Amor compartido.

Capítulo 15.

-Tengo algo que enseñarte.

A ver, que queria. Me cojió de la mano y salimos por la puerta en dirección al parque en el que habíamos estado unos días antes. Me condujo detrás de unos arbustos, escondiendonos. No entendía nada... ¿Que estaba haciendo? Me señalo con la mano un banco en el cual estaba alguien muy parecido a él, quizás demasiado. Pero si Dani estaba aquí, se suponía que ese era Jesús. Y estaba besando a una chica. Una lágrima, luego dos y a la tercera salí corriendo hacia Jesús y muy dispuesta interrumpí.

-Ejem. ¿Que haces con mi novio guarra? - Dije con una mirada de asco impresionante. Si las miradas mataran.

-¿Tú novio? Pero, ¿acaso te has visto? Das asco.

-Cielo, para, te estas pasando.-dijo Jesús.

-¿Cielo? Una chica más a la que le vas a partir el corazón. No te quiero volver a ver.

Salí huyendo de ahí, no quería que me viera nadie, tenia la cara peor que cuando me levantó un domingo después de una fiesta.

¿Por que Dani me había traído hasta allí? El sabe que me gustan los dos, ¿lo hacia para hacerme daño? ¿Y Jesús? Al día de besarme ya esta con otra, quizás sea de los chicos que van de flor en flor. No lo aguanto.

Seguía corriendo hasta llegar a mi casa, la cual no estaba nadie dentro.

*Llamada telefónica*

-¿Cariño?

-Dime mamá.

-Nos quedamos dos días más, que esto de estar aquí todos juntos nos gusta. Tienes dinero en el segundo cajón a la derecha de la entrada. Te quiero.

Y sin darme tiempo a responder colgó, demasiado para una tarde. Quería llorar, pero a la vez mantenerme fuerte. No podía dejar que nadie me viera así, yo no era así.

Subí las escaleras rápidamente, recorrí ese largo pasillo, que se me hacia eterno cada vez que daba un paso. Y por fin, entre a esa peculiar habitación de paredes verdes.

Ahora que lo pensaba, no había desecho la maleta, así que coji el movil, puse la música a tope y desice la maleta. Cuando sobre la silla ví el jersey blanco que me había puesto en la cena, la primera vez que los vi, el primer secreto, la primera mirada, el primer momento.

Y ahí comenzó toda la historia de estos peculiares chicos.

De repente alguien llamó a la puerta.

*Toc toc*