Epílogo

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NO TE VAS — MIGUEL IGNACIO MENDOZA (NACHO)

Capítulo dedicado a yuselysb un enorme y feliz feliz cumpleaños. Besos.

Siempre Juntos.

Compruebo con ojos propios que mis más hermosos motivos, los dueños casi que de mi aliento, duermen plácidamente junto al hombre que me hace volar al infinito

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Compruebo con ojos propios que mis más hermosos motivos, los dueños casi que de mi aliento, duermen plácidamente junto al hombre que me hace volar al infinito. Gabriel y mis hijos, están todos tirados en nuestra enorme cama, aparentemente exhaustos.

Muy al contrario de lo que muchos padres piensan yo disfruto muchísimo estar echada en mi cama con todos mis hijos, sin embargo, me limito a hacerlo solo en contadas oportunidades, ya que la intimidad de una pareja jamás debe quebrantarse, ni mucho menos mezclarse con el rol de madre, y también debo admitir, que sino pongo freno, ellos llegarán a los dieciocho años echados a mi lado, durmiendo conmigo.

Hoy es una de esas noches donde todos dormiremos juntos, donde Camila será inmensamente feliz porque podrá estar abrazada a mí, o le dirá a Gabriel muy de madrugada que "le haga cosquillas a su pelo". Forma en la que le pide a su papá que peine su oscura cabellera.

Pero aún me quedan muchos pendientes por concluir, cosas por recoger, juguetes que acomodar, platos y cucharitas que lavar. Con cuatro hijos a cuestas es innegable que jamás se agota por completo el trabajo de una casa, y mas cuando son tan pequeños.

Por más que María José me ayude en todo, casi siempre, soy la última que se va a dormir y la primera que abre los ojos cada mañana..., aunque es más factible que los abra porque Camila me despierte ansiosa.  Aún bordeando los dos años, no ha dejado del todo mis pechos.

Ella es la única de mis trillizos con la que no ha existido forma humana posible para que abandone el vicio de ser amamantada.

Ni porque me aplique un guacal de diversos menjurjes, incluido ajo, sabila, ají chirel..., y cualquier otro potingues recomendado por equis persona es válido para que mi muchachita suelte mi pezón.

Soy noctámbula por naturaleza. Por ello, y cuando todos ya descansan, cuando la casa se torna silenciosa, me entran ganas de recorrer los rincones de mi hogar, o simplemente, me siento en el sofá, justo como ahora, a beber chocolate caliente así como gasto minutos en admirar el fuego vivo que brota de la chimenea.

Me encanta recordar todo lo vivido, de igual forma que traigo imágenes a mi cabeza cuando ojeo fotos en mi cel o en álbumes que tengo sobre la mesa de centro.

No niego que hubo una época difícil, donde ser madre me apabulló de forma impresionante. Días en los que olvidé y subestimé enormemente la capacidad de aguante de mi pobre Gabriel. Admito que su paciencia vale oro, y más de una vez, vi en su mirada el inmenso hastío, solo que supo sobrellevarme, y jamás dijo nada hiriente, o cogió sus cuatro cosas para dejarme. Acepto que alguna que otra vez pensé que lo haría.

Maravillosa SeducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora