El chico del GAME ©

11 | ¿Modelo? I

Alex POV:

Estaba tumbado en mi cama, recordando la semana anterior, el día donde fuimos a surfear, como acabó esa mañana. Desde eso, no había pasado nada en especial, alguna vez quedé con Mick para tocar la guitarra, otras veces quedé con Tyler, para ver una pelicula, lo malo es que no podí quedar con Miguel, estaba muy ocupado con su trabajo.

Y en ese momento, no tenía tiempo para él, y menos para mí.

Estaba tumbado, como antes dije, asimilando como conocí al sexy chico del Game.

Parecía un típico libro de Wattpad de un flechazo que hacen las chicas en su tiempo libre.

Estaba en completa oscuridad, mirando mi Instagram, exactamente las fotos que me hice, la última era una donde salí yo con Mick, él estaba al lado de mí, sentado en mi cama, yo con mi guitarra en las piernas y él haciendo la foto, una foto la cual llegó a mil likes.

Desde que subía unos trozos de canciones se me dispararon los seguidores, y tenía pensado ir con Miguel a hacer fotos en la playa, en sitios abandonados y en puentes, como si fueran fotos tumblr, cosa que es lo que quería hacer.

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Me desperté por los chupetones que me daba Max, no le había conprado cama, ya que tenía claro que iba a dormir conmigo, después de haberle puesto todas las vacunas, podía estar más relajado con ese tema, de que no tenga ninguna enfermedad de nacimiento o algo parecido.

–Buenos días a tí también–le dije acariciandole la cabeza y las orejas.

Valerie se fue un día antes, mi madre se desizo de su "problema" y dijo que caundo llegaran los boletos de avión, la mandase para Londres.

Aún recordaba la cara que puso mi madre cuando le dije que me iba a estudiar a Los Ángeles, más adelante me encontré a Laura, pero eso es otra historia.

Me levanté, con pesadez, en una hora tenía que estar listo, había quedado con Miguel para hacer fotos, y no quería llegar tarde.

Me di una ducha rápida, cogí una mochila y me puse una camisa negra con cuadrados rojos, pantalones largos y rotos vaqueros para no tener que pasar por el calor de California.

Guardé ropa limpia en mi mochila y me la cargé al hombro.

–Ahora llego–dije a Laura, pero después me di cuenta de que estaba dormida, no se enteró de lo que le había dicho

Cogí mi preciosa cámara Canon que tengo desde entonces y a la que quiero un montón.

Me la colgué al cuello y salí de mi casa, cerrando detrás de mí.

Como ví que no había llegado aún, llamé a su casa.

–Hola Alex–dijo un Mick recién despertado sin camiseta.

–Hola, ¿le queda mucho a Miguel?–le pregunté.

–No, enseguida llega–dijo este–pasa–abrió un poco más la puerta provocando que pueda entrar.

Pasé y me senté en un sillón, ahí mire los ajustes de la cámara, para que estuviesen a mi gusto.

–¿Nos vamos?–dijo Miguel detrás de mí.

–Claro–dije poniendome de pie rápidamente.

La verdad, estaba muy guapo, para que engañarnos, llevaba una camisa de cuadros azules y negros, unos pantalones cortos negros, y unas vans azules.

Cogió sus llaves y su cámara y nos fuimos.

–Vamos en mi moto–dije, los coches no eran lo mío.