-¡Es una estúpida! -gritó Ofiuco aventando un vaso de vidrio en la pared.
-Eh, creo que no hacía falta tanta agresión, Ofi -sonrió debilmente Germinia desde el piso, ya que se había agachado cuando el rizado tiró el objeto de cristal.- También me cae mal, pero al parecer la belleza gana sometimes -alzó los hombros.
-Otra vez estás hablando en dos idiomas, Germ -hizo una mueca.- Encima la muy... -se guardó el insulto.- Parece ser inteligente. Entonces, inteligencia más belleza, igual a perfección -rodó los ojos.
-Lo siento -se disculpó.- Lo sé, ni siquiera notaron que tengo la mitad del pelo rubio -bufó.
Al notar la cara de confusión de su amigo, se dio cuenta de que él tampoco lo había notado, lo que logró enfadarla aun más.
-¡Y yo soy inteligente también! -gritó frustrada.
Decidió seguir los pasos de su compañero y recurrió a la agresión. Descargó su furia en un pobre peluche que su mellizo le había regalado a Ofiuco.
-Germ, recuerda que hay...
Antes de que pudiera terminar la oración, la chica chilló de dolor. Lo que su amigo trataba de evitar a toda costa había sucedido.
Ahora tenía un vidrio clavado en su pie derecho.
-Te odio -la ojiverde dijo con estrés y lágrimas en sus ojos. Se apoyó en la cama.- Quizás tendríamos que ir a boxeo en vez de tirar y golpear cosas de la casa -murmuró.
Ofiuco asintió dándole la razón.
(...)
-¿Lib? ¿Dónde estas? -interrogó Sagitario dentro de la casa de la castaña.
Unos sollozos provenían de el segundo piso. Tenía que ser ella.
Corrió escaleras arriba como si de una maratón se tratara.
-¡Libra, abre la puerta! -exclamó preocupado tratando de forzar el picaporte.- ¡Abre la maldita puerta!
Un ligero "click" se escuchó, lo que le dio paso al baño.
Lo primero que pudo ver fue a Libra apoyada en la pared llorando, y lo segundo que divisó fue la abundante sangre a su lado.
-Lo-lo perdí, Sag -se atrevió a pronunciar entre sollozos.
Lo último que ella esperaba era perder a su bebé. Había echo todo bien esos siete meses, pero quizás no hizo lo suficiente.
-Eh... -basiló Sagitario, no muy seguro de lo que tenía que hacer.
Sin vueltas, se sentó al lado de la chica y la abrazó fuertemente. No le importaba mancharse de sangre, después de todo, también era su hijo.
-Iba a contarte q-que era una niña -murmuró con las pocas fuerzas que tenía.
En ese momento el chico sintió como un pequeño pedazo de su corazón desaparecía. Nunca lo pensó, pero en su subconsiente sabía que deseaba que fuera una nena.
Y nadie pudo evitar las lágrimas que se aproximaban.
Estaba herido y furioso.
(...)
-Vir -murmuró Aries, con la cabeza en su regazo.
-¿Si? -preguntó dulcemente la rubia, mirándolo atentamente mientras con las manos recorría su cabello.
-Te amo -dijo en un tono suave y lleno de sentimiento.
-Yo también -susurró, con una ligera sonrisa.
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CLICHÉ ZODIACAL ✔
Teen FictionQuizás sólo sea otra típica historia del zodíaco, o quizás no. Pero eso lo van a decidir ustedes... ¿Quieres saber de qué se trata? ADVERTENCIA: La historia puede tornarse un poco pesada, ya que es la primera que escribo. Admito que no es lo mejor q...