Capítulo 1

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Mayo 2014

“Tú… Tú hiciste esto”

“Sólo quería salvarle vida”

“Eres igual a tu madre… ¡nunca piensan en las consecuencias!”

“¡No lo sabía!”

“¡Por supuesto que no lo sabías! Bueno, será mejor que no hayas traído nada más contigo” Regina se dio vuelta y salió de Granny enfurecida, dolida.

Henry, que había estado observando todo desde un costado, miró con incredulidad a Emma sin poder creer lo que le había hecho a su madre. ¡Justo cuando Regina no sólo se había reformado completamente sino que había empezado a creer que ella también podía ser feliz! Su madre no iba quedarse sola, ahora más que nunca él debía acompañarla, demostrarle cuánto la quería, hacerle ver que no estaba sola, que era amada. Si esperar más, sin dirigirle la palabra a Emma, salió corriendo detrás de Regina. Cuando la alcanzó se puso a caminar junto a ella en silencio.

Emma tenía la mirada perdida en el piso, sin pestañar. ¿Cómo una buena acción podía tener consecuencias tan malas? Ella había querido salvar a una mujer inocente, nada más, nada más. Hook le había dicho que la dejara morir, se le repitió varias veces, le dijo que podía cambiar las cosas, pero ella no le hizo caso. Pensó que llevándola con ellos no había peligro de modificar nada importante, después de todo, ¿qué posibilidades había de que se encontrara con alguien conocido? La suerte nunca había sido lo suyo. Regina. Tenía que explicarle, tenía que hacerle entender que no había querido arruinar su relación. Saliendo de su estupor dio un paso hacia la puerta, pero una mano en el brazo la detuvo. Al girar la cabeza vio que era su madre.

“¿A dónde vas?” le preguntó Snow.

“A buscar a Regina, tengo que hacerle entender…”

“No Emma, déjala tranquila. Henry ya fue tras ella y me parece que eso es lo mejor”

“No, mami. Quiero explicarle…”

“Nada de lo que le digas va a cambiar el hecho de que trajiste del pasado a una mujer que le arruinó el futuro o, por lo menos,  su segunda chance de tener un final feliz, Emma. Me parece que por una noche ya hiciste suficiente” le dijo la morocha en forma terminante.

Emma miró boquiabierta a Snow. ¿Su propia madre la culpaba?

“No fue mi intención hacerle nada a Regina, Mary Margaret. Yo…”

Snow suspiró. “Lo sé Emma, pero haya sido tu intención o no, lo cierto es que la lastimaste. No creo que Regina quiera saber nada de vos en este momento. Lo mejor va a ser que esperes hasta mañana para ver si se calma y te quiere escuchar.”

Emma no lo podía creer, pero su propia madre parecía culparla de lo ocurrido. ¿No se suponía que ellos eran los buenos? ¿Acaso los buenos no salvan a inocentes? Mirando a su alrededor creyó ver que todo el mundo la miraba de forma acusadora, menos Robin y Marian, quienes todavía estaban abrazados y susurrándose cosas al oído. ¡Ella no había hecho nada malo! ¡Había devuelto una madre a su hijo! Y si nadie lo entendía, ¡que se fueran a la mierda! Después de todo, ¡ella era la puta Salvadora! Furiosa, se sacudió del brazo la mano de su madre y salió del lugar dando un portazo.

Charming le alcanzó el bebé a su mujer con toda la intención de salir detrás de su hija, pero Hook le dio dos palmaditas en el hombro. “Voy yo, amigo”, pasó a la pareja y fue a buscar a la rubia.

“¡Hey Swan, espérame!” gritó el pirata trotando tras Emma.

“Ahora no, Hook. Quiero estar sola” le dijo la rubia cortante, sin siquiera mirarlo.

“Vamos Swan, un poco de compañía no te va a hacer mal. Sobre todo si es mi compañía. ¿Quién querría estar sin este increíblemente apuesto pirata?”

Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora