Amor Motorista

Capítulo 28

Estaba esperando a Denise, hacía calor, mucho calor. Miraba los alrededores y veía a gente pasear con sus perros. Algún día tendré un perro,
un Husky blanco o un Akita.
Siempre me han gustado esos perros.

- ¿Abajo en tu casa no?

Me llegó un mensaje de Denise.

- ¡Sí! La misma de siempre.

- Tardo treinta segundos.

Estaba nervioso porque vería a una amiga de la infancia, hacía por lo menos siete u ocho años que no lo veía.

Escuché un "¡eh!" de una voz femenina y me giré por donde provenía el sonido.

La vi allí, estaba quieta, con su sonrisa inigualable, su pelo rojizo alborotado recogido con una cola de caballo.

Fui corriendo hacia ella y nos abrazamos por unos segundos que para mí fueron eternos.

- Te echaba de menos.- dije separándome lento.

- Y yo a ti también. ¿Desde cuándo no nos veíamos?- preguntó mirandome con admiración.

- Desde...Puf... A saber, lo importante es que estamos aquí para un día estupendo.- contesté entusiasmado.

Asintió con ilusión y esperamos a que llegara Jorge.

Estuvimos hablando de nuestras vidas y a los largos minutos llegó Jorge con su Peugeot rojo.

Anduvimos hasta llegar a la parte trasera del coche para soltar nuestras bolsas, vi que habían dos más. Serían las de Samanta y Alejandra.

Entramos y me senté en el asiento de delante.

- ¡Hola!- saludé al entrar.

- ¡Hola!- repitieron Samanta y Alejandra.

- Os presento a Denise.- dije yo cerrando la puerta.

Se presentaron y empezaron a hablar como si se conociesen de toda la vida.

- ¿Y tú qué?- pregunté a Jorge.

- Pues nada, las recogí primero porque me pillaba de camino.- explicó conduciendo por la autovía.

- Ah... Bien, bien. ¿A dónde vamos?- pregunté viendo el paisaje.

- A los acantilados del oeste.- dijo Jorge.

- ¡Qué guay!- exclamó Denise por detrás.

- ¡Sí! ¡Nos lo pasaremos súper bien!- respondió Alejandra.

- ¿Quién vota por hacer un juego?- habló Samanta alargando la "O".

- ¡Yo!- gritamos todos al unísono.

- Veo, veo...- dijo riendo Denise.

- ¿Qué ves?- hablamos todos.

- Una cosita...- rió Denise.

- ¿Qué cosita es?- gritamos todos cantando.

- Empieza por la letrita... ¡C!- dijo Denise con una sonrisa pícara.

Pensé en la palabra "coche" pero sería muy fácil.

- ¡Coche!- gritó Alejandra con un dedo levantado.

- ¡Nop!- respondió Denise.

- ¡Cigarro!- gritó Jorge.

- ¿Cigarro?- pregunté extrañado.

- El botón del coche que hay para encender cigarillos.- explicó indignado.

- Tampoco es.- habló Denise.

- ¡Cielo!- gritamos a la vez Samanta y yo.

Me puse nervioso porque habíamos coincidido en la misma palabra.

- ¡Correcto!¡Pero no es válido!- dijo Denise con una sonrisa victoriosa.

Qué raro que hallamos coincidido en la misma palabra ella y yo. Bueno será casualidad.

Estuvimos jugando al mismo juego durante todo el largo camino, reímos y cantamos las canciones de la radio.
Al fin, llegamos a la playa, nos pusimos en una cala donde no había nadie, así nadie nos molestaría.
Pusimos las toallas y las grandes sombrillas.

- ¡Qué pedazo de sombrilla!- dije yo impresionado.

- Es verdad, ¿la has robado de un chiringuito o qué?- bromeó Denise.

Reímos todos.

Cuando todo estaba listo en la arena, me quité la camiseta. Mi cuerpo no era musculoso ni nada por el estilo, era normalito. Tampoco era un enclenque, sólo que estaba bueno, para mi gusto.

Alejandra se quitó su camiseta y se dejó ver, tenía un cuerpo bonito pero no para mi gusto. Tenía sobresalido un poco el vientre, será que comerá mucho.

Denise se quitó su vestido y llevaba un bañador azul marino realmente bonito, con la espalda descubierta. Estaba muy guapa.

Jorge se quitó la camiseta y estaba un poquito musculoso, se le notaba en la espalda y brazos.

Y Samanta, para qué hablar de Samanta, tenía un bañador negro muy exótico y estaba muy hermosa. Tenía un cuerpo perfecto para mi gusto, estaba perfecta.

- Bueno.- dijo Jorge con una palmada para que lo escuchasemos.- Vamos al lío ¿no?- preguntó divertido.

- ¡Vamos!- gritamos todos.

Corrimos hasta el océano, el agua estaba cristalina y se veía los peces. Estuvimos nadando y buceando un buen rato. Me fijaba mucho en Samanta, aguantaba mucho la respiración y yo, con lo listo que soy, abrí los ojos debajo del agua pero se veía borroso... Quería ver a Samanta bucear.

Después Jorge salió con Alejandra y empezaron a charlar sentados en la orilla, se veían muy acaramelados. Seguro que ahí hay tema, segurísimo vaya.

Denise y yo empezamos a echarnos agua y hacer una guerra de arena mojada.

Samanta nos veía seriamente, creo que no le hace mucha gracia que Denise esté aquí.
La estaba mirando y por estar distraído, me tiró Denise arena en toda la cara.

- ¡Serás cabrona!- dije riendo y quitándome la arena del rostro.

- ¿Una mejor amiga tiene que ser cabrona a veces no? Sino no sería mejor amiga.- explicó riendo y hablando como si estuviera en un discurso.

- Claro, claro...- dije yo y rápidamente le tiré una bola de arena al brazo.

Di en el blanco.

- ¡Un punto para el victorioso Ángel!- gritó Jorge a lo lejos.

- ¡Jajaja!- se escuchó a Alejandra reírse.

- ¡Serás capullo!- gritó riendo Denise.

Reí y cuando menos lo esperaba me tiraron una por detrás. Me pico mucho el balonazo de arena.

- ¿¡Quién osa darme en mi querida espalda¡?- grité como un orco provocando que todo rieran menos Samanta.

- He sido yo.- habló Samanta sonriendo pícaramente.

- ¡Serás...!- respondí corriendo hacia ella y tirándole una en la pierna.

- ¡Eh!¡A mí amiga no eh!- gritó Alejandra tirándome una que nunca me dió.

- Qué mala eres.- le dijo Jorge a su lado.

Dicho eso Alejandra le dió un empujón a él.

Todos empezamos una gran guerra de bolas de arena. Estábamos corriendo de un lado a otro cuando de repente dijo Jorge.

- ¿Por qué no nos tiramos de ahí?- preguntó señalando al mini-acantilado.

- ¡Venga!- respondió Denise empezando a escalar por una cuerda y boquetes que había dentro de la roca del acantilado.

- ¡Yo me apunto!- gritó Alejandra.

- ¿Tú no quieres Samanta?- le pregunté.

- Es que de ese está alto.

- ¿Confías en mí?- le ofreciendole mi mano.