No paso mucho tiempo para que John viniera a verme, cayo por el mismo portal que yo cuando llegue al reino oscuro, la única diferencia menciono haber entrado pro una puerta que salia por la boca de una serpiente de dos cabezas, una enfrente y otra donde debería estar su cola, la cual era una especie de conección y entrada entre ambos mundos, quien sabe como será mas allá del cielo y las nubes suspendidas en las alturas, el seguía cayendo pero los mismos dos sujetos encapuchados que vi en mi juventud detuvieron su caída y a escasos metros del suelo lo dejaron caer frente de mi.
- Bienvenido a Moregard, Sarlock- con estás palabras John se tranquilizó, note algo de alegría en su rostro, curiosamente las veces que lo visite en sueños nunca mencionamos nuestros nombres.
-Mi nombre no es Sarlock - parecía que esa alegría se transformaba en confusión, era raro incluso a estas alturas que lo llamaran con un nombre que yo utilizaba como identidad para mis personajes dentro de los videojuegos- mi nombre es...
- John, lo se pero Sarlock es tu nombre de cazador...
Le recorde vagamente que hacemos los cazadores, por así decirlo el protocolo de iniciación, le dije mi nombre y le di su primera misión que tendría que cumplir: buscar un arma.
El muchacho aceptó seguro de si mismo y dispuesto a ser mi aprendiz además de un nuevo cazador.
Le entregué un reloj parecido al mío para que cuando recargara su escaso poder mágico pudiera volver a casa.
Cuando genere un portal al inicio del bosque supuse que iría a Dark Ville o trataría de encontrar un arma de los esqueletos, fáciles de derrotar y que van en grupos de no más de 3, estaba emocionado y nervioso es muy diferente ser un maestro a un cazador.
John tardó casi dos días en volver o al menos en Moregard así pareció, el joven estaba muy contento, nunca había visto un lugar tan maravilloso como el reino oscuro, es una lastima que lo reclute en sus peores momentos, me contó que encontró y las cosas que vio en su viaje.
Vago por el bosque sin idea a donde ir, de noche se maravillo con las salamandras que iluminaban el bosque como pequeñas antorchas, intento derrotar a unos bandidos enanos que al ver que no llevaba nada le atacaron además de que querían el reloj que le di, perdió 3 contra uno, tomo unas monedas y una corona que se calleron de los bolsos que llevaban los bandidos, siguió vagando por el bosque un poco decepcionado, al anochecer vio una luz segadora, la luz comenzó a tomar forma, era el antiguo rey de Moregard en una forma fantasmal.
El difunto amenazó con atormentarlo si no regresaba su corona a la tumba donde descansa, le mostró la entrada al castillo flotante, le explico su deceso a causa de quien yo llamo el caballero negro y le dio indicaciones de llegar a una torre donde encontraría una espada capaz de prender su hoja en llamas, de milagro mi aprendiz sobrevivió, aquella espada estaba protegida por un Wyvern reanimado con magia (el y yo los conocíamos de antemano pero aun así yo tenia tiempo sin ver algún tipo de draconido desde que volví en el tiempo).
Cuando me mostró la espada que recupero del castillo caí en cuenta que me había pertenecido en el pasado, solo que en este tiempo quien tenía el derecho de usarla era John, yo pensé que el dominio sobre esa espada ya no aplicaría conmigo así que no quería tocarla, ni siquiera quería verla de nuevo en ese instante, me recordaba a Elizz.
Lo felicite y lo mande a casa a descansar y vaciar su mente de todo lo que había visto para evitar la locura, una locura que es común cuando los viajeros van a otras realidades y al volver a la suya su mente colapsa o no entiende como la tierra carece de tantos aspectos fantásticos.
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El Cazador Solitario
FantasyNunca se sabe cuando la aventura llamara a tu puerta, así que reponde a la llamada antes de que desaparezca para siempre tu oportunidad de vivir aventuras. Estos son los recuerdos de un cazador que accidentalmente llegó a Moregard, una tierra fantas...