El chico del GAME ©

20 | Sorpresa

Miguel

Estaba en la casa de Alex cuando tocaron el timbre de esta.

–Voy yo–dijo Alex con una sonrisa, levantandose del sofá y quitando su cabeza de mis muslos.

Me asomé al recividor y cuando abrió vi al chico que habíamos visto un día haciendo surf.

–Hola, Josh, ¿que te trae por aquí?–preguntó Alex con una sonrisa.

Joder, esa sonrisa, es perfecta.

–Solo quería verte, nuevo vecino–dijo encogiendose de hombros.

–¿Vas a vivir aquí?–le preguntó Alex.

–Justo en la puerta de enfrente–dijo señalando la puerta.

–No te quedes en la puerta, pasa–dijo Alex haciendose a un lado.

–Si insistes–dijo.

–Josh, él es mi novio, Miguel, Miguel, él es Josh, amigo del instituto–dijo Alex y en ese momento pensé que era el chico con el que ñerdió la virginidad.

–Encantado–dije levantando la mano.

–Igualmente–me dijo estrechando mi mano con la suya.

–Ya os conoceis, ¿quieres algo?–le dijo a Josh.

–A ti–dijo en un hilo de voz casi inaudible, yo fruncí el ceño por lo que acababa de decir, pero Alex no lo había escuchado.

–¿Perdon?–dijo acercando el oido a la cara de Josh–no te he escuchado.

–No, nada, gracias–dijo con amabilidad falsa que Alex no sabía que estaba ahí.

–Vale, si no te importa, estabamos viendo una película, otro día nos pasamos para ver tu casa–dijo lo más coherente en ese momento.

–Vale, sin problema–dijo con una sonrisa más falsa que nada.

–Nos vemos–dije con otra sonrisa falsa y forzada.

–Hasta luego–dijo y se fue, Alex cerró la puerta y me tomo de la mano.

–Vamos a seguir viendo la película–dijo Alex.

–No, quiero hacer otra cosa–dije pícaro.

–Sin problema–dijo acercandose.

Empezamos a besarnos y me subí envolviendo mis piernas a su cadera.

Note un bulto apretando el mío.

Abrió la puerta de su habitación y la cerro en seguida.

Nos besas y se me salían suspiros que sus labios atrapaban.

–¿Quieres más?–dijo quitandose la ropa.

–Quiero más–afirme haciendo lo mismo.

Cuando terminamos me quede viendo toda su anatomía que tenía.

–Joder–dijo Alex.

Puso una mano en mi cuello y me empezó a besar mientras que con la otra tocaba mi pecho y mi polla.

–Sigue–dije entre besos.

Me tiró a la cama y se puso encima de mí, y cuando menos me lo esperaba, cayó en mi polla super brusco, sin meter antes dedos.

Gritó de dolor y yo lo cayé con besos, difrutando del momento.

Meneó sus caderas, dandome el aviso de poder continuar.

Subí y baje y mientras él hacia lo mismo mientras se masturbaba.

Cambiamos de pose y seguí metiendosela hasta el fondo.