Alto FBI: Nueva Generación Parte 1

Capítulo 2 Cumpleaños

Cuando salió al patio todos sus amigos estaban repartidos, con sus vasos de plástico color rojo con sus refrescos, sin adulterar, por mucho que Anya insistiera, aunque seguramente al siguiente año lo volvería a intentar y al siguiente, así sucesivamente hasta que una de dos, terminaría madurando o siendo el mal ejemplo para los chicos. El grupo de sus amigas revoloteaban alrededor del equipo de futbol, sobre todo de Michel que empezaba a agobiarse, la rubia frunció el ceño. Sí, sí iban de buenas amigas, pero bien que se le echaban encima cuando tenían oportunidad, que a priori no le importaba mucho, pero ya que estaba pensando ir al baile con él, podrían dejarlo un poco. Recorrió la escena con la mirada, las animadoras hablando de lo mono que era el cantante de moda, los del equipo de matemáticas contando la cantidad de Kcal y grasas saturadas que sus sándwiches, por último, la pasota de su prima, en una mano sostenía su plato y rodeaba la mesa cogiendo todo lo que pillaba, observó cómo agarró un muffin de zanahoria que había hecho Eliza con todo el cariño, lo olisqueó y le pegó un buen bocado, siendo esta su reacción, gesto de asco, dejó de nuevo el muffin mordido en la bandeja y sacó la bola que tenía en la boca para tirarlo en la maceta de una planta que tenía al lado. Eliza hizo un mohín y gruñó, en ocasiones iba de estirada pija y en otras era una salvaje, dispuesta a cantarle las cuarenta fue interrumpida por cierto quarterback, que le tendió una rosa:

- Felicidades cumpleañera, estás guapísima.

Eliza esbozó una sonrisa y agarró la rosa:

- Gracia, es preciosa.

El chico moreno, sonrió satisfecho, carraspeó nerviosamente y preguntó tímidamente:

- Bueno, ¿ya has decidido si ir al baile de fin de curso conmigo?

Eliza miró de reojo a las animadoras que la miraban de mala cara, estaba claro que también estaban locas por cazar a Michel. Sonrió satisfecha y puso voz tontorrona:

- Sí iré contigo.

Bueno, al menos es el único que ha insistido porque el otro solo se lo pidió una vez. La capitana de animadoras se le acercó, pensaba que le soltaría alguna puya, o intentaría llamar la atención de Michel, pero para sorpresa de la ojiazul, le soltó otra cosa muy distinta:

- Hola Eli- puso una mano en la cadera y el peso del cuerpo cargada sobre una pierna- verás las chicas y yo hemos visto lo buena que eres en gimnasia, ¿te gustaría hacer las pruebas para entrar en el equipo de animadoras?

Se escuchó unas risitas, Alycia había escuchado todo, en la boca tenía un pastelito y tenía las comisuras de los labios manchados de azúcar Glass, comenzó a decir con voz pija:

- Dame un T dame una O dame una N dame una T dame una A_ hizo como que se quedaba pensativa, tocándose la barbilla con el dedo índice_ uy chicas no me acuerdo que he deletreado, claro de tanto brinco y las dos únicas neuronas chocando entre sí se ha quedado tontitas.

Esbozó una risita irónica, la animadora frunció el ceño y con la boca abierta. Se había atrevido a meterse con una de las populares, eso era como un suicidio social, aunque no parecía preocupar a Alycia:

- O sea no perra_ dijo la animadora_ paso de ti_ levantó la mano en señal de Stop_ háblale a la mano.

Aly seguía teniendo el plato en una mano, se encogió de hombros, tragó lo que tenía en la boca, se acercó hasta la mano de la animadora y sin más dilación, se tiró un eructo, rio entre dientes al ver la cara de asco de la animadora, que retiró la mano rápidamente y se dispuso a marcharse:

- Chaito.

La animadora que no era famosa por ser paciente, agarró un pastelito que tenía en el plato y se lo estampó en la cara de la ojiverde. Esta lentamente miró a la animadora con cara de mala hostia. Eliza comenzó a negar con la cabeza, puesto que la capitana de las animadoras no era la única con mal genio, sintió la mano de Michel agarrándola del brazo e intentando alejarse del epicentro del desastre. Guerra de comida en 3, 2, 1... Alycia no le estampó uno de sus pastelitos, le estampó todo el plato, arrastrándolo hasta su caro vestido, ensuciándolo de crema, nata y chocolate, así pues, entre un contra ataque y otro, unos acabaron lejos de aquella locura mientras que otros se sumaron aquel desastre: