Epílogo

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Epílogo

25 de diciembre de 2036

La familia Swan-Mills estaba atareada dando los últimos retoques a la comida y a la mesa, esperando ansiosos a sus invitados. Al sonar el timbre, Regina gritó desde la cocina. "¡Robert, abrí que deben ser tus abuelos!"

"¿Por qué tengo que ir yo?" Se quejó el chico de 15 años que jugaba video juegos con su hermano Andrew de 20.

Antes que Regina pudiera responder, se adelantó Daisy de 15 - Robert y Daisy eran hermanos, fueron adoptados por Emma y Regina unos diez años atrás, eran los más jóvenes del clan Swan-Mills - "¡Voy yo!"

Daisy corrió hacia la puerta y la abrió de par en par. "¡Es la tía Ruby y el tío Killian!" Aulló con una sonrisa de oreja a oreja. Se hizo a un lado para dejarlos pasar. "Mamá está en la cocina y ma está terminando de cambiarse." Le aclaró a su tía, quien se dirigió hacia la cocina seguida por Milah de 8 años, quien amaba a Regina. "Rob y Andy están en el livig jugando un video juego." Le aclaró a su tío.

"Ah, ¿sí? Entonces voy a tener que enseñarles a esos marineros quién manda, ¿no es así Euge?" Le preguntó a su hija de 5 años que llevaba alzada sobre la cadera.

"¡Sí!" Exclamó la chiquita. El hombre besó a su hija mientras se alejaba de Daisy y Anita, su hija mayor.

"Querés ayudarme a terminar de poner la mesa, Ani?" La niña asintió encantaba, adoraba a sus primas mayores.

"¿Dónde está Zelena?" No pudo evitar preguntar por su preferida.

"Mamá la mandó a comprar algo que se le olvidó, pero como la llevó David en el auto, ya deben de estar por llegar."

No dieron más de dos pasos de la puerta que volvió a sonar el timbre. "¡Yo abro!" Gritó mientras lo hacía. "¡Abuelo!" Chilló encantada. Charming la tomó en brazos y la hizo girar en el aire, después procedió a hacer lo mismo con Ani.

"¿Cómo están las princesas del abuelo?"

"¡Bien!" Exclamaron las chicas a coro.

"Salí del medio David, dejáme ver a las chicas." Snow hizo a un lado a su marido y abrió los brazos para abrazar a las dos nenas al mismo tiempo. "¡Cada día están más grande y hermosas! En cualquier momento va a aparecer un príncipe o una princesa y se las va a robar."

"Mi papá dice que va a matar a quien se le ocurra mirarnos a mi o a mis hermanas. Mamá le dice que nos deje vivir tranquilas, que recuerde que él no fue un santo."

"Abran paso que llegó la alegría de la casa!" Exclamó Neal, quien acababa de llegar con sus hermanas mellizas Ruth y Eva. "¿Dónde está mi futura esposa? En cuanto me deshaga de mi hermana mayor, obvio." Al ver bajar a la susodicha por la escalera, agregó. "Muy mayor."

"Seguí soñando, idiota." Le espetó Emma mostrándole el dedo medio.

"¡Neal!" Chilló Regina saliendo a recibir al joven. El hombre la abrazó y la hizo girar en el aire.

"¿Cuándo vas a dejar a mi hermana para escaparte conmigo, Gina?"

La mujer se rió y le hizo agachar la cabeza rubia para besarlo en la frente. "Nunca, esa rubia tonta se robó mi corazón. Basta de pavadas y vamos ubicándonos para almorzar. ¡Henry! Llegaron justo a tiempo." Regina se agachó para recibir a Lucy, su nieta de 3 años.

Emma abrazó a su hijo y a su esposa Ella y saludó a sus padres y hermanos. Empezó a cerrar la puerta, pero Zelena se lo impidió. "David está cerrando el auto." Avisó mientras dejaba entornado.

El batallón se sentó a comer en una mesa cada vez más larga a medida que se agrandaba la familia con hijos y parejas. Hablaban a los gritos, todos juntos, algunos llevaban 2 conversaciones a la vez. No se podía negar que era una familia feliz, ruidosa, pero feliz. Al terminar pasaron al living y Henry, tras revisar su teléfono se excusó. Regresó a los pocos minutos y aplaudió una par de veces para llamar la atención.

"Familia, tengo un regalo para mis madres que sé, las va a hacer alucinar."

Emma y Regina se miraron y volvieron a clavar la vista en su hijo mayor con amplias sonrisas.

"Cualquier cosa que venga de vos nos va a encantar, principito." El apodo cariñoso despertó burla de los hermanos y primos varones. Henry revoleó los ojos e hizo oídos sordos.

El hombre se acercó a la puerta del living e hizo una seña. "Mamás, hay alguien que quiere verlas." Se hizo a un lado y dejó paso a una mujer morocha de ojos rasgados.

"¿Mulan?" Preguntó Emma.

"Hola Emma. Snow." Saludó la chica con una sonrisa tímida. "En realidad, Henry estaba hablando de mi mujer."

La guerrera se puso al otro lado de la puerta.

Todo el mundo miró con atención. Apareció una figura delgada y alta con cabello rubio. "¡ELSA!" Exclamaron Emma y Regina al mismo tiempo que se levantaban a abrazar a su hija. ¡Por fin había vuelto a casa!

FIN

Del odio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora