El chico del GAME ©

Capítulo Extra: Esta es nuestra vida

Alex POV:

Acaricio el pelo de Miguel y aún sigo sin creerme que esté aquí conmigo.

–Antes que nada, ¿has venido de visita?–pregunto dudoso.

–No exactamente, he venido para estar contigo y me da igual el tiempo que esté aquí, a si que eso depende de tí–dice pasando la mano por los pocos tatuajes que tengo en el torso y brazos.

–Sabes perdectamente lo que voy a decir, a si que ya puedo subir la maleta aquí–digo riendome.

–Te echaba de menos–dice de repente.

Le miro y le doy un beso en la cabeza.

–Y yo, hasta he escrito una novela en Wattpad–digo sonriendo.

–¡En serio!, después te tengo que pasar mi perspectiva en algunos momentos–dice poniendo su mano en mi pecho.

–He estado tres años y casi y medio echandote de menos cada puto día y ahora no te voy a dejar ir, lo siento por ser así–digo abrazandole.

–Me gusta–dice pasando sus brazos por encima.

–Te veo más guapo–digo mirandole.

–Gracias–dice sonriendo y apretando mi rostro en sus abdominales.

–Ya va siendo hora de que te enseñe la casa–digo levantandome.

Termino de levantarme.

–Por lo que observo tiene muy buenas vistas–dice poniendo sus brazos por detrás de su cabeza–no me molestaría despertarme con esta vista todos los días–digo.

–Ni a mi contigo a mi lado–digo poniendome mis boxers.

Bueno, unos que me llevé de Miguel.

–¿Esos son míos?–dice.

–Sí, los cogí–digo riendo por la cara que pone de confusión total.

–Pues quitatelos, quiero darme un baño con mi novio–suena tan bien salir de su boca la palabra "novio" que hasta algo dentro de mí se ha movido.

Serán gases

–En seguida–digo quitandomelos de nuevo.

Se levanta y no tengo el pudor de verlo de manera completa.

–¿Has estado con alguien desde que viniste aquí?–dice.

–Sí, he estado con Nick en el jardín y con Vanessa, ya que trabaja en el mismo sitio que yo, y con muchas personas que he visto por la calle, ya que les pregunto la hora...–me río por mi chiste yo solo pero paro cuando veo su cara seria–no he estado con nadie–digo bajando la cabeza.

Seguro que él ha estado con alguien y por eso hago ese gesto.

Pero no puedo reprocharle nada porque estabamos separados, no estabamos en el mismo continente.

–Yo tampoco, tranquilo–dice levantando mi cabeza–solo tengo ojos para tí.

–Con esas palabras haces que esté feliz de una vez por todas–digo realmente feliz–vamos a la ducha, señor.

–Claro, será un honor–dice y entro al baño.

Empieza a llenarse la bañera y mientras beso a mi novio.

Cuando está llena, me tumbo y dejo un hueco en el otro lado.

Es una bañera redonda pero alargada y aquí me he relajado más de una vez.