🌸Drabbles Dark/Spiritshipping.🌸

Mejor Amigo

Aquel muchachito enclenque no comprendía la situación por la que se encontraba inmerso desde la llegada de aquel.
Es decir, ¡fue él quién había estado desde su primer año junto a Judai, no ese europeo de ojos bonitos!
¡Había sido Sho Marufuji el primer mejor amigo de Judai Yuki, y precisamente por ello es que no soportaba tener que ser desplazado sólo porque el "muchacho de sonrisas encantadoras" viniera a hacerse el chulo y decir que también podía ver a los supuestos «espíritus de duelo»!

Sho tomó sus libros perteneciente para la clase del señor Chronos, y salió del dormitorio azul, sitio en el cual había sido orgullosamente ascendido.
Y mientras iba al salón de clases, su mente maquinaba una estrategia para quitar del camino a Johan.
No es que el chico le disgustara, pero mucho trabajo le había costado a él tener como amigo a Judai.

Apenas llegó al salón de clases, pudo ubicar a ese par muy animados como siempre, hablando de sus respectivas cartas.
Mientras la clase avanzaba, Johan tomaba nota y Judai podía dormir a su lado.

—Fabuloso–Susurró con celos el peli azul bajito.

Aquella muestra de confianza que Judai le tenía sólo a Johan lo hacía sentir inferior.
¿Por qué a él nunca le pidió sus notas?
Él se las hubiese pasado sin rechistar.

Cuando la aburrida sesión impartida por el extravagante rubio terminó, ambos duelistas salieron contándose bromas de quién sabe qué cosa, haciendo murmurar a Asuka y Jun al instante.

—¿No te parece que son la pareja perfecta?–Dijo un poco decepcionada la rubia.

Aunque amaba a Judai, sabía que el más apto para estar a su lado era el chico que lo hacia tan feliz.

Jun se cruzó de brazos.

—Me dan igual.

Y acto seguido, Rei Saotome comenzó a pegar brinquitos junto a un igual de emocionado Kenzan.

—¡Son almas gemelas!–Aseguraron al unísono.

Entonces Sho se unió a ellos, y con una postura altanera aseguró:

—Pero no llevan ni el año de conocerse, muchachos. Y sí de mejores amigos se trata, es más que obvio que soy el más apto para estar con mi hermano–Sonrió, acomodándose las gafas.

Pero nadie más compartía esa ideología, para desgracia suya.

—Este... Sho, no te ofendas pero...–Comenzó diciendo la hermosa rubia.

Acto seguido, el azabache completó.

—Todos sabemos que no eres más que un estorbo para él.

Los demás chicos le callaron la boca al hostil Manjoume, aunque a leguas se notaba que opinaban lo mismo.

Sin soportarlo más, el adorable duelista salió despavorido del sitio.
En lugar de ello, fue hasta donde su dormitorio y preparó la comida favorita de Judai: Camarones fritos.

Sería su ultimo intento.
Sí no podía ganarse el afecto de su superior de la manera sana, entonces lo haría a través del apetito.
Además, una vez escuchó a su abuela decir que el cariño de un hombre se logra mediante su estómago, ¿no? ¡Entonces Judai no podía ser la excepción!

Tomó los deliciosos camarones y los envolvió en una caja de regalo que traía consigo un moño muy lindo de color rojo.

Así, fue hasta el dormitorio de su amigo Slifer, pero antes de tocar la puerta siquiera, la abrió sin importar sí Johan estuviese dentro o no.

—¡Le mostraré a ese loco de las gemas quién manda aquí!–Pensó muy motivado.

Pero toda muestra de optimismo se largó de su cara al momento de presenciar a ese par besándose sobre la cama del castaño: Johan soltando un rugido extraño, y Judai apegandolo más a su cuerpo con todas sus extremidades, haciendo al pobre de Sho retroceder del impacto.

¿Acaso ellos...?

Sacudió su cabeza y se largó de ahí apenas notó que Anderson comenzaba a quitar de manera fugaz la ropa del moreno.

¡Definitivamente estaban ocultando una relación amorosa!

Sho se encontraba analizando aquello, cuando cayó en cuenta de algo: Sí Johan era su pareja ahora... ¿Significaba que ya no era su mejor amigo?

Con un poco de alivio, Marufuji asintió.
Después de todo, la amistad que Judai le brindaba era lo único que él pedía, ¡con eso se daba por bien servido!

Sonrió satisfecho, dejando los camarones de todos modos en la puerta del dormitorio rojo, aunque tuvo qué acelerar el paso (por el bien de su salud mental), para no escuchar lo "cercanos" que esos dos podían llegar a ser estando en privado.