20. Montreal

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Desde el cielo, Montreal se ve como un islita en forma de boomerang, en medio de bosques y rodeada por el río San Lorenzo. Así fue como Leni y yo la apreciamos al acercarse el descenso, pegados a la ventanilla, sonriendo con la boca abierta a más no poder. Al ir acercándose el aterrizaje, y tras tanto haber visto mapas, empecé a reconocer varias de las vistas más populares. Ahí estaba el estadio Olímpico, el parque de Mont Royal, y hasta creo que alcancé a ver la Biosfera.

La estadía en el aeropuerto no fue tan engorrosa. Puedo asegurar que nos costó más salir de nuestro propio país. Y supongo que, debido a eso, los cuatro teníamos una notoria mejoría en nuestro ánimo.

—Alguien nos estará esperando a la salida. Delmar aseguró que tendríamos alguien de confianza que nos llevaría a donde fuera necesario —nos comentó Stuart.

—Genial, muy considerado de su parte. ¿Y tienes algún número de esa persona? —preguntó papá.

—Dijo que lo reconoceríamos fácilmente. Aunque en realidad...

Entonces Leni interrumpió la plática.

—¡Ahí está! ¿Lo ven?

Todos nos sorprendimos por el entusiasmo tan repentino que derrochaba.

—¿Ver qué? —dijo papá.

—No lo veo... ¿Dónde? —pregunté yo. No necesité seguir buscando, ya que ella me tomó del brazo y me llevó corriendo hacia la zona en que se estacionan los taxis. Ahí estaba un sujeto mayor, con sombrero hipster y bigote espeso, sosteniendo un rótulo que decía: "Laúd Family".

—¡Ahí lo dice clarito! —nos dijo, señalando con el dedo mientras daba saltitos.

—¿Es por casualidad usted mademoiselle Leni Laúd? —nos preguntó el hombre, manejando perfectamente nuestro idioma pero con un fuerte acento francés.

—Sí, soy yo.

—Trés bien. Lo supuse, monsieur Delmar dijo que sería una jovencita bella con un joven de cabello blanco. Mi nombre es Alban Bouchard. ¿Y monsieur Stuart Brennan está presente?

—¡Sin duda! —exclamó Stuart, surgiendo en medio de nosotros dos, casi como lo haría hecho Lucy. Añadió: —Soy Stuart Brennan, y acompaño a la familia Loud. Ellos son...

Mademoiselle Leni, garçon Lincoln y... Monsieur Lynn Laúd.

—Es "Loud" —corrigió papá un poco serio.

—Eso dije. Laúd. Pasen por aquí.

Nos llevó a su amplio automóvil, y nos ayudó a introducir las numerosas maletas que llevábamos: eran vestidos de Leni que se mostrarían en el evento. En el camino hacia el hotel tuvimos la dicha de ver el paisaje de la ciudad, en esa temporada en que se notaba el cambio de primavera a verano.

—La gente se ve muy alegre en las calles —comentó Leni mientras veía por la ventanilla. Junto a ella estaba yo, y en la otra ventana iba Stuart. Papá iba adelante, junto a Alban.

Nuestro guía respondió al comentario de Leni: —Es el verano, Mademoiselle Leni. Trae una magia que transforma la ciudad. Espero que tengan una estadía lo suficiente larga para disfrutar todas las actividades que se realizan.

—¿Actividades? Eso suena interesante. ¿Hay festivales de música? —fue lo que papá preguntó en ese momento.

—¡Del género que desee! Tenemos jazz, rock, reggae... y hasta hay uno de comedia.

—¡A su hermanita Luan le habría fascinado el de comedia! ¿No creen, niños?

—¡Ella les habría pateado el trasero a todos ellos, papá! —respondí entusiasmado.

Oro PuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora