Nothing Like Us [YoonMin]

15. Lo conseguí.

JiMin caminaba algo pensativo. Estaba ansioso. Nunca había trabajado y temía no conseguir empleo por su falta de experiencia en ese ámbito.

"No será fácil pero podré hacerlo". Se daba ánimos a sí mismo.

Llegó a la cafetería que le había dicho TaeHyung y en efecto, había un letrero en la entrada que decía; "Se solicita personal".

Inhaló profundo y entró al lugar. Miró todo a su alrededor y sonrió, su amigo tenía razón. Era un lugar acogedor y cómodo, como si estuvieras en casa de la abuela. Seguía observando el sitio cuando un  chico salió de la nada con unos cuantos platillos tratando de no tirarlos. JiMin reaccionó rápido y se acercó al joven para ayudarle. El mayor lo miró y le sonrió agradecido.

—Gracias.

—No hay por qué.

—Permíteme dejar estos pedidos y ahora te atiendo.

Dejó las órdenes en sus respectivas mesas y posteriormente regresó con el peli-naranja.

—En serio, muchas gracias. —Sonrió nuevamente—. ¿Qué deseas ordenar?

—Yo... en realidad vengo por el trabajo.

El chico sonrió y su mirada se iluminó. Desde hace semanas esperaba que alguien llegara buscando el puesto, pero parecía que nadie estaba interesado.

—Por supuesto. Ven conmigo. —Lo tomó de la mano y lo encaminó a la oficina del dueño.

El mayor tocó la puerta y eso incrementó más la inquietud de JiMin.

—Adelante. —Se escuchó desde adentro y ambos chicos ingresaron a la oficina.

—Viene por el trabajo, Nam. Iré a seguir atendiendo —El chico salió cerrando la puerta.

—Toma asiento. —Le indicó el joven sentado detrás del escritorio.

—Gracias. —Contestó JiMin luciendo un poco torpe.

El chico tenía el cabello rosa pero los lentes le daban un aspecto serio.

—Dime, ¿traes tu solicitud?

—Oh sí. —Se la tendió al peli-rosa.

Este comenzó a leerla y no pasó mucho tiempo cuando miró nuevamente a JiMin.

—Por lo que veo, no has trabajado con anterioridad.

—Sería mi primera vez pero le prometo que haré todo lo posible por aprender rápido.

-No lo sé, JiMin. —Leyó nuevamente su nombre en la hoja.

La oficina se llenó de silencio y JiMin estaba seguro que allí no encontraría trabajo.

—Mira, no suelo contratar a gente sin experiencia pero realmente necesito personal.

JiMin sonrió emocionado.

—¿Desde cuándo puedes comenzar?

—Ahora mismo. —Se levantó de su asiento demasiado efusivo.

NamJoon sonrió. Ese era el entusiasmo que buscaba.

—Entonces comienzas a trabajar en Omelas a partir de hoy.

—Muchas gracias. —Dijo JiMin mientras se inclinaba.

—Pero estarás a prueba una semana.

—Claro, por supuesto, señor. Gracias nuevamente.

—No me digas señor. Soy NamJoon, Kim NamJoon. —Estrecharon sus manos—. Ve con SeokJin Hyung para que te asesore y te dé tu uniforme.

El peli-naranja hizo otra reverencia y salió de la oficina.

—¿Y bien?

—Soy su nuevo compañero, Hyung. —Sonrió.

—Me da mucho gusto, me has agradado. —Le devolvió el gesto—. ¿Cómo te llamas?

—Park JiMin.

—Muy bien Park JiMin, yo soy Kim SeokJin. Vamos por tu uniforme, la gente comienza a llegar.

—Claro, Hyung.

El mayor le dio su vestimenta al chico y lo dejó para que se cambiará. JiMin le mandó un texto a su madre y otro a TaeHyung para darles la noticia. Mientras que SeokJin se dirigió a la entrada para quitar aquel letrero.

[...]

Fue un día pesado. El lugar solo lo atendían JiMin y SeokJin, y era una cafetería bastante recurrida. El mayor se había concentrado sólo en la cocina y el menor en atender a los clientes. JiMin se sentía feliz. Era amable con todas las personas y se reflejaba en las propinas.

Eran ya las 10:00 de la noche cuando cerraron.

—Hasta mañana, Hyung.

—Hasta mañana, JiMin. Descansa.

—Igualmente. —Sonrió y se despidió con la mano.

El menor estaba dispuesto a caminar cuando una motocicleta se estacionó frente a él.

—Hola guapo, ¿quieres que te lleve?

—¿TaeHyung? —Preguntó con una risita.

—Claro, bobo —Le sacó la lengua después de quitarse el casco.

—¿Qué haces aquí?

—No iba a dejar que te fueras solo.

—No soy un niño. —Hizo un puchero bastante tierno.

—Ese puchero demuestra lo contrario. —Sonrió—. Necesitas de un macho rudo que pueda defenderte.

—¿Hablas de ti?

—No, realmente no. —Ambos rieron—. Ven, sube.

JiMin le hizo caso y se colocó su casco.

—¿Cómo te fue?

—Bastante bien, fue un día interesante.

—Necesito detalles, ChimChim.