Capítulo 42

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Una vez ya dicho eso, se me vino a la mente Samanta de nuevo. 

Tengo que arreglar mi teléfono inmediatamente, porque ella me envió un mensaje y puede que piense cosas que no son de mí.

- Tania, ¿te queda mucho?-pregunté nervioso.

Tengo que ir a la tienda de informática y poder ver el mensaje que me mandaron, creo que era uno de Samanta.

- ¡Ya voy!- gritó Tania bajando las escaleras de su piso.

No sé cómo dormirá ella, ni cómo planearemos la comida, ir al trabajo, etcétera...

- Ya estoy lista.- dijo mientras se ponía una gran mochila sobre la espalda.

- Deja que te ayude con algo.- cogí una bolsa que llevaba en la otra mano.

Asintió y nos encaminamos hacia mi casa.

Una vez allí, subimos las escaleras y buscaba mi llave. Con una gran bolsa en la mano, pensé que se me caería en cualquier momento o que se rompería por la cantidad de ropa que llevaba.

La encontré y por fin abrí. Salió correteando mi pequeña Cirilla haciendo ruido con sus patitas.

- ¡Hola preciosidad!- gritó Tania al ver a mi perrita saludarla.

Entré y vi que había un pis al lado de la entrada, hay que poner un nuevo empapador para que haga sus necesidades ahí.

- Pasa, pasa y ten cuidado al entrar. Hay un pis a la esquina de Cirilla.

Asintió y entramos.

- Puedes dejar tus cosas en este cuarto, es el de invitados pero no se usa tanto.- reí al dejar sus bolsas a un lado de la puerta.- Yo mientras fregaré eso ¿Vale?

Fui a coger la fregona porque estaba empapado y no quería dar mala impresión a Tania de que soy un dejado.

Lo limpié y fui al cuarto a ayudarla.

- ¿Dónde pongo esto?- me pregunta abriendo su gran maleta llena de ropa.

- Pues...- dije pensativo porque casi todo estaba ocupado por cajas mías de la mudanza del año pasado.- Si quieres abre la maleta y puedes coger tu ropa, en ese armario hay algunas perchas. Apañatelo como puedas, voy a hacer un café. ¿Se te apetece?

Asintió y me fui de la habitación. No quiero ver ropa íntima suya y quiero que se sienta como en casa.

Voy a preparar un café porque vaya día llevo yo, tengo que arreglar mi teléfono y todavía no lo he echo.

Al terminar de preparar el café nos sentamos en el sofá y lo tomamos.

- Bueno... ¿Y cuándo te vas?- pregunté estirándome.

- Pues quiero sacar esta noche el billete para irme, no creo que esté mucho tiempo. Tampoco no quiero ser una carga más.

- No, tranquila no eres una carga. Es sólo para organizarme. Es que tengo que ir a una tienda de informática para que me arreglen mi teléfono.

- ¿Qué le pasó?- preguntó preocupada.

- Se me cayó encima de mi comida anoche y se estropeó la batería y no funciona.- expliqué encendiendo la televisión.

Hizo un gesto de que lo entendió y se acomodó más en el sofá.

Vimos una película de acción, ella se quedó dormida. No la quise despertar y le arropé con una manta. Cirilla se subió de un pequeño salto al sofá y se acomodó con ella en sus pies.

- Ya me ha dejado de lado.- murmuré sonriendo mirando a mi perrita.

Me dirgí a mi cuarto, puse de nuevo el despertador de Toy Story y me di la vuelta para dormirme. Tendré que ir mañana por la mañana a la tienda y comprar en el supermercado porque no tengo nada.


- ¡Hay una serpiente en mi bota!

Rápidamente abro los ojos nada más escuchar esa frase, miro y son las nueve dela mañana en punto. Voy a darme una ducha, en el camino me acerco al salón para ver si Tania está despierta y sigue durmiendo con Cirilla boca arriba.

Preparo mi ropa, y me meto en la ducha. Mientras, pienso en Samanta. Es una chica que me ha dejado loco nada más verla por primera vez y conocerla. Espero que no haya leído el mensaje porque no pude contestarle gracias a mis manos de trapo.

Salgo de la ducha, me arreglo, me peino un poco y voy hacia el comedor.

Ella sigue dormida, dejaré una nota que dirá que volveré para las 13.00, hay pan en el último cajón de la cocina.

Me voy, dirección a la tienda de un antiguo amigo mío. 

Al estar con media hora de camino por fin llego y me encuentro a mi amigo Carlos en el mostrador.

- ¡Qué pasa el tío!- le digo saludándole y acercándome al mostrador.

- ¡Hey hello! Cuánto tiempo Ángel, ¿cómo te va?- me dijo dándome un apretón de manos.

- Pues nada tío, se me ha roto mi teléfono. Para que me lo arreglarás por si tiene solución.- dije sacando mi móvil del bolsillo y poniéndolo en el mostrador.

- Pero ¿qué le ha pasado?- preguntó él, buscando una caja debajo del mostrador.

Le expliqué todo y se me quedó mirando raro.

- Sigues siendo igual de torpe que en el instituto por lo que veo.- me dijo mientras abría la parte trasera del teléfono.- Mira lo que tenemos aquí, la batería llena de tomate o lo que sea.

- Y tú siendo igual de frío y directo pero sabes que nos amamos Carlitos.- le dije por su apodo de instituto.

Río y empezó a hacer cosas raras con mi teléfono. Mientras arreglaba mi móvil, me di una vuelta por la tienda para ver si había una cámara de fotos buenicilla. Me gustaría hacer unas fotos y ponerlas en un albúm muy bonito.

- Listo Ángel.

Fui hacia allí y recogí mi teléfono.

- No utilices el teléfono en un rato para que no haya problemas, en una hora o así. Y en total son 50€ pero por ser tú te lo dejo en 40€.- habló mientras me daba una pequeña tarjeta de la tienda.

- No tío, te doy los 50 no pasa nada te lo agradezco, si has sido muy rápido arreglándolo.

- Que no, hazme caso. Hacía tiempo que no nos veíamos, a ver si te pasas más.

Le di en total 45€, me da cosa porque me hagan descuentos por ser un amigo de la infancia. Le di mi número de teléfono y me fui. 

Yo con mis cosas, se me ha olvidado desayunar y son las 10.45. Me da tiempo, me acerqué a una cafetería y pedí mi desayuno. Un buen sandwich mixto con un ColaCao caliente. 

Al terminar, fui al supermercado más cercano para comprar lo básico para hacer de comer, ya que ahora somos dos en la casa. Pasta, pizza, ensalada, arroz, postres, etc... 


Creo que ya es hora de encender mi teléfono a ver cómo está la cosa. Marcan las 12.30, y veo chats sin leer, y un mensaje de Samanta que decía que quería pedrime perdón y que sí sentía algo por mí.

Mi corazón va a 100 por hora, no me esperaba ese mensaje viniendo de ella. Estoy tan contento, no puedo esperar verla y besarla. Esta chica me tiene perdido pero me doy cuenta de que...


Me ha bloqueado.

Amor MotoristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora