La mejor manera de guardar un secreto es NO contarlo a nadie. Necio, muy necio es el que, descubriendo a otro su secreto, le pide encarecidamente que lo calle.
Londres, primavera de 1816.
Lysandro se mantuvo alejado de Juliette desde el día que se enteró sobre el regreso de Nina a Londres, estaba inquieto, nervioso, sin aceptarlo deseaba verla.
Estaba sentado en el comedor mientras desayunaba, levantó la vista y miro a su esposa moviendo con suma elegancia el tenedor hasta su boca. ¿Juliette sabría todo lo que decían sobre la llegada de su amante?, Pensó sin dejar de verla.
Por su parte, Juliette solo pensaba en que Castiel había llegado hace ya varios días y no lo había visto. Necesitaba verlo, saber que estaba bien y disculparse por esa última conversación que habían tenido.
Mastico el pedazo de jamón y limpio con la servilleta sus labios, sintió la mirada de Lysandro y volteo a mirarlo. - ¿sucede algo? - pregunto confundida al notar la vista fija en ella.
Lysandro salió de sus pensamientos y sonrió casi de forma cálida - Pensaba, que deberíamos ir a la fiesta de esta noche - murmuró, dándose cuenta que quizá había sido un error, lo mejor hubiera sido ir solo, así no habría problemas si miraba a Nina.
Juliette lo observo con cuidado, analizando todo lo que había dicho - Está bien.. - Murmuró no muy convencida - supongo que no puedo quedarme aquí encerrada toda la vida - dijo casi convenciendose a si misma.
Lysandro asintió y siguió comiendo sin decir nada más al respecto, quizá esto se complicaría, pero no habían muchas opciones por delante. Juliette y él parecían más alejados que nunca desde que fueron a Londres.
Por la noche, Lysandro espero por Juliette en la sala por cerca de una hora, hasta que ella bajo con un vestido verde esmeralda que hacía que el color avellana de sus ojos resaltara más.
Lysandro la miro sonriendo sin darse cuenta, realmente se veía hermosa todo el tiempo. Llevaba el cabello perfectamente peinado, un maquillaje tan natural, no necesitaba de mucho, su piel siempre se veía radiante y tersa.
- ¿Estas lista? - pregunto por si aún existía algo más que ella fuera a hacer antes de irse. Juliette se limitó a negar con la cabeza y se acercó hasta él.
- Solo... Iré a ver a Ge- - se detuvo al darse cuenta que diría el nombre, carraspeó - al pequeño - murmuró antes de irse a donde estaba la Nana con él.
El camino al baile dentro de la carroza fue silencioso. Al llegar Lysandro y ella cumplieron con las formalidades hacia los anfitriones.
Bailaron un par de canciones sin mediar palabras, cumpliendo el protocolo que tenían como esposos ante la sociedad. Juliette sentía el corazón dolerle, tenía a Lysandro, pero no tenía ni su corazón o pensamiento, solo tenía su cuerpo y a medias.Juliette se reunió con Rosalya cuando Lysandro termino de bailar con ella y desapareció entre todos los invitados.
- Esto es un desastre - susurro Juliette - no se cómo saldrá esto... - se quejó y Rosalya la miro con expresión de preocupación.- Castiel está en el comedor, dice que quiere hablar contigo en un momento, evidentemente yo te acompaño, no quiero que hablen más de ti - dijo ella mirando el salón y sonriendo con recato.
- Debí quedarme en la casa de campo... - murmuró Juliette
- Deja de decir cosas tan absurdas - dijo ella con su porte de Duquesa y saco el abanico agitandolo cerca de su rostro - vamos al tocador - murmuró
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Por favor, Ámame
Historical FictionLondres 1815, el segundo hijo del Duque de Bouillon está en edad casadera, Lysandro Ainsworth podría ser considerado el soltero más codiciado en la temporada de bailes de Londres; por ser galante, educado y apuesto. Sin embargo, Lysandro debe buscar...