas u otras actividades, espero siempre tener alguna novedad sobre ti. Miro mi teléfono y espero con alegría cada mensaje tuyo, todas tus llamadas, porque cuando los recibía podía compartir contigo cada detalle de lo que me cuentas como si me hubiera ocurrido a mí. Al hacer algo por ti, puedo devolverte parte de lo mucho que me has dado.

Habernos encontrado en la vida ha sido una bendición. A pesar del tiempo transcurrido, siempre siento que hay una nueva persona por descubrir en ti... Me ocurre muchas veces.. Nadie podría ayudarme más porque una sugerencia o una crítica tuyas son fundamentales para mí a la hora de tomar mis decisiones. Saber que podemos compartir todo sin pensar dónde estemos ni que horarios o rutinas vivamos es algo muy especial.

Cuando escuchaba tus palabras me ayudaban a encontrar la mejor solución, incluso tus silencios me hablaban de lo que pensabas. Sabes cómo hacerme reflexionar si temes que me equivoque y me ayuda también a ver mejor las cosas. A veces recurro a ti no para contarte, ni para preguntarte simplemente, cuando me agobia la tristeza, cuando siento que a mi alrededor todo se vuelve una locura y contrario, necesito que estés a mi lado. Nada ni nadie podría suplantar tu presencia en mi vida. Quisiera encontrar las palabras justas para expresarte lo importante que eres para mí .Ahora, por medio de estas palabras, te estrecho en un abrazo enorme, sé que serás muy valiente, porque conozco al hombre que vi partir, conozco tu forma de pensar porque he estado en tu mente, conozco tu forma de sentir porque estoy en tu corazón y te digo una vez más que, no importa dónde estés ni el tiempo que transcurra: vives en mi corazón para siempre. Regresa pronto.

Mil besos para ti, mi amor. ¡Te amo!

Amor AmericanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora