20. Zach Jones.

1.4K 123 8
                                        

Zach me llevó en su auto hasta casa. Era hora de tener, por fin, a alguien que me ayudara. Le había contado que vivía con Nicholas, y que sus padres y mis tíos eran grandes amigos.

Abrí la puerta de la casa, con mi propia copia de llaves, que habían hecho los Wellington.

— ¿No hay nadie? —preguntó acomodando su mochila de un lado de su hombro.

— Todos trabajando, y Nicholas... No sé.

— En el entrenamiento.

— ¿Entrenamiento? —Asintió, mientras pasábamos a la casa—. ¿Por qué tú no estás ahí?

— Porque vine a ayudarte con Física, además, odio el fútbol. Mi padre me obliga a hacerlo, y aunque soy bastante bueno, tener cualquier excusa para faltar al entrenamiento me viene bien.

— Y yo soy la excusa perfecta —Reí.

— Exacto —Rió también.

Fuimos a mi cuarto. Tiré mi mochila y la de Zach a un lado. Y le dije que podía sentarse en mi cama, así que lo hizo. El comenzó a preparar las cosas para estudiar, mientras yo bajaba a buscar algo para tomar. Preparé dos limonadas, con varias galletas en un plato.

Nicholas estaba entrando en la casa, se veía agotado, y un poco transpirado, pero no quise observarlo mucho, para que no pensara otras cosas.

— Hola Ivi —saludó.

No contesté.

— No sabes lo agotador que fue el entrenamiento. Aw me preparaste limonada, mi favorita —Iba a tomar un vaso pero yo quité su mano.

— No es para ti.

— ¿Y para qué dos? ¿Melania está en casa? —negué.

— Invité a Zach Jones. Estudiaremos Física.

— ¿Zach? Faltó al entrenamiento de hoy.

— Lo sé.

Nos la pasamos estudiando. Zach me explicaba nuevos conceptos, que aún me costaba un poco adquirir, pero le entendía bastante bien.

— Creo que necesitamos un tiempo de descanso —dije exhausta.

— Bien, tienes razón —sonrió.

— ¿Qué te gusta hacer? —El se veía confuso con mi pregunta—. Digo, el fútbol no te gusta, ¿cuál es tu verdadera pasión?

— Ah, ya entiendo. Mezclar música. En mi tiempo libre, soy DJ.

— ¿De verdad? —dije sorprendida—. Quisiera escuchar algo de lo que tocas algún día.

— Mañana tengo una presentación en unos apartamentos cerca del Time Square. Puedes venir si quieres.

— ¡Sii! —chillé emocionada— Me gustaría mucho Zach.

Cuando volvimos al estudio, no paraba de mirarlo mientras tomaba apuntes. Tenía una caligrafía hermosa, a pesar de que estaba escribiendo sobre la cama, y un poco incómodo.

Cuando me explicaba lo que era la física cuántica, era difícil no esbozar una sonrisa, viendo que parecía un profesor explicando a su clase cómo era cada cosa.

Nicholas

Estaba en plan, "no entiendo nada de nada". Aunque ahora todo quedaba más claro, del porque hablaban hoy en los pasillos Zach e Ivanna.

Y, no, no soy un acosador. Solo me preocupo por la chica que me gusta, nada más.

Y me apenaba que si se enamoraba de alguien fuera de Zach, porque ese chico no tenía nada en contra.

Ver películas toda la tarde me aburría, y más aún cuando era un día de lluvia. Si estuviera con Ivi, podríamos pasárnosla durmiendo juntos.

Pasé por el cuarto de ella, y por la pequeña abertura que había, podía ver cómo reía de, seguramente algo estúpido que Zach dijo, y el la miraba como si le gustara.

— ¡Zach, amigo! —dije abriendo la puerta del cuarto bruscamente.

— Nick, que... Sorpresa —dijo aún quieto en la cama. Me acerqué a chocarle mi puño contra el de el.

— Sorpresa fue hoy no verte en el entrenamiento, pero si en mi casa. Hashtag malentendido, diría mi antiguo yo.

— Nicholas, no puedes entrar en mi habitación. Vete —gritó ella.

— Disculpa, Zach, es una drama queen —dije abandonando la habitación.

Al irme aún podía escuchar lo que murmuraban. Zach preguntándole si era incómodo vivir conmigo, y ella contestando que si. No hacía más que molestarme más y más, por cada palabra que salía de su boca.

Todo pareció descontrolarse cuando Ivi, le ofreció quedarse a comer, a mi compañero.
Para ese momento, Ivanna y Zach estaban en la cocina, haciendo pizzas. Yo, por mi parte, observaba todo desde la sala de estar.

La gota que rebalsó el vaso, fue cuando llegaron mis padres y los de Ivanna.

— ¿Qué está pasando aquí? —entré a la cocina junto a ellos, para ver la escena de cerca.

— ¡Estoy cocinando con Zach! —dijo Ivanna contenta.

— ¿Zach? —preguntó el tío de Ivi—. ¿El joven que te salvó? —Ella asintió.

— Hola a todos. Vine a estudiar con Ivi, y después necesitaba ayuda para cocinar. Pero ya me iba.

— No, quédate —insistió mi madre.

— No puedes cocinar algo, que parece bueno, y después irte sin probarlo —habló mi padre.

— Muchas gracias por salvar a nuestra pequeña —La tia de Ivanna fue a abrazar a Zach.

Yo estaba aquí, con cara de incomodidad total. La mesa fue el triple de incómoda. ¿Adivinen quién tenía que escuchar como hablaban del chico héroe de Ivanna?

Lo único que escuchaba era "Zach esto", "Zach guapo", "Zach fútbol", "Zach lo otro".

Y cuando por fin, el chico perfecto decidió irse a su casa. A penas cerraron la puerta, solo escuchaba buenos comentarios de el. Aprobado por el tío, y la tía. Y todo esto lo decían frente a mí, el ex de Ivanna. Y ellos estaban conscientes de eso.

Ivanna & NicholasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora