Capítulo 1

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Narra Samanta:

Son las ocho de la mañana, me tengo que vestir para ir a trabajar a un bar y no tengo ganas de levantarme.
"Venga vamos, tú puedes Samanta, sólo son 8 h de trabajo y ya vienes a casa" me decía a mi misma con sarcasmo.

Me despegué de las sábanas y me vestí en 10 minutos, cogí las llaves de la moto y mi chaquetón militar y me fuí de mi apartamento.

Arranco la moto (Benelli) es cara pero me ayudaron mis padres a comprarla.
Salgo de mi parking, hace frío pero ya sale la luz del sol.
Paro en un semáforo y viene otro motorista como yo.
Lo miro de reojo, creo que tiene los ojos verdes y no puede ser más malo el universo, se me cae el bolso y él se da cuenta de lo sucedido.

Me voy a agachar pero él es más rápido que yo y lo coge antes.

- Toma, se te cayó.

Dijo él con un tono de voz agradable.

¡Anda no sabía que era mío! Pienso yo.

- Gracias.

Bueno he sido un poco seca pero soy así a veces de cortante.

- Bueno hasta pronto.

Contestó él marchándose en su moto.

Vale... Tenía una voz seductora pero vaya ni que me fuera a enamorar de ese hombre.

Llego al bar y está mi compañera ordenándo los vasos y le digo:

- Hey Carol, ya han llegado Jose y Saúl <--- (el jefe).

- No, no han llegado aún pero si quieres ve limpiando las mesas.

- Ook.

Después de haber trabajado lo suficiente salgo de allí con 70 euros y me dirijo a casa.

Y de tantos semáforos, me tengo que parar en el que está en frente de mi casa.

Estoy esperando, hace buen día.
Escucho el ruido de un motor acercándose, creo que es de una moto. Me giro y veo que es la misma moto que por la mañana, me está mirando a los ojos, por Dios que vergüenza, notó que tengo calor en los mofletes.

- Hm hm...

Dice él.

No le hago caso pero dice:

- Hola, emmm... ¿Eres tú la de antes verdad?

No, soy un holograma superparecido a mi misma.

- Sí, soy yo.

Contesto fríamente.

- Bueno creo que me vas a ver todos los días, me voy adiós.

Se va, lo veo alejándose y yo me voy de ese semáforo.
Cuando aparqué la moto, voy a entrar al ascensor y me encuentro al vecino. Es muy muy muy pesado conmigo quiere intentarlo conmigo pero no podrá JaJaJa( risa mental maquiavélica)

- Hola, Samanta ¿Estás libre está noche?

Dice él rascándose la nuca.

- No.

Digo yo.

- Podriam...

- No Juan, no voy a quedar contigo vale que pesado eres.

Le suelto de repente mientras salgo del ascensor.
Entró en mi casa y suelto un grito de frustración.

Me vibra el móvil, una notificación.

-"Tiaa voy a tu casa a las siete. Cosa importante!"

Dice el whatsapp de mi mejor amiga Alejandra.

- ☆•☆

Son las siete y cuarenta y seis y toca el timbre.
Supongo que será Alejandra, abro la puerta y me la veo con las lágrimas saltadas.

- ¿Qué te pasa? Entra, entra.

Entra secándose las lágrimas con la mano y busca en mi nevera helado.

- No hay.

Le digo yo.

Se va a buscar chocolate,patatas fritas, palomitas...
Cuando viene a casa por algo, arrasa con mi nevera y mi comida, así que lo escuendo.

- ¡DÓNDE HAY COMIDAAAA!

Me grita y cuando yo veo eso, sé que le entra la vena psicópata y diabólica.

- ¡CÓMO NO ME DES COMIDA, AHOA MISMO TE INCO UN CUCHILLO EN EL CUELLO, DESPUÉS TE VOY A DESCUARTIZAR Y POR ÚLTIMO...

Ella mira y para de gritar y le sale una sonrisa diabólica y se tranquiliza.
Después de unos minutos, se come el paquete de rufles de jamón que le había dado...

- Tía, mira te cuento.

- Venga.

Digo alargando la A.

- Mi novio...

- ¿Te a dejado verdad? Yo a ese lo secuestró y se lo doy a la mafia rusa como un perro.

Sí, a mi también me entra la vena psicópata.

- No, no es eso...

Se le forma una sonrisita de felicidad. (De esas, las que te entra cuando tu crush te habla)

- ¿Qué pasa?

Le contesto yo dudando por lo que e avecina.

- Estoy embarazada...

- ¡QUÉ QUÉ! COMO PUEDE SER ESO, ERES JOVEN Y NO TIENES TRABAJO FIJO Y NI CASA.

Le regaño.

- Tía, no te pongas así como mi madre.

Me contesta ella sollozando tapándose la cara.
En verdad, he sido como su segunda madre.

- Perdón, tía pero es que tú sabes que es "peligroso" tener un bebé con tu edad, solo tienes 22 años.
¿Y él lo sabe?

- No..

- ¡Y CÓMO QUE NO LO SABE!

- No sé como decírselo, por eso he venido a tu casa.

Venga Samanta piensa.

- Tengo un plan.

Amor MotoristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora