Capítulo 17: Opus 9 No. 2 Chopin

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Narrador neutral

Jean de Vighers se encontraba adolorido, postrado sobre la enorme cama de su habitación, pues había recibido la mordida de un lobo para salvar a una chica desconocida, una señorita que sólo tenía un día de conocerla, una chica descuidada, una chica que no valdría la pena salvar, de no ser por el duque de Hamilton; de acuerdo con él.

Cuando despertó de sus sueños febriles debido al enorme resplandor de luz sobre su rostro, se encontró con ella durmiendo sobre su cama, su cabello caía sobre su rostro, al levantar aquel mechón de cabello se encontró con Giselle.

La chica que pronto sería su prometida, la chica que le causaba dolores de cabeza. <<Una chica que no recuerdo su nombre>> pensó, pero aun así Jean se casaría con ella, con el propósito de que el duque de Hamilton esté de su lado.

Aquella chica demostraba que no estaba teniendo un buen sueño, pues una lágrima cayó sobre su mejilla, en ese momento Jean no supo que pensar, no supo que hacer. Solo sabía que debía alejarse de ella de inmediato, era peligrosa; aunque no sabía por qué.

Intentó salir a su despacho, pero al momento de moverse se dio cuenta que ella tenía su cabeza sobre sus piernas, era un hecho, estaba atrapado.

Por lo que tuvo que quedarse ahí, observándola despeinada y desaliñada a su parecer; se quedó unos segundos viéndola detenidamente, sacudió su cabeza y decidió no mirarla más; tomó un libro que se encontraba en la mesita de noche, y como pudo trató de leerlo porque las letras le parecían borrosas.

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Después de discutir un poco con Jean sobre la cuestión de la "prometida" Giselle salió rápidamente dejando sorprendido a Jean.

<< ¿Realmente voy a casarme con ella? >> pensó. Pues Jean de Vighers había jurado nunca casarse, después del dolor y la vergüenza que pasó con su antigua prometida que huyó con otro sujeto a América. <<¿Cómo puede ser que pase por estas vergüenzas nuevamente? Aunque el duque de Hamilton me brinde su apoyo... ¿Cómo pude olvidar la promesa que hice? Si realmente me casara... sería con una persona especial. >>

La idea macabra de decirles a todos la verdad y echar a esa señorita de su casa pasó por su mente, se había decidido; no se casaría con ella.

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La entrada de Giselle y la sirvienta a su habitación acompañadas de una extraña comida lo distrajo de su ir mental.

Cuando Jean preguntó sobre el origen de la comida la sirvienta contestó que el desayuno había sido preparado por su "prometida", algo que extrañó a Jean pues las señoritas de su estatus no se preocupaban por nada y por nadie y mucho menos se meterían a la cocina a ensuciar sus manos preparando comida, en ese momento Jean no supo que decir, lo único que pronunció fue uno de sus salados comentarios.

— ¿Y qué le pusiste a la comida? ¿Algo que me hará daño? — << ¡¿Qué fue lo que dije?! >>

Poco después Giselle intentó escapar de la situación y Jean se quedó mirando fijamente la comida preparada por la chica, inesperadamente algo lo impulsó y sin pensarlo solo dijo

—Espera... Y ¿Cuándo será la boda? — << ¡¿Qué es lo que he hecho?! Se supone que iba a revelar la verdad>>Pensó arrepentido, era evidente había cambiado de parecer.

Giselle sorprendida ante tal confesión, solo volteó y pronunciando la palabra — ¡Nunca! — escapo lo más rápido posible por el corredor, y en su camino se encontró con Eline de Vighers, quien la llevo a su habitación.

Sueño a Flor de TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora