18. Disfruten el viaje

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¿Montreal? ¿Alguien sabe algo sobre Montreal? ¿Tiene canales como Venecia, una torre como la Eiffel, o playas de arena dorada?

¿Qué tan romántica es? ¿Más que Royal Woods, o nada romántica?

¿Por qué Leni? ¿Y por qué con Stuart?

Tenía un listado respetable de preguntas que hacer a mi familia acerca de ese sorpresivo viaje del que, al parecer, todos ya sabían menos yo.

Cuando entré a la sala, mis padres veían televisión. Alcancé a ver que Leni subía las escaleras con su bonito meneo de caderas, pero eso no me distrajo de comenzar mi interrogatorio.

—¡Hola, hijo! ¿Saliste un rato? —preguntó papá.

—Sí, y gracias a eso me enteré acerca de un viaje.

—¿Con Leni y Stuart? Sí, partirán en un par de días hacia Montreal con tu papá. Yo no podré acompañarlos aunque Leni haya insistido —respondió mamá.

—Pero... ¿En qué rayos piensan? ¿Acaso no temen por la seguridad de Leni? ¿Y acaso nadie más aparte de mí sospecha de Stuart?

Noté una pequeña mueca de desconcierto en ambos al escuchar mi última pregunta.

—¿Desconfiar? ¿Por qué haríamos eso? Sería ingrato de nuestra parte desconfiar de quien ha ayudado tanto a tu hermana sin cobrar un centavo —fue lo que papá respondió.

—¡Y acaba de regalarle un collar de plata a Leni!

—Nos lo contó. Él pide permiso para todo lo que hace con Leni —dijo mamá.

—Además, lo noté bajando del último piso del centro comercial cuando debió estar abajo cuidando el show. ¿No les parece raro?

—La joyería queda en el último piso. Nos dijo que lo compraría ahí. ¡Ya hemos comprado ahí! —me respondió ella, algo molesta.

Papá intervino: —Lincoln, nos parece bien que te preocupes por Leni, pero no hay motivos para que desconfíes de Stuart. Él fue el que nos consiguió la oportunidad de trabajar con Delmar en Canadá.

Fue entonces que me lo explicaron. El señor Delmar ofreció a Leni una invitación al Festival de la Moda de Montreal. Aunque es menos importante que los de Nueva York o Milán, es el evento de modas al aire libre más grande de Norteamérica. Delmar patrocina un segmento dedicado a los talentos nuevos, ¡y los diseños de Leni serán presentados ahi! Aun mejor, será con modelos profesionales facilitadas por el canadiense.

—Y todo es un logro de Delmar con Stuart. Ahora, si me lo permites, hijo, estoy viendo mi programa de cocina favorito. Ojalá enseñen a hacer poutine. ¡Iré a Montreaaaaaal!

Mamá rió con las palabras de mi padre y se aferró a su brazo. Yo quise seguir hablando acerca de los peligros de Stuart... Pero ya me había quedado sin nada con qué acusarlo.

Me retiré abochornado hacia el segundo piso.

¿Imagina usted cómo me sentí en ese momento? Seguramente no. Sólo quería hablar con Leni.

Toqué a la puerta de su habitación, y Lori abrió. Se veía molesta.

—¿Qué rayos quieres, Lincoln? Leni y yo estamos charlando.

—Disculpa Lori, solo quiero preguntarle algo breve a Leni. ¿Será posible?

—¡Pasa, Linky! —dijo la modista con alegría desde adentro.

Lori me dejó pasar de mala gana. Leni estaba sentada en su cama, abrazando un cojín y con el collar nuevo frente a ella, puesto sobre el colchón.

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