1. La sonrisa de Leni

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Esa fue una tarde larga. Bastante larga.

Pasé buena parte del tiempo sentado frente a los vestidores de una tienda de ropa, viendo a mi hermana Leni modelando un vestido tras otro, tras otro y tras otros diez más. Luego cambiar de opinión, traer un trapo diferente y comentarme que ese color tendrá un mejor efecto en su guardarropa para este verano que se aproximaba.

Lo que debo reconocer es que verla sonreír, oír su voz colmada de entusiasmo y sin dejar de agradecerme que la acompañara en sus compras, era algo que aliviaba todo el aburrimiento.

Al final, eligió cinco vestidos, no sin antes dejar claro que les haría unas modificaciones en casa para dejarlos perfectos.

—¡Gracias por haberme acompañado, Linky! Tu compañía es algo muy bonito cuando vengo al centro comercial. ¿No te aburriste?

—No, para nada —mentí. Diré esa mentira todas las veces que sea necesarias. Soy capaz de eso, y de llevar todas estas bolsas de compras también... Pero no soy muy capaz de soportar la forma en que los hombres que nos encontramos en los pasillos se quedan admirando a mi hermana. Como usted ya sabe, Leni es quizás la chica más bella del mundo. Vestirse así, con vestidos holgados y cortísimos, no la hace menos llamativa.

A ella no parece importarle lo atractiva que resulta para todo el universo. O de seguro no se da cuenta.

—Además me ayudaste con lo de los vestidos al dos por uno... Recuerdo que eso de "multiplicar" lo vimos en la escuela, pero no lo entiendo mucho.

—Solo recuerda que te darán una prenda más con haber pagado una. Eso es todo.

—¡Siempre tan inteligente! —comentó, con una expresión de genuina sorpresa. —Como agradecimiento, si alguna vez llego a ser una famosa diseñadora de modas, me encargaré de que no te aburras en mis tiendas. Pondré videojuegos y comics en un asiento que sólo tú uses. ¿Te gusta mi idea?

—¡Por supuesto, Leni! Te acompañaría un día entero con gusto en una tienda así. ¿Y qué más tendrán tus tiendas?

—A ver... Tendrán... Un departamento que se llame "Zapatos Bonitos" para las chicas que no tienen mucho tiempo y quieren ir directo hasta los mejores, y los vestidos al dos por uno vendrán en un solo paquete de una vez, y una máquina de smoothies de muchos sabores...

Se quedó callada, y exclamó: —¡SMOOTHIE! ¡Quiero uno! ¡Vamos, te invitaré! —para luego tomarme del brazo y llevarme corriendo hacia su café favorito.

Esa es Leni, resumida en una salida al centro comercial.


Cuando por fin regresamos a casa, era ya la hora de la cena.

En la mesa, Leni no dejaba de contarle al resto de nuestra numerosa familia lo mucho que había disfrutado nuestra salida.

—Linc fue muy caballeroso todo el tiempo. Me esperó con paciencia, me abría las puertas, e inclusive intentó pagar por lo que tomamos. ¡Fue muy lindo!

—¿Y acaso tienes dinero, Lincoln? ¿De dónde lo tomaste? —me preguntó Lynn con incredulidad.

—Yo ahorro. Supongo que es algo que tú no haces —respondí.

—¡Jo, jo, joooo! ¡Dile algo, Lynn, respóndele! —fue la animada reacción de Lana.

—¡Tranquilos, todos! Recuerden que estamos cenando, no pierdan la compostura —dijo mamá cuando notó que se iba a armar una discusión. —Y ya que mencionaron la palabra "dinero", su padre y yo les tenemos una sorpresa.

Oro PuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora