#13: Besa una princesa celosa

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Rachel es una odiosa de primera.

Es lo que Charlotte piensa, mientras piensa en mil y un formas de borrar esa pequeña, pretenciosa y de nuevo, odiosa sonrisa de su rostro.

No se le ocurre nada.

Así que solo permanece sentada, la espinita de la curiosidad incrustada en ella, queriendo preguntar a quien pertenecía la voz del chico de la otra noche.

Permanece sentada mientras observa a los amigos de Rachel, el clan tan aclamado, drogarse hasta que no pueden contar hasta 10 sin confundirse.

Todos están en un círculo deforme, sentados en el frío piso de la casa Ivanov, una vela en medio y la habitación a oscuras. Si Charlotte no supiera que solo se están drogado para ella eso parecería más una especie de ritual satánico.

Las sombras en las paredes danzan descoordinadas, pero a nadie le causan ansiedad.

Rachel lleva un camisa de manga larga con el logo de otra banda desconocida que a Charlotte no le interesa en lo más mínimo, no sabe porqué lleva algo de manga larga con el calor que hace. Es su oufit, nada que Charlotte pueda hacer al respecto.

Por cierto, Rachel ya está un poco ebria. La única persona consciente entre esos desastres es ella, comienza a acostumbrarse.

—Estoy muriendo de calor—masculla Rachel, lanzando sus larguiruchos brazos al aire y tirándose al suelo.

—Nadie te obligo a ponerte esa cosa con el calor que hace—refuta Bruce, el chico hippie.

—Tienes razón, debería deshacerme de esto, ya huele a podrido.

Rachel se encoge de hombros y tira de su camisa para arriba, hay un coro de silbidos y un par de ojos mirándola con molestia. Cuando acaba la lanza a algún lado y a continuación mira su sostén.

—¿Debería quitármelo también? Es muy feo—dice con voz grave.

Dios.

Charlotte no puede decir nada, en todo caso, el sostén no es tan feo

—No es como si no te hubiésemos visto desnuda antes—alega Francis.

Bueno, eso si la perturba.

No evita darle una mirada a Rachel, está alza las manos con inocencia.

—No es por lo que crees, soy algo liberal—como si no lo hubiera notado—Nunca tendría sexo con alguno de estos.

—Ella se lo pierde—señala Francis, Rachel le muestra el dedo medio.

Charlotte solo asiente en silencio, aún está molesta. No va a olvidar tan fácil lo de la otra noche, le molesta en demasía, y lo más molesto es que no puede reclamar nada porque ellas no son nada y oh... ella está comprometida.

—Oye princesa ¿Recuerdas aquel programa de los 90's donde....?

—No.

Al menos puede actuar indiferente, nadie le puede quitar eso.

Rachel rueda los ojos.

—¿No que? Ni siquiera me has dejado terminar.

—No lo recuerdo—dice como una pequeña niña molesta.

Los demás chicos ni se inmutan, no les interesa y no están en condiciones de comprender algo.

—¿Y recuerdas cuando te dije que te veías linda cuando te enojas?

Al besar una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora