Capítulo 4

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Narra Ángel:

Mi hermana aparca rápido y corremos hacia la entrada del hospital.

- ¿Sabes cuál es la habitación o la sala?

Le dije cansado de correr por la escaleras.

- Sí, papá me lo dijo antes. Es la sala de parto. Del piso...

- ¿Piso...?

Vi a Alma pensativa y a la vez cansada.

- Piso 6, eso es piso 6.

La miré sorprendido y resoplé fuerte por el cansancio.

Pasaron unos segundos y dije enfadado:

- ¿Aquí no hay ascensores o qué?

Alma me miró y rodó los ojos.
Ella que hace muuuucho deporte no se cansa tanto, es entrenadora personal de un gimnasio.

- Llegamos.

Dijo Alma y empezamos a andar hacia donde estaban nuestros familiares.
Los saludamos a todos y esperamos. Todos estábamos callados y andando de un lado para otro.

Pasaron los minutos, y ya llegó la hora y pico.

-¿Desde cuándo está aquí?

Dije rompiendo el hielo, todos me miraron y mi tío me contestó:

- Está aquí desde las siete menos cuarto.

Miré la hora y eran las nueve, me impresioné.

De repente se escuchó un llanto de un niño y todo se levantaron de las sillas.

Salió de la habitación un enfermero, se quitó la mascarilla y dijo:

- Todo ha ido bien, Sofía (mi prima) ha sido muy fuerte. El niño está bien, mañana lo podrán ver a él y a ella, los pasaremos a planta, buenas noches.

Después salió Carlos, el marido de mi prima y después, todos nos fuimos.
Eran las nueve y media, Alma me soltó en una zona donde había restaurantes.

- ¿Seguro que no quieres que te deje en tu casa?

- Que no. Me voy al bar donde seguro que están mis amigos.

Ella cerró la ventanilla y me bajé del coche.

- Adiós.

Le hice el gesto de que me voy y ella se fue.

Pasee y vi los restaurantes, venían unos olores a mi nariz y me entró hambre.
Escuchó el chasquido de unos arbustos y sale una muchacha y se cae encima mía.

- Perdón, de verdad lo siento mucho, perdóname.

Dijo preocupada.

- No lo sientas, da igual, no pasa nada.

Le dije dándole mi mejor sonrisa.
Se quedó mirándome unos segundos embobada, me sentí incómodo y ella lo notó.

- Bueno, eh me tengo que ir, un asunto por romperle la boca a un hombre, venga adiós.

Me dijo sonriendo y se fue corriendo.

La vi alejándose y me giré para seguir mi camino riéndome por el comportamiento de esa chica.

Llegué al bar y me encontré con mis amigos:Fran,Jorge,Pedro y...¿¡Su novia!?
Este sitio es sagrado para nosotros, y encima se había sentado en MI SILLA y esa es MI SILLA y NADIE se sienta en ella cuando yo estoy.

Los saludé y miré a mi silla.
Cogí otra y me senté al lado de Fran.

- ¿Qué pasa chicos y...?

Me dirigi a la novia de Pedro que no me acuerdo como se llamaba.

- Sandra.

- Qué nombre más bonito.

Le dije sonriendo y Fran contó que había encontrado una discoteca nueva al lado de este bar.

- ¿Y cómo se llama?

- 50 sombras más oscuras.

- ¿Cómo la peli?

- Sí, me reí al principio de escuchar el nombre de la discoteca.

- ¿Vamos después?

Dijo Jorge.

- ¿Vosotros os apuntais?

Le dije a Pedro y Sandra.

- ¿Quieres ir cari?

Me sorprendí al escuchar eso de Pedro, sonó muy......raro.

- No me apetece, además mañana madrugamos los dos.

- Es verdad,(nos mira a los 3) no puedo chicos, otro día.

Se fueron Pedro y Sandra.

A las una y media nos dirigimos a las discoteca, había mucha gente y olía a orina.

- Pues aquí es.

Dijo Fran.

- Soy yo o hay muchos canis y chonis.

- Hay chonis.

Le respondí a Jorge.

- ¿Entramos?

Yo en realidad no me llamaba la atención pero bueno, hacia 2 semanas que no salía y necesitaba ritmo, asín que entramos.
Nos registraron los porteros y nos fuimos a la barra.

- ¿Qué queréis tomar chicos?

Nos preguntó una muchacha muy guapa y bajita desde la barra.

- Yo un RonCola.

Pidió Fran.

- Yo una cañita.

Le dijo Jorge guiñandole un ojo.

- Yo un LariosRose.

Le dije.

Estaba sonando reggeton, la canción de Shaky Shaky de Daddy Yankee.
Nos dieron las bebidas y me quedé inspeccionando a la multitud haber si había una chica guapa y lo hubo, una morena.

Me quedé viendo como bailaba y viene un tío que estaba borracho y me dice:

- ¿Por qué miras a mi novia? Eh.

Olí su aliento a alcohol y tabaco y le respondí:

- ¿No puedo mirar a una chica o qué?

- Sí es a mi novia NO.

Dijo alzando la voz.

- Pues ok.

- A mi no me vaciles ehh.

- Ni tú a mi no me mandes digo, mira este.

- A mi no me vaciles, ehh que te meto y te dejó en el suelo.

Me respondió empujandome.
Sin querer le tiré el vaso a unas muchachas y me crugi los nudillos.

Esto va a ser una pelea.


Amor MotoristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora