ZAYN MALIK & TAYLOR SWIFT — I DON'T WANNA LIVE FOREVER.
Atractivo.
El dormir se volvió una tarea, en extremo, titánica.
Sabía lo que me ocurría. Pensaba en él y en su actitud de troglodita. En Luciano, y el querer venir a resolver todo con flores, bombones y unos pasajes para una segunda luna de miel en quién sabe dónde, ya que de solo verlos mi primera reacción fue reventarlos a pedacitos.
Pero Luciano no es para nada tonto, que se hace el pendejo, es otra cosa. Él si nota que me pasa algo mucho más complicado que el solo hecho de querer separarme porque sí, porque anoche le aseguré que el amor se esfumó de mi cuerpo. De inmediato el reproche y la acusación de "que hay otro hombre" llegó de su parte.
Lo que más me saca de quicio es que esa excusa barata sirvió para que se largara de nuevo, dejándome sola... ya ni sé para qué me extraño, por lo general, siempre estoy sola. Esta vez no hice mi acostumbrada pataleta porque se largó, solo me fui a mi habitación supuestamente a dormir, cosa infructuosa, está claro.
Me levanto de la cama hastiada de buscar una comodidad que ni por más que quiera hallaré por algún medio posible.
Son más de las cuatro, y a decir verdad, no he dormido nada.
Bajo y enciendo luces. Detesto el silencio de este espacio. Mis ojos repasan por la enorme cantidad de portarretratos donde estamos juntos.
«¿De verdad con qué objeto uno hace eso? Porque ahora me sirve para apuñalarme la conciencia, para más nada...»
Toco algunos de los marcos labrados en plata y otros en madera sin ninguna razón aparente. Resignada a no seguir torturándome más, me voy a la cocina, uno de mis lugares favoritos aquí y en cualquier hogar que visito.
Enciendo la tele y la sintonizo en el canal de noticias. Manías que adquirí al trabajar con mi amiga. Arantxa ve a toda hora el noticiero, del resto, creo que es muy difícil mantenerla concentrada en la tv.
Como cada mañana, hago café.
Al estar listo, me siento en uno de los taburetes, y con mi gran taza llena del caliente líquido, dulce a más no poder, intento concentrarme en la pantalla. Más no puedo... Gabriel ronda mi cabeza en todos sus cuatro puntos cardinales. En el fondo de mi subconsciente está su imagen, sus labios, su sonrisa, sus manos que me enloquecen...
Resoplo un aire que no ayuda a calmarme, sin embargo, sirve para eso, para respirar y ya, para comprobar que sí sigo viva y que estoy más que indecisa en qué carajos voy a hacer. Para hacerme entender que necesito decidir de una vez y por todas mi situación actual porque sino el grado de estrés que representa harán mella en mi cuerpo, y terminarán de internarme en el psiquiátrico, con seguridad eso es lo que sucederá.
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Maravillosa Seducción
Roman d'amourSegunda Parte De la bilogía Seducción... Existen amores cautivos que tienen la necesidad de moverse entre las sombras. Donde el corazón decide, por errado que este parezca, se torna casi imposible evitar que su presencia nos ciegue, nublando nuestr...