Alto FBI: Nueva Generación Parte 1

Capítulo 12 El extraño trío

Alycia se tomaba su tiempo besando sus labios, la línea de su mentón, su cuello y para nada eran silenciosas, entre aquellas cuatro paredes se podían escuchar sus respiraciones sonoras incluso algún leve jadeo. La ojiazul agarró las manos de Eliza y entrelazó los dedos, poniéndolas en la cama, separando unos centímetros sus rostros para mantener el contacto visual. De nuevo ese temblor en los labios de Alycia:

_ ¿Cómo... tengo que terminar de desnudarte yo? _ Pudo notar el temblor de su cuerpo por el nerviosismo_ ¿Lo haces tú?

Eliza sonrió, le gustaba descubrir esa parte tan vulnerable de la joven Blake, le agarró suavemente de sus pómulos:

_ no tenemos que llegar tan lejos...

_ Quiero hacerlo_ respondió rápidamente con voz entre cortada_ quiero verte, quiero saber que se siente, abrazarte sin ropa.

_ Estas al borde de un ataque de ansiedad_ dijo con preocupación mientras se sentaban_ por poco e hiperventilas.

Eran esos momentos en los que por mucho una persona tratara de estar mirando en un punto fijo, los ojos involuntariamente se van a otras partes, como su cuello, sus clavículas, sus senos desnudos, su abdomen o sus piernas, quizás ese era otro punto añadir a casi colapso de la joven Alycia. Besar a Eliza, abrazarla incluso pasar momentos con ella era conectar de una manera espiritual y hasta el momento, ni se imaginaba lo fuerte que podía ser sus deseos carnales por esa joven rubia. Con voz temblorosa y pasando la mirada escáner verdosa por su cuerpo:

_ Eli, estás medio desnuda en mi cama_ se relamió los labios_ es normal que me ponga como una moto.

De nuevo esa sonrisa entre bobalicona y coqueta, poniéndose de rodillas se acercó nuevamente a la joven Blake que no dejaba de comerla con la mirada:

_ ¿Te parezco atractiva?

_ Sí_ dijo con voz entrecortada, a la vez que su mirada verdosa recorría su torso desnudo_ Eres preciosa.

Era el momento de cambiar las tornas y ser la rubia que entre besos mucho más húmedos y violentos, acabara encima de Alycia, hasta el momento había sido la ojiverde quien se había atrevido a recorrer parte de su cuerpo con besos, sobre todo el cuello de la ojiverde, incluso podía decirse que era una de las partes de su anatomía que más fetiche tenía, rozando una parte erógena consiguió que Blake se retorciera, las manos de la ojiazul tampoco permanecían quietas, por momentos estaban por las piernas de la ojiverde, siendo mucho más atrevida y lanzada, acariciando sus glúteos duros y definidos, ascendiendo lentamente por su abdomen, hasta alcanzar uno de sus senos acariciando su pezón erecto con el dedo gordo, Alycia movió su cadera al sentir como todo su cuerpo se estremecía cuando rozaba esa parte de su anatomía. Como si fuera una leona hambrienta, Eliza fue descendiendo sus besos hasta alcanzar con la boca su otro pezón, a pesar de ser la más lanzada seguía teniendo miedo y en aquella zona fue mucho más delicada, los gemidos placenteros de la ojiverde le guiaban, incitándola a seguir cuando los dedos de Blake se enredaron en su pelo. De algo se había quedado del "documental educativo" pasó al otro seno. Al final todo queda en instinto, como la primera vez que se besaron, a pesar de no ser el perfecto con el que llevaban soñando desde que tenían uso de razón, a pesar de la imperfección consiguió remover todo su mundo. Aquel momento se estaba desarrollando de igual manera, puesto que no estaba resultando como las películas y libros, con su música lenta de fondo y como si conocieran de memoria la guía de como estremecer el cuerpo humano, temblorosa y con lentitud fue descendiendo su mano para acariciar su entrepierna por encima de la ropa deportiva, incluso a través de la tela pudo notarlo, estaba caliente y húmeda, haciendo reaccionar su propio cuerpo, ¿Cómo algo así pudo haberla excitado? Acompañada de los jadeos y los movimientos pélvicos de Alycia, dando a entender que iba por el buen camino. Las caricias y fricciones que estaba aplicando estaba resultando placenteros que no haría falta de ir mucho más allá, toda la fruición acumulada en su pelvis, tal y como había sentido la noche anterior a punto de estallar: