12 | ¿Modelo? II

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Miguel POV:

Estaba montado en la moto de Alex, dandole indicaciones de donde quería ir a hacer las fotos, quería ir a un sitio donde había un acantilado.

Tenía pensado hacerme una foto, enseñandole a todo el mundo que si no tienes abdominales perfectos eres también persona, lo tenía claro.

–Es aquí–le dije para que aparcase, cosa que hizo a los pocos minutos.

–Ten–le di el casco y lo guardó en la moto, también guardó el suyo.

–Que lugar tan precioso–dijo con una sonrisa en la cara. Se le notaba que le gustaba la fotografía.

–Empezamos por la tuya–dije con una sonrisa, cogiendo la cámara de él.

Cogió como unos plasticos de unos colores blancos.

–Ponlos en la cámara y mira lo que pasa–me dijo sonriendome.

Los puse y vi que no eran solo blanco, eran como unos filtros, para que diera más intensidad a la foto.

–Me encanta–dije sin levantar la vista de la cámara.

–Podrías hacerme una foto donde salga de modo diagonal, de camino a la carretera, para que se vean las luces de los coches–dijo con una sonrisa.

–Quedará bien porque se ha nublado el cielo–dije yo, leyendo el pensamiento a Alex.

–Exacto–contestó a mi respuesta.

–Esto...–dijo él.

–Dime–dije yo.

–Me podrías dejar la camisa que llevas, me gusta mucho–dijo con nerviosismo en su voz.

–Claro–le dije de manera normal, sabía que le iba a quedar bien.

Me la quité y se la di.

–Dame una a mí–dije yo, señalando la mochila.

–Toma–dijo quitandose la suya roja.

Se la puso y yo me puse la que me había dado, efectivamente, me venía muy bien, los dos rozabamos el metro ochenta, y los dos eramos flacos...

–¿Miguel?–preguntó pasando la mano por delante de mi vista.

–Si–le dije–te hago la foto.

–Quiero que me pongas esta–dijo él, poniendo en mi mano la que quería.

–Claro–dije colocandola.

Se puso sentado en una barandilla de metal, dando la espalda a los coches.

Ss desabrochó los botones dejandola abierta, dejadnome ver los preciosos pectorales, y ese precioso torso que cualquiera querría estar acurrucado, entre sus brazos también me incluyo, tocandolos o sentiendolos.

Se puso unos zapatos verdes de color medio, ni muy claro, ni muy oscuro y ya estaba listo para que le hiciera la foto.

La saqué y vi que salía espectacular, con su sonrisa torcida, con sus ojos azul cielo y su pelo desordenado para parecer más sexy, y no me olvido que se le nota todo el torso.

–¿Quedó bien?–preguntó Alex bajando de su sitio y caminando hacia mí, cuando vió la foto, sonrió.

–Yo creo que sí–le dije.

Me ahorré decirle que salia espectacular, era una cosa que no podía decir.

–Me gusta–dijo con una sonrisa.

¡¿Le gusta?! ¡Pero si sale perfecto!

–Quiero que me hagas otra, esta vez, una en las rocas, como si las estuviera bajando–dijo Alex señalando la zona donde quería la foto.

El chico del GAME © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora