5. Leni, en línea

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Ronnie Anne y yo pasamos una tarde sensacional. Tal como rezaba mi desafío, nos enfrentamos en todas la tragamonedas de Gus' Games and Grub. ¿Y adivinen quién ganó? El Hombre del Plan, claro está.

Por supuesto que ella fue una adversaria formidable: me venció en la mitad de todos los encuentros que tuvimos. Sin mencionar que ella hace unos combos de remate usando a Muscle Fish que sólo he visto en videos de internet. ¡Es grandiosa!

Más que grandiosa, ella es pizza.

Toda esa mozzarella derritiéndose, y el crujiente pepperoni explotando de sabor en mi paladar, eran sólo comparables a tenerla sentada frente a mí, viéndome con serenidad mientras sorbía de su bebida.

—¿Qué me ves, Patético? —me preguntó con una gran sonrisa.

—Creo que tú me estás viendo a mí, amiga.

—Ya quisieras.

Mi teléfono sonó. Lori me envió unas fotos que Leni se había tomado hace tiempo para que eligiera la mejor. Todas me gustaron, así que se las mostré a Ronnie.

—Vaya... ella va en serio con lo de volverse diseñadora de modas —fue su opinión.

—Es algo que siempre ha deseado. Así que vamos a ayudarle a volverse famosa. ¿Cuál foto te gusta más?

—Esa en que está sentada a la entrada de un edificio. Se mira muy contenta, y esos zapatos le quedan bien. Sus piernas son bonitas.

—¡Ah, esa! ¿Sabías que ella misma hizo esa falda para que hicieran juego con los zapatos? Ella tiene talento para diseñar ropa.

Mi novia me devolvió el teléfono mientras decía: —No es algo que tenga que ver conmigo, en realidad. No me interesan esas cosas de niñas como la moda y esas tonterías.

—¿Aunque seas tú una niña?

Esa pregunta me hizo merecedor de un cubo de hielo lanzado directo a la cabeza.


Luego de una agradable cena, y de aprender a guardarme ciertos comentarios, volví a casa. Empecé a recordar la sesión de fotos que hice con Leni antes de salir, en especial lo fácil que resultó y lo desenvuelta que es ella ante la cámara.

Y como si la hubiera invocado con el pensamiento, ella me recibió con un fuerte abrazo que casi me bota al suelo.

—¡Linky! ¡Tengo una buena noticia! Lori y yo hablamos con mami y papi de nuestro plan, ¡y les gustó! Hasta dicen que sería bueno hablar con alguien del centro comercial para hacer ahí el desfile. ¿No te parece divino?

—Por supuesto, Leni, pero me alegrara más si dejaras respirar.

Papá estaba cerca, revisando en una laptop las fotos de la sesión de esta tarde.

—¡Muy bonitas fotos! Esa es mi princesita linda. Lo que más me gusta es que no vas a subir fotos en traje de baño. ¡No creo que sean... necesarias en absoluto!

—Sí las voy a subir, papi. Linc y yo iremos a la playa mañana con Lori y Bobby para hacer una sesión de fotos ahí. ¡Llevaré mis tres mejores diseños de bikini!

Tanto papá como yo quedamos en shock. En mi caso, casi sentí que se me iba la quijada hasta el suelo.

—¡No me dijiste nada de eso! —protesté.

—Ah... ¡Sorpresa! —respondió ella, y sonrió sacando un poco la lengua.

Lori asomó desde las escaleras.

—Oh... ¿Leni? El sitio está listo. Creo que deberías subir.

Leni había dado unos dos pasos cuando se detuvo. Giró, y me tomó del brazo.

—¿Qué pasa? —pregunté de inmediato.

—Ven conmigo, hermanito. ¡Porfa! Por si debo tomar una decisión.


Al llegar, vimos que Lori y Lisa revisaban el sitio web de Leni antes de subirlo. Incluía varias fotos que ella se había tomado ya hace unos meses atrás, con diferentes atuendos y la misma felicidad en su rostro.

—Está bonito, ¿verdad? —me comentó la diseñadora.

—Sí. Es sencillo, pero creo que por eso tus fotos resaltan tanto. Aunque creo que merece un mejor nombre que "La Página de Leni Loud".

—¡Pero es mi página, y yo me llamo Leni Loud! ¿Es que mi nombre no les gusta? —respondió con preocupación.

Lisa desvió la mirada por un segundo, y luego intervino: —Interpreto lo que nuestro hermano ha querido dar a entender es que el sitio necesita un nombre que facilite más la retención en la mente de los internautas.

—Sólo di que necesita un nombre con más "pegue" —comentó la mayor de mis hermanas, alzando los brazos.

—Sería bueno que ese nombre fuera tu esencia, Leni —dije, y le noté la mirada perdida. Parecía un gatito asustado.

—Preferiría uno de mis perfumes, no sólo una esencia... ¿Es posible?

Me armé de paciencia. Busqué explicárselo de una forma que ella lo entendiera mejor. Así que la vi... Y algo en el brillo de sus ojos me dio la inspiración.

—Tú eres una chica maravillosa. Tenemos que buscar una frase que hable de tu belleza y tu bondad. Que hable de tus ojos coquetos, de tu sonrisa perfecta, de lo bien que se sienten tus abrazos y de tu largo cabello rubio y reluciente... que parece oro.

Leni me tomó de las manos. Y sonrió, diciendo en voz baja: —Linky...

—Disculpen que me entrometa —dijo una voz repentina que nos hizo saltar a todos, y por supuesto que se trataba de Lucy —pero las palabras de Lincoln conmovieron mi inexistente corazón. Y me hicieron pensar en un título: Oro Puro.


Así fue como nació el sitio web "oro-puro.com".

Tras un día, el sitio que Leni compró con su dinero tenía ya varias visitas y unos pocos comentarios. Todos positivos. Venían principalmente de chicas que admiraban el estilo y el vestuario de mi hermana. Ella en persona fue respondiendo y agradeciendo cada uno de los comentarios (fui yo quien le corrigió la escritura).

En ese momento no lo sabíamos, pero hubo tres personajes que también se interesaron en el contenido del sitio: uno vivía lejos, otro vivía más cerca de lo que quisiéramos, y el tercero vivía lejos, pero cerca (ya verán por qué digo eso). Y no todos tenían buenas intenciones.

Oro PuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora