#6: Besa una princesa en la arena

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El chico de la pandereta es bueno, pero el chico que canta, wow, él es increíble.

La gente sonríe a su alrededor con calma, mientras conversan entre ellos, otros tantos bailan sin importarles el que dirán.

Luego esta Charlotte, a ella le importa, a su lado Rachel y ambas observan con paciencia a su alrededor.

El clima en la playa es fresco, la ojiverde puede sentir algo de brisa marina de vez en cuando. Rachel terminó llevándola a la playa y están frente a una especie de celebración improvisada donde todo es colores naranjas y sonrisas.

—¿Por qué me trajiste aquí?—pregunta, no es que se esté quejando, el ambiente es genial y es mucho mejor que estar en su habitación tratando de conciliar el sueño.

—Hablé con Susie—oh, claro, Charlotte casi había olvidado que esas dos se conocían—le pregunté que sería bueno para ti y ella dijo que algo de aire fresco.

Eso es justamente lo que necesitaba, es un poco estresante la sobreprotección que tienen con ella, quien no puede salir de noche a menos que sean ocasiones especiales y si lo hace tiene que volver temprano.

Ni siquiera con Adam, el tiene que llevarla devuelta a casa a las 10 en punto. Y Adam es como ella, nunca se arriesga y acata las reglas, siempre termina lista para dormir en su cama a las 11.

Así que agradece eso silenciosamente.
Su cabeza rizada se mueve de lado a lado al compas de la música cuando siente un golpecito suave en su brazo y cuando voltea se encuentra con la palma extendida de Rachel frente a ella.

—¿Bailas conmigo princesa?

Charlotte se cruza de brazos, alzando una ceja y luciendo altanera, o eso es lo que quiere aparentar.

—Seguro que tienes algo mejor que eso.

Rachel rueda los ojos.

—Tengo todo un repertorio de chistes malos, un paquete de cigarros y medio metro menos de dentadura amarilla si eso te convence.

No se necesita ser muy inteligente para saber que Rachel se refería a Adam con lo último, está dispuesta a discutir sobre los dientes de Adam cuando siente a Rachel jalarla a través de la arena hacia ella y le sonríe cuando la acomoda entre sus brazos.
Y bueno, ahora están bailando, Charlotte no sabe mucho de baile pero ¿a eso se le llama salsa?
Rachel lo está haciendo espectacular, ella por otro lado...

—Lo haces bien—Charlotte le manda una mirada furibunda—bien mal.
Charlotte se suelta de su agarre histérica.

—No te burles—regaña con tono inseguro, se siente un poco fuera de lugar en ese sitio. No se siente bien ser mala en algo y que ese algo se note demasiado fácil.

Rachel vuelve a tomarla contra ella, acomodando sus manos en su cadera y en sus palmas.

Rachel siempre transpira tranquilidad y paciencia, Charlotte es toda histeria y miedo.

Está siendo paciente con ella, lo sabe. También sabe que está haciendo un esfuerzo sobrehumano por no reír. Rachel está tratando, pero es casi imposible cuando tiene a Charlotte tropezando cada dos segundos y alegando que el baile no sirve para nada.

—Oh dios—se burla luego de otro tropezón—tu naciste para la televisión.

Charlotte bufa.

A su lado, la gente se agrupa para bailar conga.

Charlotte apenas nota cuando Rachel se va de su lado, uniéndose a los demás y riendo como niña en navidad.

Charlotte espera de pie, ya no quiere hacer más el ridículo, aunque es casi imposible considerando que lleva puesta su pijama y su cabello sigue siendo un desastre enrulado.
Se sienta en la arena, a una distancia considerable de la gente bailando, tampoco quiere ser un estorbo para ellos.

Al besar una princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora