Capítulo 23

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Henry iba camino a casa de Nick cuando vio a Hook por la vereda de en frente, el chico se llevó dos dedos a la boca y chifló tal como el pirata le había enseñado. El hombre levantó la cabeza inmediatamente ante el conocido silbido y sonrió al ver a Henry, el pirata le había tomado cariño al chico. Killian cruzó la calle y al llegar junto a él le palmeó la espalda.

"¿Día libre, marinero?" Preguntó llamándolo como lo hacía cuando lo llevaba a navegar.

Henry se puso firme e hizo el típico saludo militar. "¡Aye, Capitán! Fue aprobado mi permiso para probar un nuevo juego en casa de Nick."

El pirata sonrió de lado y le preguntó al respecto, el chico le había comenzado a enseñar el asunto ese de los juegos y Killian tenía que reconocer que le había resultado interesante. Claro que siempre terminaba muerto, estrellado, hundido, etc., etc., etc., a manos del joven Henry, pero el pirata tenía espíritu competitivo y ya le había hecho prometer a Ruby que lo iba a entrenar. El chico se iba a llevar una gran sorpresa la próxima vez que se enfrentaran, si es que sus madres lo dejaban acercarse a él, claro. El pensamiento lo entristeció.

Henry notó el cambio en la expresión del hombre y sacó sus propias conclusiones. Erróneas. "Hey, Hook." El chico pasó el peso del cuerpo de un pie al otro, incómodo. "Lamento que no funcionara lo de mi mamá..."

El hombre levantó la cabeza y clavó una mirada penetrante en el chico. "No hace falta que mientas, muchacho." Henry abrió la boca para protestar, pero el pirata levantó la mano para detenerlo. "¿Me vas a decir que no querías que tus madres terminen juntas?"

El chico cerró la boca con un fuerte click. "Bueno..."

Hook rió con cierta tristeza. "Ya un vez tomé la decisión de hacerme a un lado para dejar que tus padres tuvieran una chance y te dieran un hogar." El hombre se encogió de hombros. "Es evidente que en todo momento equivoqué en dónde residía el interés de Swan verdaderamente. Mirando hacia atrás, me doy cuenta que ni tu padre ni yo teníamos oportunidad alguna...no era a tu padre al que debía dejar el camino libre, sino a tu otra madre." El hombre dejó escapar una risa por lo bajo.

Henry le sonrió de lado. "Sos un buen tipo." Declaró.

"Mordéte la lengua, chico. ¿Acaso querés arruinarme la reputación?" Espetó el pirata fingiéndose horrorizado.

Henry estaba por responder al comentario cuando Leroy pasó corriendo a toda velocidad gritando a pleno pulmón:

"¡Snow White fue atacada por el monstruo de las nieves y yace moribunda en los brazos de la reina malvada!"

Henry se sintió palidecer y clavó una mirada desesperada en el hombre que tenía frente a sí.

Killian se sintió impotente ante la desesperación y el horror que vio en el chico, pero enderezó la espalda y se preparó para la batalla. Con su mejor voz de Capitán, tomó al chico del hombro y le espetó con suavidad y firmeza.

"No creas todo lo que dice la gente chico, vamos a ver qué pasa en realidad." Henry asintió y ambos comenzaron a correr en dirección contraria a Leroy.

Frederick encendió el patrullero y miró por el retrovisor para asegurarse que Ruby se hubiera abrochado el cinturón y sostuviera al bebé antes encender la sirena y salir haciendo chirriar las ruedas con destino al parque.

En el camino se cruzaron con Henry y Hook, sin detener el auto, Frederick desaceleró y se acercó al cordón mientras Ruby les hacía seña para que subieran. Henry tomó el puesto de copiloto, Hook no había alcanzado a cerrar la puerta que Fred ya había clavado el pie en el acelerador.

Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora