Amor compartido.

Capitulo 20.

Fue la primera escusa que se me vino a la cabeza al ver un cuerpo ahí, lleno de sangre y una chica esperándome en el parque.

Sinceramente soy un gilipollas, no tendría ni que haberme metido entre ellos dos, ahora lo que voy a hacer es dejar a la otra y luchar por ______... Ella se merece mucho.

*Narra _____*

Mierda, ¿donde estoy? Sí, cerca de mi casa, pero no puedo entrar en mi casa y llorar, no me vendré abajo tan fácilmente, asi que entré a la de Susi, y por desgracia estaba con Julio. Si es que hoy no podía ir nada bien. Estaba parada delante de la puerta y oyendo como hablaban los dos, hasta que me decidí a entrar.

*ding dong*

-Ah, ______, ¡pasa! estoy con Julio, espero que no te moleste.

Claro que no, te venia a contar ue Jesús había pegado a un chico pero prefiero estar con tu novio que me intenta tocar el culo. Pensé irónicamente.

-Claro que no. -dije algo seca.

-Ahora salgo, que me han llamado nuestros padres y sera mejor que les llame.

-Vale.

Genial, con Julio en casa a solas...

Entré sin decirle nada y me senté lo mas alejada posible a el, vi la tele.

Hasta que Julio se empezó a acercar, yo no le di importancia, solo se estaba acercando, relajate ______.

Me paso la mano por encima y empezó a bajarla hasta que se lo permitió, no estaba tocando nada pero sonrió con esos colmillos que daban tanto miedo.

Me agarro el brazo sin que me diera cuenta, con el otro intentaba alejarle pero el era más fuerte.

-No grites, mas te vale.-me dijo con esa voz que daba tanto miedo.

Me agarró la otra mano con su solo brazo, y con el otro intentaba quitarme la camiseta en un intento fallido, así que se decidió por los pantalones llevaba unos cortos así que no le fue difícil cuando ya me tenia dominada me subió la camiseta hasta quedarme en ropa interior.

¿No iba a hacer lo que creía que iba a hacer? No creo.

Susi, ven ya. Derrame unas lágrimas de temor, estaba realmente asustada. Un sudor frío se derramaba por mis manos. Grité con todas mis fuerzas.

*Narra Jesus*

Ya había roto con Ainhoa, ahora quedaba arreglarlo con ______... Fui hasta su casa, me pare delante de su puerta y suspire. Una, dos y a la tercera vez oí unos gritos en la casa de Susi. ¡Mierda, ______! Llame a la Policia lo antes que pude y entre en su casa con esa llave que siempre esconden debajo de la maceta. Ahí estaba ella solamente con la ropa interior puesta.