Capítulo 4 Tirita

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Que Alycia, le gustara y le pareciera mona no quería decir que en ocasiones tuviera ganas de matarla, esa, era una de las ocasiones. Habían quedado que le daría clases en casa de Eliza, ya que la ojiverde lo prefirió así. La rubia se quedaría con las ganas de entrar en el cuarto de la morena, tenía mucha curiosidad, seguramente sería como el cuarto de Bart Simpson, con planos para destruir las pirámides de las animadoras, cohetes para derribar el instituto... Mierda, hasta eso se le hacía atractivo. Alucia tenía los pies apoyados en la cama y estaba apoyada en el respaldo de la silla mirando el techo mientras ponía cara de aburrimiento, era como intentar explicar las cosas a una pared, cansada enrolló los apuntes y le dio en la cabeza con ellos:

- ¿Quieres atender?

- Lo intento- respondió acariciándose el lugar donde recibió el impacto- pero es que es un coñazo, que si complemento circunstancial de causa, de tiempo, de lugar- hizo un mohín- si la oración dice Pepito se ha ido a lavar el coche a una gasolinera, no le busques más cosquillas al asunto, se fue a lavar el coche a una gasolinera, que manía de analizarlo todo, es como si me da por analizar el material del que está hecho tus tampones.

Eliza se ruborizó:

- ¿Ha que viene eso ahora?

Alycia puso los ojos en blanco al ver el nuevo color rojizo en las mejillas de su prima:

- Que somos mujeres, yo también los uso y no me escandaliza que lo sepas- Miró el reloj de pulsera- se pasó la hora de las clases particulares, me voy- comenzó a calzarse- tengo que hacer cosas.

- ¿De qué sirve darte clases si no aprendes nada? Y ¿Qué cosas son esas?

La ojiverde comenzó a recoger sus materiales, mientras respondía a las cuestiones realizadas por su prima:

- Ya te he dicho tres complementos circunstanciales ergo- alzó las manos y las agitó de un lado para el otro- ya he aprendido algo, milagro y a las cosas que tengo que hacer- se puso la mochila bandolera- sencillamente, no haré nada, yo que sé, ver alguna serie de forma poco legal, chao.

- Espera- dijo Eliza molesta, esa se iba a enterar le daría en todos los hocicos- está bien, me has dicho tres complementos circunstanciales ahora quiero que me digas ¿qué tienes que preguntar para reconocerlos?

Alycia se encogió de hombros y comenzó a responder mientras que lo contaba con los dedos:

- Causa ¿por qué? Tiempo ¿Cuándo? Y lugar ¿Dónde?- amplió una sonrisa de "jodete que en esa no me pillas"- hasta lueguito cara de pedo.

Eliza arrugó la frente y torció el gesto, ese que dice "Estoy enfadada":

- Ha este paso te buscas a otra cerebrito que te dé clases, cara de culo.

Alycia carcajeó y añadió antes de largarse:

- Me pareces chistosa cuando te enfadas, dudo que resulte el mismo efecto con otra.

Pudo escuchar su risa mientras se alejaba. Eliza tenía sentimientos contradictorios, por una parte, le irritaba, por otra le gustaba, tiró el bolígrafo de mala manera, eso se le iba de las manos, ¿qué hacía? Ella no era así, si ni si quiera la buscaba ya hora encantada de la vida acompañándola al salir del instituto y Alycia en su mundo.

Al día siguiente estaban corriendo alrededor del campo de futbol, Marie, Lindsey y Eliza, la rubia tenía mucho más fondo que sus amigas, por eso acababa adelantándose un poco, y esa mañana ocurrió un suceso de acontecimientos desastrosos. El primero, el equipo de futbol estaba entrenando, momento perfecto para Michel y exhibirse como un gran deportista, sí ese que dice "mira nena, soy tú macho alfa" pero todo se fue a la porra, cuando por un momento tuvo la atención de Eliza, que sin dejar de correr le saludó, el chico atolondrado respondió el saludo, recibiendo un fuerte impacto en la cabeza con el balón que le hizo caer, menos mal que llevaba casco. Escuchó una risa en las gradas, ahí estaba la ojiverde, partiéndose de risa mientras comía grageas de chocolate. Era extraño, había un chico rarito sentado a su lado y hasta ese momento Alycia no se había dado cuenta:

Alto FBI: Nueva Generación Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora