7. Contacto de negocios

1.1K 107 44
                                    


La Operación "Leni Fashionista" había dado inicio. Su nombre anterior era muchísimo más largo, pero esta vez logramos acortarlo entre todos.

Tras la reunión, un día después de habérsenos notificado la llegada de Jerome Delmar, definimos un presupuesto de lo que sería necesario comprar y alquilar. Incluía materia prima para los vestidos del desfile, la tarima, decoraciones, sillas, equipo de sonido e iluminación, hojas volantes y algunos abarrotes para hacer bocadillos.

No se preocupe por el costo total: vino resultando ser una pequeña fracción del dinero de Leni. Ella no paró de recordarnos de no dejar nada sin comprar.

—Yo pagaré lo que sea necesario para ustedes. Me siento apenada por toda la ayuda que están brindándome —nos dijo una vez. La tranquilizamos de inmediato, diciéndole que no tenía nada de qué apenarse: que era un gusto para nosotros ayudarla.

Puede que hayamos mentido un poquito. No porque no queríamos ayudar, pero sí nos era difícil y problemático. Si algo nos unía en silencio al resto de los Loud, en ese momento, era el bienestar de nuestra hermana, cuya grandiosa manifestación eran dos hileras de dientes blancos y magníficos. Ese fue el premio que esa mentirita nos otorgó, y lo aceptamos gustosos.

Sólo había algo que me robaba la paz. La identidad de ese hombre con quien Leni charla tanto desde su teléfono.

Se lo pregunté una vez directamente, y sólo me respondió: "Un amigo. Se llama Stuart".

Stuart...

Lástima que Lori había ido al centro comercial con Leni y mamá a ver lo del permiso para el evento. Con ella pude haber averiguado de forma menos directa acera de ese fulano, quién es y qué pretende lograr hablando con mi hermana.

"Necesito mi mente despejada. Ahora no hay nada que pueda hacer al respecto", pensé.

Decidí ir a revisar el sitio. Las visitas seguían aumentando. Justo cuando iba a iniciar la revisión de los comentarios, vi un correo nuevo, de parte de Mizu-chii, la modelo.

Hola, mañana estaré en Chicago.
Mis planes se adelantaron.
¿En qué ciudad están ubicados?

Yo le respondí, con cierta emoción.

Hola. Estamos ubicados en Royal Woods, Michigan. Serás bienvenida cuando quieras.
Lincoln Loud, coadministrador del sitio.

Y de inmediato me envió una solicitud de videoconferencia.

La acepté, y apareció su hermoso rostro en lo que parecía una habitación de hotel.

—¡Hola! —me dijo, y el delicado sonido de su voz me hizo saltar el corazón.

—Hola. Mizu-chii, ¿verdad? —respondí, hecho una bola de nervios.

—Así es. ¿Tú eres Rinkan-san? Te imaginé mayor. Escribes como todo un hombre —comentó, y noté que a pesar de su acento asiático hablaba muy bien mi idioma.

—¡Gracias! M-me halaga que hayas pensado eso.

—De nada. ¿Se encuentra Leni-san? Quiero conocerla.

—Ella ha salido. Lo siento mucho. Pero puedes charlar conmigo —respondí, poniendo una sonrisa de que seguro se me veía estúpida.

—Gracias, Rinkan-san, eres muy amable —y me guiñó un ojo. De seguro mi cara se puso más estúpida después de eso. Agité un poco la cabeza y traté de iniciar una charla mejor.

—Cuéntame, Mizu-chii, ¿estás en Japón? ¿Qué harás en Chicago?

—Estoy en San Francisco, California, porque hice una sesión de fotos. En unas horas iré a Chicago. Ahí estaré en un desfile de modas. Luego tendré varios días libres antes de ir a Montreal, Canadá. Soy una chica ocupada, pero me gusta mi trabajo.

—¿Y piensas darte un paseíto por Royal Woods? Estamos a unas cinco horas en bus desde Chicago... ¡O menos en avión! Digo, para que hables de negocios con Leni.

Mientras yo respondía, una voz de mujer le gritaba desde fuera de cámara, al parecer en japonés. Ella respondió con un enérgico "¡Chottomatte!". Luego prosiguió.

—Mi guardiana quiere que salgamos ya. Me despido. Pensaré lo de tu invitación. En verdad quiero conocer a Leni-san, y ver en persona tu cabello, Rinkan-san. Bye-bye.

Y me lanzó un beso.

—Bye-bye —respondí, atrapando el beso con una mano.

Abajo, en la sala, mis hermanas seguían haciendo planes para el gran evento. Lucy esbozaba el diseño de unas cortinas de un color negrísimo. Lana y Lynn veían en una Tablet varios estilos de tarimas con pasarela, analizando cuál sería más conveniente. El sonido del teclado de Luna, viniendo desde arriba, delataba que componía música rítmica y menos rocanrolera. Lisa revisaba el presupuesto, otra vez. Y Lola se dedicaba a verse al espejo, con una sonrisa muy madura.

Creo que fue por todo ese trajín que ninguna notó el modo presumido en que fui bajando las escaleras, con la cabeza en las nubes y pasos de bailarín.

—¿Estás bien, Linc? Diría que estás enamorado, pero pareces más un enajenado. ¿Entiendes?

Claro. Ese comentario fue de Luan. Iba saliendo de la cocina, donde le ayudaba a papá, cuando me vio dando mi paseo arrogante. Prosiguió: —Te ves más perdido que aquella vez que comíamos en Burpin' Burger. ¿Acaso tienes otro plan absurdo?

—Siento decepcionarte, pero supusiste mal. Solo vengo de establecer un contacto de gran importancia para el negocio: una bella modelo japonesa.

Luan no se veía entusiasmada.

—No estoy segura de querer preguntar más.

—¿Acaso detecto celos, hermanita? Tranquila, tu sigues siendo mi favorita.

—¡No son celos, tonto!

La puerta de la casa se abrió, y entraron Leni, Lori y mi madre. La escandalosa risa que desplegaban me hizo sentir que nos traían buenas noticias. Justo cuando me dirigía a recibir a Leni, ella saludó hacia afuera.

—¡Adiós, Stuart!

Cuando oí ese nombre pude sentir como la adrenalina me daba una bofetada y me quitaba lo arrogante, haciéndome recuperar la cordura. Salí corriendo hacia la puerta, pero sólo alcancé a ver una motocicleta negra arrancando a toda velocidad.

—Dice que yo debería aprender a manejar motocicleta en vez de un automóvil —me dijo alegremente Leni, para luego alejarse.

—Y literalmente debe tener razón — comentó la mayor de mis hermanas, entre risas.

¿Ahora ellas tres son amigas de ese fulano? ¿Qué pasa aquí?

Luan se me acercó, con una sonrisa burlona. No pudo comentar algo mejor que:

—¿Acaso detecto celos, hermanito?

Oro PuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora