Capítulo 16

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Para Vale, quien descubrió que yo era la autora de este fic y dijo: "Hace como dos meses que no actualizas. ¡ACTUALIZA!" Así que cumplo con su decreto, Majestad. Pero además me animó (acosó) diariamente para que siente el culo frente a la notebook y escriba, así que Vale, el capítulo es todo tuyo.

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"Regina, ¿cuándo vas a entender que me importas?" La alcaldesa se sonrojó. "Además, sé de primera mano lo que es enterarte que estás embarazada sin nadie a tu lado, sé lo que es pasar todo el embarazo sin tener con quién compartir lo bueno y lo malo, sin tener nadie en quien apoyarte. No quería que vos pasaras por lo mismo si podía evitarlo."

"Emma." Suspiró Regina apoyando su frente en la de la rubia. "Gracias."

"¿Encontraste algo?" Le preguntó Emma con suavidad sentándose a su lado en el sofá del living de Regina donde la mujer acababa de transportarlas.

"Nada nuevo." Bufó frustrada. "Ninguno de los libros habla siquiera de la poción mucho menos de contrarrestarla y el libro de dónde la saqué dice lo que ya sabía, que nada la puede anular."

"¿No te parece que es hora de buscar un poco de conocimiento externo?"

Regina se giró para mirarla con una ceja arqueada. "No voy a preguntarle nada a esa mosca inmunda." Ante la cara de desconcierto de la Sheriff, aclaró. "Blue."

"¡Nooo! Esa hada no me inspira nada de confianza, sólo de estar con ella mi súper poder se pone a zumbar como loco, esa mujer tiene algo turbio en ella."

Regina se calmó al instante, contenta de que a Emma tampoco le simpatizara el insecto ese. "¿Entonces, q...? ¿Rumpel?" La rubia asintió. Regina no quería meter al gnomo en sus asuntos, pero sabía que no tenía otra opción si quería saber qué diablos estaba pasando. "Está bien, vamos."

"¿Ahora?" Protestó Emma.

"Sí ahora, antes de ver al obstetra quiero tener la mayor información posible." Sabiendo lo importante que era para Regina tener control de la situación, se levantó del sofá sin mayores quejas. "¿Trajo su ataúd sobre ruedas?"

"No, quedó en la comisaría, cuando pasé por la cripta fue porque estaba haciendo mis rondas y justo vi al idiota de Hood entrar en ella y decidí averiguar en qué andaba." Suspiró. "Así que ahora estoy sin movilidad, siendo que el patrullero quedó allá."

"Vayamos en mi auto, cuando terminemos con Rumpel vamos al cementerio y mientras usted a va a la comisaría a cambiar de autos yo paso a buscar a Henry por lo de sus padres." Emma inclinó las comisuras de los labios hacia abajo, sacó un poquito el labio inferior y encogió un hombro.

"Bueno."

Minutos más tarde entraban al negocio de Gold, el hombre apareció en seguida y miró con curiosidad a las mujeres. "Señoras, ¿a qué debo el placer de su visita?"

Emma miró a Regina esperando que esta respondiera, pero la alcaldesa se quedó parada mirando sin ver el mostrador entre ella y Gold, la mujer temía que Rumple le dijera que estaba embarazada, pero más aún temía que le dijera que no lo estaba.

¿Cómo se había metido en este lío? Ella era una mujer racional que pensaba todo un millón de veces...bueno, puede que de vez en cuando se dejara llevar un poco por su temperamento apasionado...ok, muchas veces actuaba primero y analizaba después. Pero jamás, nunca en la vida se le habría ocurrido que podría encontrarse embarazada sin saber cómo.

Hasta antes de tomar la poción que la dejó estéril había tenido mucho cuidado con el control de natalidad y, si bien es cierto que en el bosque encantado no existían los métodos que sí se encontraban en este mundo, había otras formas de cuidarse y muchas más para una poseedora de magia. Y después de la poción, era obvio que no necesitaba nada más, los años de casada con el Rey lo habían demostrado y, como si eso no fuera suficiente, ¡se había acostado con Graham por años sin tener ningún problema!

Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora