Capítulo 21 amanecer en penumbras

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El día de la batalla final llegó, las nubes se acumulaban, el sol perdía calidez, la luna parecía un fantasma y las criaturas a por lo menos un kilómetro de radio se alejaban de las llanuras del pasó, rodeabamos un precipicio en el este de Moregard, del norte un centenar de enanos y un gigante se sumaban a mi ejército con mis aprendices al frente, mientras que en el sur poco a poco emergía una figura espectral montada en una pesadilla y detrás suyo, aproximadamente unos doscientos individuos conformados por drows y driders.

El caballero negro y yo no intercambiamos palabras, estábamos fuera de alcance como para decir algo, sabíamos que era la hora de un enfrentamiento final en el cual ya no eran válidos los juegos del gato y el ratón, mientras los elfos oscuros rompían filas para atacar a toda velocidad con sus sables, el guardián gato deshizo el sello que mantenía en otro plano la cabeza del basilisco, la criatura reaccionó igual que un gallo descabezado, sólo que esta vez, la cabeza de la serpiente era la que se movia, ciseaba y expulsaba veneno a la par que se retorcía frenéticamente, la cabeza logro caer como un trompo muy cerca de los elfos oscuros, por lo menos treinta de ellos fueron alcanzados por las fauces y el veneno de la bestia agonizante.

El gigante que estaba oculto entre los árboles, imitó un rugido y lanzo el cuerpo de la manticora muerta, el cráneo de la horrible criatura se desprendió con los ojos en llamas, mientras caía iba  dejando una estela de humo verde, produjo un ligero temblor en la tierra al aterrizar en medio del campo de batalla,el cráneo explotó, este contenía dos bombas mezcladas con telaraña y veneno, derribo a unos cuantos drows mientras que otros corrían asustados.

Los enemigos caídos entorpecía el avance de los drow, los driders se quemaban por el veneno corrosivo de las telarañas al pasar sobre los cadáveres de sus compañeros menores.

La situación iba bien, los cien enanos formaron una muralla para retener a los atacantes, algunos enanos caían y otros resistían los constantes golpes de los elfos oscuros, Lily lanzaba ráfagas de energía como hechizos aturdidores para no gastar su energía con los hechizos elementales hasta que fuera necesario, Elizz y John ayudaban a los enanos para que nadie rompiera la barrera que nos mantenía a salvó.

Yo contemple el cielo, las nubes amenazaban con traer tormenta, cada vez más oscuro y de pronto, una luz segadora cayó en medio del campo, comenzaron a brotar esqueletos de las entrañas de la tierra, cientos de ellos, era momento de utilizar mis bombas explosivas de slime, mis aprendices tenían una docena de ellas.

Mientras luchaba con los esqueletos y comenzaba a derribar driders, comencé a notar que había duendes entre la multitud, el gigante nos ayudó a aplastar a los enemigos que emergieron del suelo, en algún momento de la batalla empezaron a llover flechas, para mí sorpresa estás provenían de las filas elficas de Archivald, era un milagro que aparecieran para ayudarnos contra Charles.

Muchas de las flechas acertaban a los esqueletos y a algunos de los duendes o se clavaban en un lugar aleatorio del campo, cuando acabaron con sus flechas los elfos  se retiraron, quizás la hija de Archivald lo había convencido de ayudarme un poco en la batalla del anochecer.

La ventaja seguía de nuestro lado, lamentablemente habíamos perdido a veinte enanos, los elfos oscuros estaban totalmente muertos y nosotros aún teníamos bombas de reserva, los esqueletos eran algo duros de regresar al Inframundo quizás porque acababan de renacer.

Una banda de diez ogros se acercaba a nosotros, logramos espantar a 6 con bombas espectrales, los driders fueron acabados a pisotones por el gigante.

Había momentos en los que perdía de vista a Elizz y a Lily, de rato ví como entre las dos eliminaban a los ogros restantes, era momento de montar un caballo e ir directamente por el caballero negro.

En la mañana había domado a un caballo salvaje, me costó trabajo encontrar uno ya que desde que el caballero negro llegó a Moregard estos dejaron de correr por las planicies.

Cabalgaba esquivando a los esqueletos y remataba a los pocos duendes restantes, una bestia había aparecido en mi camino, sabía que no era nativa de Moregard o de algún otro mundo al que haya visitado.

Deforme y de voluminoso tamaño la bestia se acercaba hacia mi, la magia que le había traído a la vida era tan poderosa que le confirió una forma definida y por tanto era tan poderosa como a la vez vulnerable en algún punto, cuando la bestia de colosal hocico rugió, mi caballo me tiró al suelo y desapareció de mi vista.

Odie al instante el rostro del monstruo, parecía un mono con ojos verdes y cejas pobladas, su físico era como un felino lleno de manchas negras y pelo café con patas de reptil con una cola espinosa.

Esquivé con dificultad dos ataques de sus garras, di dos cortés en sus dedos pero se regeneraron poco a poco, tome mis bombas de slime explosivo y aturdi a la bestia que volvió a rugir, utilice la única bomba que tenía para emergencia o un momento estratégico, el canto de las sirenas.

Teníamos un hechizo activo que el guardián gato hizo para que a los enanos, mis aprendices y a mí, no nos afectarán los cantos de las sirenas.

Abrí la botella y a mi alrededor cayeron algunos duendes, el gigante que nos ayudaba y la bestia de otra dimensión cayeron perdidos en un profundo sueño, los esqueletos seguían atacando a mis aliados.

A lo lejos John seguía peleando, no espere tal traición, el guardián gato había golpeado a Sarlock para dejarlo vulnerable al ataque del caballero negro, en el momento todo era  confuso ya que cerca del acantilado no había pasto, solo tierra que con el forcejeo levantaba  el polvo, haciendo difícil ver cómo luchaban las 3 figuras entre sí, yo corría y esquivaba lo más rápido posible a mis atacantes para ayudar a John.

John cayó por el abismo que rodeabamos, no podía creer que el golpe definitivo no fuera detenido por  el guardián que cree con el poder del libro,usualmente detiene unos 3 golpes directos cada media hora.

Estaba muy cerca de llegar y atacar al caballero negro, no se de donde vino un golpe que recibí en la cabeza que me dejó aturdido, intenté reponerme pero fui atado y llevado al lado del caballero negro, un contramago escoltado por varios esqueletos fueron por Elizz y Lily que estaban del otro lado del campo.

Los enanos restantes fueron retenidos por un ogro que fingía estar muerto,  el guardián gato antes de desvanecerse me dijo que sólo con mi muerte y la de mi aprendiz el resto de Moregard sería liberado del caballero negro, el guardián no tenía idea de que fue engañado, desapareció porque fue absorbido por el caballero negro.

El Cazador SolitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora