#2: Besa una princesa tímida

1.4K 200 111
                                    


El agua resbala sobre la palma de su mano, pasa entre sus dedos y se pierde en la alcantarilla.

Está algo fría, Charlotte decide regularla y esperar unos minutos a que se caliente.

Respira un par de segundos para calmarse y cierra las puertas que encierran la ducha, se gira de brazos cruzados hasta donde está la sucia silueta de Rachel alias "la chica que arruinó su noche de celebración" pero la pelirroja inmutada se pasea por su extensa habitación como una niña curiosa, tocando todo lo que capta su atención.

—¿Te diviertes?—pregunta con sorna, Rachel tararea en respuesta.

—Bastante, pero no puedo esperara a ir abajo, esa fiesta luce de pelos.
Charlotte aprieta sus manos en puños para abstenerse de golpearla en la cara, si, la rizada suda agresividad.

—Entra al baño—ordena con voz errática, casi robótica, esta costándole un pulmón relajarse.

—Oh, ¿Ya está lista el agua?

De verdad, Charlotte jura, apenas Rachel se meta ella va a jalar la palanca del baño y cuando la escuche gritar y querer salir ella va a atraparla entre la ducha y las paredes de plástico mientras se burla de ella.
Todo eso luce bastante bien en su mente.

Bastante malvado.

—¿Por qué no nos duchamos juntas?

La saliva en la garganta de Charlotte se atora y comienza a toser como una desquiciada frente a la mirada burlona de Rachel.

—¿Qué?—pregunta ella, intentando recomponerse inútilmente.

—-Así terminaremos más rápido y tu podrás bajar antes con tu prometido, además somos chicas, ambas tenemos las mismas cosas, créeme que nada que me muestres me va a sorprender.

"Esta chica no tiene vergüenza" piensa, apunto de reclamarle que no hará eso bajo ninguna circunstancia, que no sabe que mañas tenga y no quiere arriesgarse a que le hagan algo inapropiado, pero de pronto tiene las frías manos de Rachel sujetando su vestido e intentando quitárselo de forma brusca.

—¡Ay!—chilla intentando alejarse pero Rachel sí que es fuerte.

—No seas tímida—dice divertida—Eso estaba apretándote ¿Verdad?

Charlotte sigue resistiéndose pero después de un par de segundos finalmente se da por vencida.

—Yo puedo sola. ¡Yo puedo sola! , suéltame.

La sonrisa satisfecha de Rachel la hace estremecer mientas comienza a desabrocharse ese vestido lila que tanto le encantaba y que ahora está arruinado, gracias a esa extraña que no ha hecho más que alterarle los nervios durante casi toda la noche.
Se desviste lentamente, con las mejillas rojas por el bochorno, nunca, jamás, nadie la había visto así más que su madre. Exacto, ni siquiera Adam, Charlotte fue educada al estilo de la vieja escuela.

—Wow, sé que dije que no me impresionaría, pero tienes unas caderas de infarto, princesa. ¿Prácticas deporte?

Charlotte levanta la mirada para encontrarse con el cuerpo desnudo de Rachel, la pelirroja observa su parte baja con fascinación.

Vergüenza.

Charlotte podría morir de vergüenza, podrían enterrarla en algún lugar especializado en muertes estúpidas, como con su tía Margaret, la mujer murió de un coraje que le causo no tener el boleto premiado de la lotería.

Lo primero que Charlotte hace es, obviamente, cubrir sus partes privadas, lo que no tiene caso, ya que sigue aún con la ropa interior, pero ella se siente tan expuesta y su piel es tan blanca que está segura que el bochorno la ha puesto roja de pies a cabeza.

Al besar una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora