Capitulo 3 Ir y Venir

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Había días en los que no volvía al reino oscuro, pero al regresar siempre debía estar preparado para cumplir una nueva misión que mi maestro me daba, cada vez más difícil que la anterior.

A veces iba cuando mi familia salia de casa o ya cuando ellos dormían.

No fue hasta que vi la hora en que me iba y en la hora que regresaba a casa, que llegue a descubrir que un día por allá es aproximadamente una hora aquí en la tierra o a veces más mientras que otras menos, parece ser que el tiempo no existe o es relativo en Moregard.

El primer contrato que cumplí fue encontrar un ave gigante que atacaba desde el cielo para devorar a las vacas o arrancaba la cabeza del granjero que estuviese cuidando a los animalitos, cuando pise el campo donde las vacas comían, tanto el ave como yo sabíamos de nuestra presencia, yo ya la había visto se ocultaba en un árbol cerca de la casa del cuidador de vacas, cuando se movió y venia en picada di un giro para esquivar las afiladas garras del ave verdosa, con la espada rasgue una de las alas del animal, cuando callo estrello su pico de buitre en el suelo, antes de poder acercarme este extendió sus alas e intento cortarme con ellas, di otro corte al aire para espantar al monstruo, di un paso atrás y cuando el ave volvió a graznar alzando sus alas aproveche ese instante para lanzar la espada directo al pecho del ave de ojos amarillos.

Fui a cobrar mi recompensa, con las monedas que recibí compre una espada bastarda, tiempo después también compré una espada corta para cuando estuviera en espacios pequeños.

Recuerdo que el viejo maestro cazador siempre leía un libro que no sabia porque le hablaba como si tuviera vida,aquel libro es voluminoso, desgastado y con algunas hojas encima de otras con partes reescritas como si fueran parches o notas que agregaban o corregían algunos datos de anteriores cazadores.

Ya pasado un año siendo cazador por curiosidad tome el libro, se titula: "El libro del cazador" tiene muchos dibujos, historias y explicaciones de diversas cosas que debíamos hacer, este fue escrito por un cazador del siglo XIV, lo leí casi por completo y escuche una voz dentro de mi cabeza que deduje provenía del libro, la voz era tranquilizante muy diferente a la voz de nuestra conciencia que se nota algo neutra.

Me refería a la voz del libro como William, desapareció de mi cabeza cuando ya había aprendido suficientes métodos para acabar con monstruos o de al menos conocerlos y evitar que me matarán en un acto de imprudencia.

Durante muchos años pase luchando contra bestias que formaban campamentos a los alrededores de Dark Ville, usualmente los que más aparecían eran trasgos y pequeños duendes de clase media, los más altos esperaban tributo de los trasgos y duendes pequeños, no entiendo cual es su inquietud por obtener cosas brillantes y atesorarlas, por lo general estás criaturas se ocultaban cerca en las cuevas del sur.

Los ogros y cíclopes ,atacaban a los viajeros que se acercarán a sus tierras o intentarán robar sus tesoros más preciados, a veces comían a los niños en ollas de tamaños exorbitantes, afortunadamente estos seres de dos metros y medio pasan la mayor parte del tiempo dormidos o peleando entre su misma especie.

Pocas veces ví caballeros andantes, son muy molestos e ignorantes, pero lo compensan con valentía y el cumplimiento de su palabra, es un poco complicado derrotarlos ya que su armadura resiste grandes cantidades de ataques.

Llegue a pelear con otros cazadores pero nunca los mate, aún que eran más que nada mercenarios intentaba llegar a un acuerdo después de salir victorioso en los enfrentamientos, como último recurso los entregaba a los caballeros a la orden del rey que estaba en turno.

Nunca olvidare como accidentalmente mate a unas personas que mencionaré mas adelante, a pesar de que es por así decirlo natural un deceso, me causa cierto conflicto hacerlo, no es tan fácil como parece y más porque estás personas aparecen en mis recuerdos y siento que aún están presentes como espectadores de mi viaje.

Durante algunos años me sentía en la cima del mundo, teniendo aventuras en secreto sin alguna consecuencia en ambos mundos hasta que empezaron unos sucesos extraños que  ocurrieron cuando tenía unos  20 o 21 años,además encontré a mi mayor  enemigo, este me lleva al límite de mis capacidades, es tanto el desafío que impone que parece que lucho con mi propio reflejo, pero yo sé que un día saldré victorioso, de lo contrario si el llega a matarme será el fin de los mundos.

No me importaba matar a sus tropas que constaban de esqueletos, fantasmas o de alguno que otro monstruo sin conciencia, pero lo mas extraño fue cuando se apodero del libro del cazador, de ahí emergieron criaturas que salian de su retorcida mente.

Por dos semanas consecutivas tuve que ir deshaciendo encantamientos y eliminando a las criaturas que emergieron del poder del libro, algunas criaturas eran pequeñas de con extremidades retorcidas, otros eran bastante altos y delgados otros musculosos o incluso con poderes mágicos, todos eran compuestos de una masa color gris inconsistente, estallaban sin razón o absorbían cuanto tuvieran en frente, todos compartían un rostro deforme y caído o carecían de todo rasgo distintivo.

Puedes eliminarlos decapitandolos o atacar directamente donde se supone tienen un corazon,en este caso un núcleo que varía de lugar en cada criatura.

Gracias al cielo el libro no estuvo demasiado en su poder, no tarde en encontrar la guarida de mi rival mientras seguía a una tropa de esqueletos.

En una noche de luna carmesí, aquel monstruo buscaba obtener poder oscuro mediante una proyección de sueños a la luz de la luna, entre por la ventana de una torre a punto de caer, escuchaba las danzas y ruidos que pertubaban  la noche, el techo retumbaba y dejaba caer polvo al piso donde me encontraba, el libro estaba abajo de un montón de trastos dentro cofre con el candado roto.

Escuché un explosión, los intentos de recarga de poder oscuro fallan a menudo si son mal efectuados o quien busque ese poder tiene un cuerpo incompleto,salí de prisa de la torre pues no podía atacarlo, el lugar estaba rodeado de por lo menos un centenar de guardias al rededor de las ruinas del antiguo centro de comando a las orillas del mar sin fin.

Está cosa dice llamarse Charles Boneless, adopta forma humana en mi presencia, yo personalmente le llamo el caballero negro, porta una armadura que le mantiene en una forma estable, su actitud es propia de alguien muy tranquilo pero que explota ante provocaciones.

No estoy seguro de a qué se deba pero depende de quien lo vea tiene una forma definida o espectral, por ejemplo los elfos lo conocen como el lagarto.

El Cazador SolitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora