Te extraño

246 23 14
                                    

—¿Sabes? Ha pasado tanto tiempo desde que no hablamos...

Revuelvo mi cabello castaño, con frustración cierro los ojos, me tiendo en la cama de mi habitación y enciendo un cigarrillo con sabor a pepino.

Inhalo del nocivo tubo artificial, y exhalo posteriormente, recordando que antes de tu partida yo en mi vida había considerado fumar, beber, o cosas peores que he llegado a hacer.

—Realmente extraño todo lo que vivimos juntos. Acaso... ¿Tú también me extrañas desde dondequiera que estés? ¿Recuerdas nuestra primera vez?

Ante éstas últimas palabras, abro los ojos y río con suspicacia.
Eso sonó mal.

—Me refiero, por supuesto, a la vez en que nos conocimos. De ser así, ¿Tú explícame cómo fue que, tan esporádicamente, nos hicimos  amigos? ¿De quién fue culpa? ¿Habrá sido de ese ansioso comportamiento mío tan infantil de hace un par de años por conocer a alguien con mis mismos gustos, o acaso tu torpe corazón que se abrió puertas hacia el primer extraño que te pareciera agradable?
Pues así, amigo mío, de esa irresponsabilidad de ambos, nació éste bello sentimiento. Ésta bella historia a la cuál no quiero dar cierre.
Pero no hay nada qué hacer ya.
No veo modo de que puedas perdonarme.

Ante tales palabras dichas a una habitación vacía, me doy cuenta de que un camino de lágrimas se ha abierto paso en mi cara.

No ahora.

Me pongo de pie, camino al centro de mi pieza y miro hacia el techo.

—¿Sabes, Johan?—Digo con ternura.—No sé con exactitud cuándo fue que te hice daño, sí mis palabras o mis acciones fueron las que te alejaron... No lo sé, no lo entiendo. Seguramente mi endemoniado y caprichoso comportamiento terminó por aburrirte. ¡Y con justa razón! Una persona cómo tú no necesita gente deprimente. Recuerdo cuando mencionaste aquello, y de antemano te pido mil disculpas. No veo el modo en que yo...

Ahogándome con el humo del cigarro, empiezo a toser.
Joder, mi corazón duele mucho.
No quiero seguir triste por un acontecimiento cómo éste.
Sencillamente no comprendo como un completo extraño se volvió tan indispensable para mí, pero ahora sólo entiendo que me hice dependiente.
Y esa dependencia es lo que me está matando lentamente.

Tomo aire con las fuerzas apenas recuperadas, y grito.

—¡La verdad es que te necesito! ¡Te extraño tanto, ¿Bien?! ¡¡Fui idiota, fui egoísta, y, aún teniendo más "amigos", quiero que sepas que contigo todo fue diferente desde mediados del camino porque tú me...!!

Me detengo al escuchar pasos afuera de la habitación.
Tiemblo de miedo, y mis pies me impiden avanzar de donde estoy.

Las luces de afuera están encendidas, y el picaporte de mi cuarto gira en dirección derecha, indicando que alguien viene.
Me agachó rápidamente.
Cubro mi rostro con mis manos y escondo la cara entre mis piernas mientras tiemblo como un vil mocoso.

Entre sollozos, te suplico.

—Perdóname por todo, Johan. Te extraño, y comprendo que la vida es un proceso de encuentros y despedidas, pero ahora... No quiero que te vayas.

Johan seguramente asiente ante mis palabras, o probablemente dejó este silencio abrumador para hacerme saber que no piensa volver a mi lado.
Entonces siento una calidez envolverse en mi cuerpo a modo de abrazo, y cuando trato de corresponder y levantar la cara para ver ese rostro que por tanto tiempo ha desaparecido de mi vida, me doy cuenta de que las luces de afuera están apagadas, y la puerta de la habitación todavía cerrada con llave.

Johan Anderson.
Sí algún día mis palabras pueden llegar hasta tu tumba, quiero que sepas que lamento haber llegado a tu vida.
Lamento haberme enamorado de ti, y con mis errores, haber causado tu muerte aquel día.
Pero pese a todo, quiero que entiendas de algún modo que te extraño tanto... Que muy pronto haré que nunca más te vuelvas a sentir solo.

Sólo espera, no llores y sonríe.
Mi deuda será saldada.

🌸Drabbles Dark/Spiritshipping.🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora