Capitulo 1 En otro lugar

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¿Alguna vez has soñado con otros mundos?, ¿ Has temido despertar en otra realidad?, Bueno, a mí algunas veces me pasa, incluso hoy a más de 10 años de haber viajado por distintos planos.

Puede sonar extraño, pero siempre he querido saber que habrá más allá de lo que conocemos como los sueños.

Hay demasiados sueños que aun recuerdo y otros que he olvidado por completo, de algunos solo conservo la sensación de que fueron algo fantástico, pero se sienten como algo tan real que no los considero sueños, los veo como recuerdos, quizás sean otras realidades que observamos de manera inconsciente, posiblemente soñamos antes o después de encontrar alguna de esas realidades alternas, mientras que otras veces creamos escenarios que proyectan situaciones que nos preparan para viajar entre los sueños.

Cuando descubres lo que hay más allá de los sueños, debes controlar lo que sientes apara evitar despertar pero es difícil contenerse al sentir  una emoción intensa, incluso esta sensación es mayor a esa alegra y temor que obtienes cuando viajas a un lugar nuevo, donde la aventura llama y todo es posible, donde no sabes que encontraras y mucho menos que pasara.

A lo largo del tiempo, pocas veces la sensación se esfuma de mi o de quien logre ir a donde nunca imagino poder hacerlo, lamentablemente todo tiene un precio, algunas veces insignificante y en otras es demasiado alto.

Escribo este diario porque tengo el temor de nunca volver a escribir de nuevo en mucho tiempo o quizás para siempre, para empezar jamás olvidare el día en el que la vida me dio la oportunidad de vivir las aventuras que en ese entonces solo había soñado incontables veces con tener.

Recuerdo que cuando tenía 17 años tuve que levantarme muy temprano como todos los días pero esta vez no fue para ir a la escuela, sino para ir al bosque para tener un día de campo familiar, aunque intente quedarme en casa jugando vídeo juegos la curiosidad de ir a un lugar nuevo me resultaba interesante.

Fuimos en auto, durante el tiempo que pasamos en la carretera me cuestionaba sobre que podía encontrar en un bosque ya visto por el hombre.

Confiaba ciegamente en que el bosque aún ocultaba secretos, por más pequeños que fuesen aquellos secretos sabia que lograrían asombrarme.

Al llegar al bosque estábamos muy contentos, mis papás preparaban la comida mientras mi hermano y yo jugábamos a la pelota, recuerdo que después de caminar, comer y jugar nos quedamos dormidos, todo parecía tranquilo en aquel bosque, los árboles daban una agradable sombra, las aves cantaban y el viento soplaba una brisa muy agradable, entre sueños, sin imaginar lo que era en un principio, escuche un ruido de algo pequeño que pasaba por ahí, parecía provenir de atrás de los arbustos muy cerca de donde nuestro auto estaba estacionado.

Me levanté del suelo y recorrí con la mirada todo el terreno en busca de qué o quién provocaba ese sonido, no eran pisadas normales, era un extraño tintineo parecido a pequeños cascabeles, pero con la rareza de que sonaban de una manera dulce y juguetona, era algo que jamás había escuchado y que seguramente ningún animal podría replicar .

A lo lejos entre los arbustos mire algo pequeño de color rojo intenso , era imposible que algo así se presentara por casualidad en medio del bosque, pero al ver que de los arbustos salió un una criatura pequeña que tenía una barba espesa y blanca además de un pequeño sombrero rojo, me di cuenta de que era un gnomo, lo seguí hasta perderle de vista, corrí tan rápido como pude para alcanzarlo, no podía creer que comenzaba a cansarme, el tintineo que producía se escuchaba cada vez más lejano.

Al poco de seguir corriendo sentí que perdía el suelo, caí en una especie de portal, la sensación del miedo iba desapareciendo poco a poco, era extraño ir en caída libre con el sentimiento de que nada malo podía ocurrir me, llegó a mi el recuerdo de haber leído sobre personas que al caer mueren de un infarto antes de tocar el suelo.

El portal en el que caí era negro y conforme caía cambiaba de color a un azul celeste y formaba un espiral blanco con textura de nube, los portales son muy extraños, tan extraño que incluso tras haberlos utilizado por años aun no los comprendo del todo.

Según quien los haga aparecer son como ver a través de una ventana o como una cortina de distinto color que gira y gira, van tragándose la luz como si alguien hubiera destapado un lugar donde el agua se mantiene estancada y es succionada por la cañería.

Atravesé una cortina de nubes, dejando atrás el extraño espiral blanco, pensé que caería inevitablemente a una muerte segura, pues a donde dirigiera la mirada solo veía nubes y pedazos de tierra flotantes.


No esperaba que de repente dos figuras encapuchadas detuvieran mi caída a escasos metros del suelo, sus alas eran parecidas a las de los ángeles, una capucha les cubría el rostro, y sus manos lucían huesudas, fuimos descendiendo lentamente, cuando me soltaron cerca del suelo curioso y con algo de miedo voltee a ver mi alrededor.

No estaba en la tierra, me encontraba en una isla flotante con el piso de tierra, con algunas piezas de azulejo botadas o cuarteadas debajo de una mesa para tomar el té, enfrente de mi salían dos árboles que hacían sombra, me sostuve de uno para acercarme al borde.

A lo lejos mire un castillo suspendido en el aire, rodeado por una muralla de piedra oscura con torres que resguardaban la entrada y un molino que funcionaban como hélice, para que el castillo flotante se moviera, en ese entonces parecía un lugar inaccesible hasta que descubrí que solo el rey en turno o el hechicero de su confianza, podían dar la orden de hacer aparecer un puente de piedra desde las alturas para llegar al castillo.

No muy lejos del castillo estaba un lago irregular, tenía una pequeña fuente en el centro, a un lado del lago estaba un árbol de proporciones inmensas donde habitan las hadas, a diferencia de lo que se cree estás criaturas son incorpóreas en nuestro mundo, pero en este las hadas pueden adoptar una forma física y depende de que conceptos tengamos en la cabeza es como se materializan para poder verlas.

Una voz dijo: ¿ Ya terminaste de mirar el paisaje, muchacho?

Di media vuelta y encontré una casa pequeña con aire sencillo pero acogedor, a la entrada de esta encontré a un hombre viejo sentado en una silla mecedora, yo esperaba que al levantarse me cuestionara como diablos llegue a su propiedad.

El viejo tenía la apariencia de alguien con experiencia pero cansado de su trabajo, este me miró de arriba a abajo y río como si mi confusión fuera lo más gracioso que había visto en años o quizás siglos, solo recuerdo muy bien que antes de presentarse, aclaró su garganta y dijo:

-Eres el chicho nuevo, ¿no es así?,

-S.. si señor...- de alguna manera aunque no era a quien esperaba el viejo cazador yo era nuevo en aquel extraño mundo.

-Entonces prepárate muchacho, vas a ser mi sucesor como cazador de las bestias que atemorizan todo Moregard.

El Cazador SolitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora