Las verdades que nos golpean más fuerte, son casi siempre las que nos empujan hacia el destino.
Londres verano de 1816.
Juliette estaba en el jardín jugando con el niño de ya un año de nacido, hacia sus primeros intentos de caminar y le parecía simplemente adorable. En realidad, ya no le dolía tanto pensar en las palabras de Lysandro, estaba considerando escribirle para que aclarar todos los puntos importantes del contrato una vez más.
Miro al niño con cabello albino y los ojos idénticos a los de la madre de Lysandro, aunque deseara no pensar en él, le resultaba muy dificil. Suspiro y le sonrió al pequeño niño que hacía todo lo posible por atraer la mirada de la mujer, que para el siempre había sido su madre.
La ama de llaves se encaminó hacia donde estaba ella y tosió para atraer la mirada de Juliette.
— Lady Juliette, su esposo quiere verla — dijo un tanto incómoda, pues todos los sirvientes sabían de antemano la situación que había orillado a Juliette a vivir con sus padres esas semanas.
Ella la miro y pensó en la posibilidad de pedirle que se marchará, pero después creyó que no debía prolongar las cosas, aparte sus padres no estaban y era una excelente oportunidad para poner todas las cartas sobre la mesa. Definitivamente Lysandro Ainsworth debía saber que con Juliette Abaddie no iba a jugar.
— Pásalo al salón rosa, ahora voy — dijo mientras tomaba al niño en brazos para llevarlo con la Nana.La mujer asintió y se retiró, Juliette le sonrió al pequeño — vamos a ver qué novedades trae tu padre, esperemos y estos días lo hayan hecho pensar bien — le susurro al pequeño.
Lysandro se sintió extraño esperando en la puerta de la casa Abaddie, pero no tenía valor para exigir entrar, no después de lo que había dicho. La ama de llaves regreso — Espere en el salón rosa — le indico ella moviéndose para que pasará, Lysandro se sintió ligeramente aliviado, pero las mujeres del servicio le dedicaron algunas miradas que lo incomodaron. Tuvo que esperar cerca de 30 minutos en el sillón del salón rosa, al parecer, Juliette se estaba tomando su tiempo para ir a su encuentro.
Lysandro metió la mano en uno de los bolsillos del saco nervioso, quería decirle todo, quería hacer en esta ocasión las cosas especiales, a menos de que Juliette estuviera renuente, iba totalmente dispuesto a recuperar el amor de su esposa. Miro en delicado anillo que había comprado para ella, Juliette no llevaba un anillo de bodas, porque él no quiso comprarle uno cuando se casó con ella, no lo sintió necesario en ese momento, pero ahora todo era diferente para él.
Cuando Juliette entro al salon rosa, Lysandro levanto la mirada para verla, descrubrio entonces que verla era una sensación extraña y maravillosa. Era estimulante. Era como si el mundo de repente se hubiera abierto para él. Claro. Lo entendió. Entendió todo lo que necesitaba saber, y estaba justo frente a sus ojos, la necesitaba a ella.
Se puso de pie y le sonrio, pero lo hizo como cuando evidentemente vas a pedir disculpas por una travesura. Juliette entrecerró los ojos y se cruzó de brazos, ni siquiera se acercó a él.
Entonces fue obvio para Lysandro que Juliette no estaba dispuesta a dejarlo pasar tan fácilmente.— Juliette... — susurro su nombre casi de forma suplicante para ella
Ella enajenó una ceja — Lysandro, me alegra de cierta manera que vinieras, estaba pensando en escribirte. —
— ¿ah si? — respondió el mientras rascaba nervioso su nuca, seguramente ella lo hecharia después de reclamarle. — si piensas que estuve con Nina, no fue así, te lo juro —
ESTÁS LEYENDO
Por favor, Ámame
Historical FictionLondres 1815, el segundo hijo del Duque de Bouillon está en edad casadera, Lysandro Ainsworth podría ser considerado el soltero más codiciado en la temporada de bailes de Londres; por ser galante, educado y apuesto. Sin embargo, Lysandro debe buscar...