Una noche con Jehu

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—¡Haou, Haou! ¿Y este que tal?–Dijo sumamente feliz determinado castaño al enseñarle a su hermano los posibles trajes que podía ponerse en este día especial.

Su hermano gemelo apenas y le miró por estar viendo la televisión.

¡Genial!
No tenía hermanas, pero sí que había que soportar a su odioso hermano que quería lucir divino ante su novio.

—¡Oye, Haou, te estoy hablando!–Chilló Judai, inflando las mejillas.

Su hermano le vio de mal modo y señaló el smoking blanco de la derecha.

—¡Oh! ¿como no se me ocurrió antes? ¡Gracias, Haou!–Y salió hecho un vorágine de felicidad aquel pequeño.

Si. Este día era especial gracias al supuesto aniversario de ésos dos tórtolos.

Increíble.
¡Hasta su aparentemente virginal hermano ya había conseguido ligue!

Y él ahí, sentado en la sala de su casa, esperando a que el aburrimiento se largara.

Minutos más tarde, Judai entró nuevamente a la habitación donde Haou y le presumió su prenda cuál si fuera un autentico modelo.

—¡A qué me veo lindo, Haou!–Exclamó éste.

Su mayor ignoró a la televisión y le dedicó una sonrisa sincera a su idéntico.

—Fabuloso, Judai. Seguro que cuando Anderson te vea así, no va a dudar en dejarte las piernas temblando como venado nuevamente –Siseó sínico.

El infantil Judai se rió también, al recordar cómo su novio le había dejado hace una semana atrás.

Ambos dejaron a un lado su confort cuando escucharon el timbre de su casa sonar.

—¡Ya llegaron! –Canturreó el más bajito, yendo a abrir.

Sus palabras lograron confundir a Haou.

—¿Llegaron quienes?–Indagó al acercarse hasta la puerta.

¿No se supone que Johan sería el único en recogerlo?

Pero Haou enseguida retrocedió al ver a cierto muchacho idéntico a Johan, de hermosos ojos naranja y exquisita colonia embriagante, vestido de una manera en demasía provocativa.

—¡Amor, te ves divino!–Dijo Johan al contemplar a su hermoso angelito. Momentos más tarde, lo cargó en sus brazos mientras el menor le repartía muchos besos en los labios.

—¡Ya, ya! ¡A un hotel, calientes!–Retó con gran fastidio el mayor de los Anderson, entrando a la casa ajena sin permiso de nadie.

—¡O-oye!–Gritó Haou, notando al intruso.

Johan y Judai rieron bajito al ver la reacción del chico de ojos dorados y se tomaron de las manos para salir.

—¡Disfruten su noche!–Deseó Judai con sarcasmo.

Su hermano se limitó a mostrarle el dedo más alto de su mano derecha.

—Y Jehu, por favor, no vayas a violar a Haou, ¿si?–Siseó también el oji verde.

Haou entonces los vio alejarse de manera muy acaramelada.
Suspiró antes de cerrar la puerta.

¿Por qué demonios les había confesado a ese par de idiotas que estaba loco por el mayor de los Anderson?

Y lo peor no era tener que soportar a Jehu, su amor platónico, durante toda la noche; lo verdaderamente malo era que éste ya sabía de sus sentimientos y nunca había dado indicios de interés.

🌸Drabbles Dark/Spiritshipping.🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora